El cariño y la pasión que tienen Antonio Aznar, José Ramón Ortiz y David Alfonso por la Semana Santa de Crevillent, y ver el rostro de la Virgen de Las Tres Marías en el busto de escayola situado en el Museo Mariano Benlliure, fue lo que les llevó a estos tres jóvenes crevillentinos a elaborar el documental ‘Juana de Oteyza: del dolor a la eternidad’.
Una obra que narra la vida de esta noble madrileña que sirvió de inspiración al escultor valenciano Mariano Benlliure para esculpir dos imágenes procesionales de Crevillent, una en Cartagena y otra en Almodóvar del Campo.
«Juana de Oteyza fue una persona que dejó huella» D. Alfonso
De familia aristocrática
Juana de Oteyza nació en Madrid en 1890, fruto del matrimonio entre José Andrés de Oteyza y María del Amparo de la Loma, una familia social y económicamente bien posicionada.
Tuvo la infancia y adolescencia normal de una niña de la época, creciendo rodeada del cariño de sus padres, además de sus tres hermanos pequeños, pero “su notoriedad social aumentaría al contraer matrimonio con Jesús Ussía, ya que provenía de una familia muy importante de la alta sociedad madrileña y española”, apunta Antonio.
Familia numerosa
Tuvo cinco hijos con Jesús; llamados José Luís, Eduardo, Paloma, Jesús y Antonio. Lamentablemente perdería a cuatro de ellos durante su vida, sólo uno la sobreviviría.
“Los testimonios directos que nos ofrecieron sus descendientes nos describen a Juana como una persona muy alegre, bromista, con un sentido del humor increíble, pese a las desgracias que le tocó vivir, inteligente y culta, cercana, dedicada siempre a su familia. Una persona que unía y que dejó huella” señala David.
El rostro de dolor de Juana de Oteyza le sirvió de inspiración a Benlliure
Viviendo en otros países
A lo largo de su vida residió en diferentes lugares. Durante unos meses vivió entre Suiza y Francia para poder dar tratamiento médico a sus hijos.
También vivió durante quince años en México, “tenían familia entre México y Venezuela y no dudaron en ir hacia allí a seguir con sus vidas. Residieron en Avenida Insurgentes, haciendo del lugar un punto cultural e intelectual muy importante y un nexo entre la cultura española y mexicana bastante resonado” apunta David.
Vínculo con Mariano Benlliure
La familia Ussía y Benlliure se conocían porque ya habían encargado detalles funerarios para adornar su sepultura familiar en la cripta de la Catedral de la Almudena, además de algún busto puntual. Juana y su esposo acudieron al taller a mediados de 1931 para realizar el encargo de un detalle funerario para el hermano de Jesús, Francisco Ussía Cubas, que había muerto recientemente.
“En ese encuentro Benlliure le preguntó a Juana por el accidente que terminó con la vida de sus hijos Paloma y Eduardo. En aquel momento, mientras ella relataba la tragedia, el gesto doloroso que el maestro observó en su rostro le impactó de tal forma que lo eligió para el modelo de la escayola de Las Tres Marías y San Juan, que se encontraba desarrollando en aquellos momentos” explica José Ramón.
«Tenía amistad con intelectuales como Luis Buñuel, Valle-Inclán o Margarita Nelken» A. Aznar
Últimos momentos
En sus últimos años de vida Juana volvió con parte de su familia a un edificio que tenían en la Gran Vía de Madrid. Comenzó a perder la visión y quedó postrada en cama por la misma edad hasta que falleció en 1979.
“Su muerte fue relevante para la alta sociedad y el mundo intelectual madrileño, ya que además de pertenecer a una de las familias aristocráticas más importantes de España, Juana tenía amistad con intelectuales como Luis Buñuel, Valle-Inclán o Margarita Nelken” sostiene Antonio.
Gran proceso documental
Para la realización de este trabajo audiovisual han accedido a información proporcionada por el Gobierno de México y de España, han leído centenares de diarios de la época y han contactado con descendientes directos de la familia, como con José Andrés de Oteyza, sobrino de Juana; y su hijo Ernesto, que aunque viven en México, no han dudado en desplazarse a España en dos ocasiones para apoyar este proyecto. También con dos bisnietos que residen en Madrid: Pablo y Antonio Ussía.
“La gente que vea el documental no volverá a ver a la Virgen como la veía antes. Es tan potente la historia de esta mujer, que descubriéndola es cuando uno puede entender lo que hay tras ese rostro plasmado por Benlliure”, añade.
Éxito audiovisual
En su estreno el grupo Tertulia Passarelles realizó una jornada previa con una gran afluencia de gente venida de diferentes ciudades. A su término se visionó el documental, producido por Telecrevillent y con la locución de Jose Ángel Ponsoda, con lleno absoluto en la Casa Cultura José Candela Lledó. Días más tarde se realizó un segundo pase con otro rotundo éxito de afluencia.
Ya han recibido propuestas para presentarlo en Cartagena, Ciudad Real y Madrid y, además, han recibido también la oferta de un medio de comunicación a nivel nacional para poder emitirlo.