Las excavaciones del Yacimiento del Cabezo Redondo de este verano ha dejado a la luz los restos de una vivienda incendiada hace más de 3.500 años, lo que permitirá a los expertos estudiar elementos de la estructura de la construcción, objetos domésticos y otros elementos como semillas que, aún quemadas, pueden aportar interesantes datos para el estudio posterior, según explicó el catedrático de la Universidad de Alicante, Mauro Hernández.
La visita de hoy es previa a la campaña de puertas abiertas organizado para mañana sábado y que espera a unas 1.000 visitas durante los diferentes pases establecidos a este importante yacimiento de la Edad de Bronce ibérico. El alcalde de Villena, Fulgencio Cerdán, y los ediles Francisco Iniesta, Elena Benítez y Paula García, acompañaron a la vicerrectora de Cultura, Cata Iliescu, a la explicación que ofrecieron los responsables de esta campaña, Gabriel García y Virginia Barciela, cuyos trabajos se iniciaron hace 35 años.
El alcalde de Villena, Fulgencio Cerdán, calificó de “otro de nuestros tesoros” el Yacimiento que “sitúa en el mapa del mundo a nuestra ciudad como núcleo histórico, cultural y turístico” y del que cada año se logra objetos importantes que arrojan luz a la investigación.
Para la vicerrectora de la UA, Cata Iliescu, “este yacimiento es parte de la UA, porque hemos trabajado desde hace más de tres décadas en él, hemos logrado importantes hallazgos de relevancia internacional y que, una vez más como ocurrió con el Tesoro de Villena, sitúa a la ciudad entre los polos atractivos en investigación arqueológica”.
La importancia de esta campaña estriba en el hallazgo de elementos constructivos de hace más de 3.000 años, como por ejemplo el suelo de la vivienda, un silo donde almacenaban alimentos, y elementos domésticos como vasijas e, incluso, una estera de esparto dañada parcialmente por el fuego que se entiende que cubría este silo, comentó Gabriel García, uno de los responsables de la excavación.
La excavación aún aflora resto de la ceniza de uno de los incendios domésticos más antiguos de los que hay constancia, además de haber encontrado resto de la techumbre, y alguna de las semillas que utilizan en sus cultivos, principalmente cebada.
Objetos únicos
Por su parte, Virginia Barciela, responsable de la campaña de excavación, mostró elementos únicos como una gran vasija que, aun fracturada por el peso de la estructura que cedió por el incendio, se conserva prácticamente entera. “Se trata de la pieza más grande de la que hemos encontrado en Cabezo Redondo, casi completa y de gran interés para la investigación”. Además, hay un punzón confeccionado con restos óseos y material ya encontrado en otras campañas anteriores como restos de marfil.
Barciela considera que las semillas, calcinadas, son “de extrema importancia porque nos permite conocer los tipos de cultivo, la base de la alimentación y, sobre todo, porque este material ofrecerá datos de la datación”.