Antonio Moreno, vicepresidente y veterano del Centro Excursionista Petrer, reflexiona: “Hombre, el miedo es libre y cada uno lo vive de una forma, pero desde aquí intentamos que no pasen miedo. En general, a quienes vienen se les quita el miedo al ver que la gente no lo tiene. Y los ayudamos, con palabras”. Y así, poco a poco, la asociación ha ido entretejiéndose en el vivir petrerí.
Como que ya se encuentran en pleno 65 aniversario. El pasado veintisiete de mayo incluso tenían ya a punto el logo de la efeméride (mediante concurso, ganado por Marina Beltrán Corbí). “Estamos preparando una exposición de fotos antiguas, unas cuarenta, sobre el Centro. En total, tendremos unas trescientas, pero hay que elegir, porque hay el espacio que hay”, se ilusiona Moreno.
Los primeros pasos
Parece que fue ayer, pero lo cierto que el arranque de la hoy institución llegaba un veintiocho de noviembre de 1957. El mismo mes y año en que la entonces Unión Soviética ponía en órbita un ingenio espacial con un ser vivo a bordo: el ‘Sputnik 2’, con la perra ‘Laika’ (ladradora), aunque esta falleció por sobrecalentamiento. En Estados Unidos, en tierra, la policía daba con la diabólica ristra de cadáveres de un tal Ed Gein (1906-1984).
Años más tarde, su figura inspirará a un sinfín de psicópatas cinematográficos, como Leatherface o Freddy Krueger, pero que entonces poco tenía que alentar a una población, futura clase media la mayoría, que comienza a ilusionarse con llegar a algo más. Por ejemplo a disfrutar con las aficiones, como el puñado de amigos que decide fundar el Centro Excursionista Petrer.
La asociación abría sus puertas en noviembre de 1957
Iniciativas variadas
En aquel animado arranque, cualquier tipo de disciplina deportiva relacionada con la montaña se tendrá muy en cuenta. En la actualidad, de hecho, anuncian que siguen especialidades “como el senderismo, la escalda y la espeleología”, mientras que la Federació d’Esports de Muntanya i Escalada de la Comunitat Valenciana (FEMECV) les adjudica “actividades medioambientales, alpinismo, carreras por montaña, descenso de barrancos, escalada, montañismo infantil y/o juvenil, senderismo, área o sección cultural”.
Es más, el Centro Excursionista no ha dudado en sumarse a cuanta iniciativa abundase en su espíritu, como, junto al Centro Excursionista y el Club Alpino eldenses, el esfuerzo común bautizado como Cuentamontes, que desde 2013, además de certámenes de poesía o literatura en general, llegó incluso a publicar libros o lanzar propuestas como instalar una vía ferrata (para escalada) de dificultades K2 y K3 (baja y media) en el eldense monte Bolón.
Cuentamontes se ha transformado en una actividad inclusiva
Actividades inclusivas
“Pero es que Cuentamontes ya no existe”, apunta Moreno, “ha desaparecido con la pandemia”. No obstante, no marchó del todo, porque, señala el vicepresidente del Centro: “Ahora lo que seguimos llevando es lo que se llama Cuentamontes Inclusivo, para personas minusválidas, donde programamos por ejemplo marchas al monte, al Cid, a la Mola, a las charcas de sal. Hacemos siempre por lo menos una salida al mes”.
¿Y cuáles son los resultados? “Muy buenos, la verdad es que se les quita el miedo enseguida. Si se ven entre gente que marcha con seguridad, sin miedo, y que les ayuda en todo momento, se sienten muy seguros. Es que, para todos, no solo en la actividad inclusiva, el verte con gente segura te da seguridad”
Para septiembre, reabrirán su refugio de montaña
Cuestión de socios
A veces incluso dan sorpresas: “Una chica, que no quería bañarse en el Clot, en las pozas, y los compañeros, con palabras, que no pasa nada, mujer. Al final se metió y, cuando íbamos a marcharnos, nos dice que ahora está muy bien, que no le apetece irse”. Y se apuntan a más, pero con tiempo, porque como advierte Moreno: “Ahora mismo, está todo cubierto ya, porque a principio de ejercicio hacemos las previsiones”.
Con una cuota anual de veinte euros, toca funambulismos en las alturas, con ayuda institucional, para programar los diferentes actos. Poseen ya una cartilla de socios que supera los cuatrocientos, en los que hay desde personas con unos ochenta años hasta chavalería de unos catorce años, aunque últimamente han llegado refuerzos más jóvenes.
El nuevo arranque
“Es que ten en cuenta”, sigue el vicepresidente, “que ahora se ha dado un curso de orientación, con los colegios, con chavales de unos ocho a diez años”. Se reúnen los martes, intentando que la pospandemia les permita virar ya hacia una total normalidad. Hasta planean reabrir, para septiembre, su propio refugio, ‘El Perrió’, “que tenemos salón, frigorífico… Si quieres usarlo, se paga una cuota mínima por estar allí y te damos las llaves y ya está”. Con la covid, permaneció cerrado hasta nueva orden.
Por la zona, el Centro Excursionista, en colaboración con entidades como Hidraqua, ya organizaba las jornadas de repoblación forestal del Día del Árbol, con especies como algarrobos, carrascos, coscojas, esparto, espinos negros, lentiscos, pinos piñoneros o romero. Actividades a las que se va retornando poco a poco. Y con ese 65 aniversario que en el fondo ya está ahí mismo.