Cada año parece más común que las olas de calor azoten el planeta durante el periodo estival. Los casos de olas de calor en América del Norte son bien conocidos, como los 49,6 ºC que se registraron el pasado verano en la localidad canadiense de Lytton, o los 47,2 ºC que alcanzaron los termómetros en Montoro (Córdoba, España) en 2017, convirtiéndose en el récord de temperatura máxima en España. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en Science Advances señala que en nuestro planeta ha habido olas de calor mucho más extremas que las registradas en los últimos años, y que prácticamente han pasado desapercibidas.
Un novedoso sistema para cuantificar las olas de calor
El grupo de científicos de la Universidad de Bristol que ha liderado el estudio, para llegar a esta conclusión, ha utilizado una nueva metodología para cuantificar las olas de calor y valorar su importancia. Los datos comparados desde la década de 1960 indican la existencia de cinco grandes olas de calor en diversas partes del mundo. Sin embargo, hasta ahora no se habían tenido en cuenta por la escasa repercusión mediática que tuvieron.
Para llevar a cabo el estudio, los científicos realizaron una división regional teniendo en cuenta las diferencias de temperatura de distintas zonas, ya que los valores térmicos no tienen el mismo impacto en las distintas regiones del planeta. En función a ellas, se calculó la temperatura máxima diaria promedio durante los episodios de calor, y por último se clasificó su importancia en función al número de desviaciones estándar respecto a la media de la década anterior.
«La ola de calor del oeste de América del Norte en 2021 será recordada por su devastación generalizada. Sin embargo, el estudio expone varios extremos meteorológicos mayores en las últimas décadas, algunos de los cuales pasaron desapercibidos, probablemente debido a que ocurrieron en países más desfavorecidos», afirma la Dra. Vikki Thompson, autora principal del estudio. Los resultados señalan que la peor ola de calor se habría producido en el sudeste asiático en abril de 1998, donde se alcanzaron los 32,8 ºC. Tras esta, le sigue Brasil en noviembre de 1985, donde sus máximas llegaron a los 36,5 ºC y la registrada en el sur de Estados Unidos en julio 1980, donde se llegó a los 38,4 ºC.