Entrevista > Miquel Peidro Zaragoza / Guionista (Alcoy, 1965)
Empezó a escribir con tan sólo once años y ya entonces apuntaba maneras al ganar varios premios de narrativa para escolares. Desde que se especializase en el guion, el alcoyano ha trabajado para proyectos televisivos como L’Alqueria Blanca, Lalola, El secreto de Puente Viejo o Acacias 38, entre otros.
Ahora acaba de publicar su primer libro titulado Corazonadas, un proyecto de comedia que inicialmente estaba concebido como una tv movie.
«No he parado de escribir desde los once años»
¿De dónde te viene este interés por escribir historias?
Nací con esa inquietud. Dicen que hay niños que nacen con un pan debajo del brazo, pero yo nací con un bolígrafo, porque con una máquina de escribir hubiera dificultado el parto y los ordenadores todavía no existían.
Cuando iba al colegio, en lo que entonces se llamaba EGB, ya gané mis primeros premios de narrativa comarcal y provincial para escolares. Tenía entonces once años y no he parado de escribir.
¿Qué te hizo dar el salto al guion?
Desde siempre me interesó el mundo del audiovisual. Comencé soñando con ganar un Óscar, luego me conformaba con ganar un Goya, y finalmente he sido mucho más afortunado que todo eso por poder dedicarme al mundo de la televisión. Mis primeras experiencias fueron con la escritura de obras de teatro, entre ellas varios sainetes festeros, que algunos fueron premiados, y de cortometrajes.
El impacto que tuvo el cortometraje Rufino, dirigido por Octavi Masiá, con su nominación a los Goya, sus premios internacionales y su difusión por Estados Unidos fue fundamental para motivarme a seguir por ese camino.
El cortometraje ‘Rufino’, dirigido por Octavi Masiá, le inspiró a dedicarse al audiovisual
¿Dónde te formaste?
Primeramente fui autodidacta, devorando libros especializados, en vez de estudiar Derecho, que era para lo que me había matriculado. Le encontraba muchos más alicientes a disfrutar con Los cazafantasmas, que a empollar derecho romano para saber cómo poder manumitir a un esclavo.
Después realicé un curso teórico y casi filosófico sobre el mundo del guion en Valencia, y de ahí a una especie de máster de dos años de cine y televisión que se impartía en la Escuela de Guionistas Luis García Berlanga de Valencia.
¿Quiénes fueron tus maestros?
Tuve muchos profesores pero recuerdo con especial cariño y agradecimiento a Lola Salvador, autora de El crimen de Cuenca; Jorge Goldenberg, autor de La estrategia del caracol; y Rodolf Sirera, autor de Amar en tiempos revueltos.
Uno de tus primeros proyectos fue la serie de televisión L’Alqueria Blanca, ¿qué tiene este programa que ha abierto la puerta a tantos profesionales en el mundo de la interpretación y del guion?
Pues que es una serie más valenciana que la chufa y la paella. Su aceptación entre la gente se debe a la identificación con los personajes, que son como parientes de todos los valencianos y a los que todos creemos reconocer. De ahí su éxito y que dure y dure y dure…
¿Cómo llegaste tú?
Yo estaba trabajando para la empresa Trivision, que era la productora. Veníamos de hacer varios programas de entretenimiento y tv movies y se comenzaba con el mundo de las series. Hasta entonces la extinta Canal 9 apenas había tenido algún éxito de relumbrón y con L’Alqueria Blanca se consiguió. Igual que con Autoindefinits, programa en el que también participé. Mi paso por el pueblo de L’Alqueria duró dos años, porque entonces estaba comenzando a iniciar nuevos proyectos en Madrid, y eso era y es otra división.
Uno de sus primeros proyectos fue la serie de televisión ‘L’Alqueria Blanca‘
Más tarde diste el salto a la televisión nacional con Lalola, emitida en Antena 3, ¿qué significó para ti esta mayor proyección?
Fue fundamental porque me abrió definitivamente las puertas de la televisión a nivel nacional. Yo, para entonces, ya era coordinador de guiones. Conocía a grandísimos profesionales e hice muchas amistades entre los actores y los diferentes equipos que participan en un rodaje de estas características.
Lalola, que era una adaptación de una serie argentina, tuvo unas buenas audiencias, hicimos casi 150 capítulos y nos parecieron un montón. Además, me permitió trabajar por primera vez con Carlos Martín, un profesional con el que comparto la pasión de las aceitunas rellenas de anchoa.
Sin embargo, si hay dos series que te han marcado en estas dos últimas décadas han sido El secreto de Puente Viejo y Acacias 38.
Necesitaría un periódico entero para hablar de cada una de ellas. El secreto de Puente Viejo, que todavía me siguen preguntando cuál es el secreto pero ha habido tantos, ha sido un gran éxito a nivel internacional y yo he estado coordinando sus 2.324 capítulos.
En Acacias 38, que también es un éxito internacional, lo mismo pero 1.483 capítulos. Han sido dos experiencias increíbles, aunque he estado abducido por ambas series. Además, he podido compartirlas con numerosos alcoyanos que han participado como figurantes.
¿En los seriales diarios no se os acaban las ideas?
Trabajamos un equipo amplio de gente; excepto cuando alguien quiere inventar la sopa de ajo, que a veces pasa, las ideas van surgiendo de una mezcla de entusiasmo y de talento de todo el personal. Y también del interés por seguir conservando un puesto de trabajo, pero es muy divertido.
Su paso a la televisión nacional se produjo con la serie ‘Lalola’
¿Para qué proyectos televisivos estás escribiendo actualmente?
Tengo una cláusula de confidencialidad que me impide hablar de ello, pero estoy en un proyecto de largometraje con inspiración alcoyana y esperando el visto bueno a una nueva serie. Y al margen del audiovisual, ¡ser uno de los miembros de la escuadra del Capitán de los Ligeros de 2023!
Sí, porque también has hecho tus pinitos en el mundo del cine con películas como Aquitania en 2005. ¿Qué te animó al largometraje?
Fue una casualidad porque heredé un proyecto que no acababa de arrancar. Tampoco he tenido mucha suerte en ese mundo, ni ciertamente le he puesto demasiado interés, pero llegamos a vender dos guiones coescritos con Jordi Peidro, que no llegaron a realizarse. Uno porque la productora quebró y el otro porque el mundo del cine es así. Eran dos comedias.
¿Dónde te sientes más cómodo, en televisión o en cine?
En la televisión, sin duda. Es el trabajo del día a día y de la nómina del mes a mes, tiene mucha más repercusión a nivel de espectadores y es un mundo que me apasiona.
Como no hay reto que se te resista, acabas de dar el salto al mundo literario con la obra Corazonadas, ¿qué te ha motivado a ello?
Las ganas de hacer lo que me viniera en gana, sin necesidad de ajustarme a tiempos, ni a parámetros, ni a órdenes o sugerencias de nadie. Y, por otra parte, la necesidad de volver al mundo de la comedia, que nunca he abandonado del todo, pero al que solo he podido dedicarle una pequeña parte de mi tiempo y de mi esfuerzo, como con el microteatro El procés, o con mis colaboraciones con el infatigable monologuista Señor Corrales.
Ha coordinado los guiones de los 2.324 capítulos de ‘El secreto de Puente Viejo’
¿De dónde surgió la inspiración para la trama?
Del mundillo de los programas de entretenimiento, subtitulados telebasura, que conozco ligeramente. En principio, la idea era para una tv movie, pero fue creciendo hasta convertirse en otra cosa. Quería divertirme escribiéndola, sin ninguna cortapisa, porque creo que si el autor se divierte, el lector se divertirá. Espero haberlo conseguido.
Chumi Castejón y Mafalda Villegas protagonizan esta historia, ¿a qué diferentes adversidades se enfrentarán?
A todas las imaginables. Por amor uno es capaz de hacer las mayores tonterías, sobre todo cuando llega de manera inesperada y cuando hay que descubrir qué es lo que realmente le está pasando a uno, que es tan sencillo como decir que se ha enamorado. Pero esto, inmerso en un mundo de apariencias, intereses y falsedades, es mucho más complicado todavía.
Creo que menos a una pandemia y a intentar fichar al futbolista Mbappé, se enfrentan a todo tipo de dificultades y conflictos.
¿Están inspirados en elementos reales?
Digamos que ligeramente… porque nacieron de la observación de la realidad. Se trata de la deformación de unos personajes que, de por sí, ya son una deformación en sí mismo. Otro vínculo con la realidad es que se reproducen frases textuales y memorables de algunas eminencias del mundo de la telerrealidad.
Y, por cierto, me gustaría agradecer públicamente la colaboración de L’Ajuntaera, una entidad cultural dedicada a ‘la plática, l’esturrie y el escarculle de la lengua murciana’ que me ha traducido algunos párrafos a la lengua de su región.
¿Qué mensaje te gustaría dejar al lector?
Lo primero, que la gente se entretenga y se divierta, que es el objetivo fundamental de la obra. Desde luego, he dedicado páginas y páginas a conseguirlo. Pero, en el fondo, creo que por debajo de las peripecias de estos personajes subyace una reflexión sobre la hipocresía y sobre la estupidez humana.
«Estoy en un proyecto de largometraje con inspiración alcoyana»
¿De momento cuál ha sido la acogida?
Muy positiva, sobre todo entre mis familiares. Bromas aparte, que es el título de un programa de entretenimiento en el que trabajé para Telemadrid, el feed back que me llega es de verdad positivo y los comentarios que leo en los libros me animan a pensar que realmente el lector lo está pasando bien con la lectura de mis Corazonadas.
Espero que especialmente les guste en Beniel, porque es un pueblo encantador donde he ubicado parte de la acción y de donde se supone que es oriundo uno de los personajes protagonistas.
¿Te planteas volver a escribir otro libro?
De momento no. Si zapatero a sus zapatos, guionista a tus guiones. Sí que me planteo volver a colaborar con Jordi Peidro para convertir en novela lo que en su momento fue un guion cinematográfico, pero el tiempo dirá.
Mientras tanto, animo al personal a que lea Corazonadas. Además, tiene una portada muy bonita y luego siempre quedará muy decorativo colocado en una estantería.
Sinopsis de Corazonadas
Chumi Castejón y Mafalda Villegas son una pareja de famosillos de pega que triunfan en los programas de telebasura, pero cuando su popularidad comienza a decaer son muchos los intereses que están en juego y tocará hacer mangas y capirotes para evitar su caída en picado.
La estrategia pasa por introducir un tercer elemento que cree discordia entre la pareja y permita que se mantenga a flote el cotilleo nacional. Pero la aparición de Nereida -que así se llama el tercer elemento- va a suponer todo un terremoto de consecuencias tan hilarantes como imprevisibles. Y si a esto se le suma la trascendental intervención de un león marino… el esperpento está servido.