Entrevista> Isabel Candela / Concejala de Educación y Bienestar Social (Alicante, 27-agosto-1969)
Alicantina de nacimiento, la concejala Isabel Candela Navarro reside en San Vicente del Raspeig desde hace 21 años. “Desde el primer momento que llegué esta ciudad me atrapó. Sobre todo por esa sintonía que existe entre los vecinos. Parece como un barrio grande” nos señala.
Antes de llegar a la política estuvo bien inmersa en el mundo educativo, deportivo y sindical del municipio. No en vano fue presidenta del AMPA del colegio Raspeig y del CP Patín Raspeig, así como formó parte de un sindicato independiente del sector de grandes almacenes. Conversamos sobre los asuntos que gestiona ahora en sus concejalías, como las obras en los centros educativos, los servicios sociales o la lucha contra la violencia de género.
Es la primera vez que te entrevistamos, así que me gustaría que empezaras contándonos cómo te metiste en política.
Fue un poco cosas de la vida y el azar. Me lo propuso mi entonces compañero José Luis Lorenzo. En un principio la verdad es que me hizo ilusión ya que yo siempre había estado metida en el tema asociativo y fui sindicalista durante 25 años. Digamos que concebí esto como dar un salto aún más grande (risas).
En realidad, como yo iba de número ocho en la lista del PSOE tampoco estaba tan confiada de salir electa, pero al final sacamos diez concejales. Desde el principio elegí llevar Bienestar Social, porque es un área en la que me apetecía trabajar por los ciudadanos. Lo que nadie me dijo es que me iba a estrenar por todo lo alto encontrándome una pandemia diez meses después. Pero aún así me alegro de haberlo hecho, porque me he encontrado un equipo excelente de trabajo.
«Estamos acometiendo obras en colegios, que debería realizar la Conselleria, porque son urgentes»
Hablemos primero de Educación. ¿Cómo está el tema del nuevo instituto?
Yo llevo desde el principio de la legislatura gestionando Bienestar Social, pero la concejalía de Educación la cogí hace poco más de año. Y entonces me encontré que había muchos proyectos dentro del Plan Edificant. Junto con la arquitecta de Urbanismo nos pusimos a analizar en qué estado estaban, pero como solo tenemos una arquitecta municipal para toda una ciudad de 60.000 habitantes pues tardamos más tiempo del que me hubiera gustado.
Aún así ya hemos conseguido que se pasen las memorias elaboradas de tres colegios y la del instituto, la cual se mandó el 15 de enero. Desde entonces estamos a espera de que la Conselleria nos indique si nos da las competencias para poder seguir los trámites.
¿Entonces lleváis siete meses esperando la respuesta de la Conselleria de Educación?
Sí, eso es. Desde luego te puedo asegurar que tanto desde el Ayuntamiento como desde la delegación territorial de Alicante, e incluso por parte de las propias inspectoras de educación, estamos insistiendo todo lo que podemos. Desde San Vicente tocamos a la puerta de la Conselleria cada dos por tres.
En julio te reuniste con las AMPAs. ¿Qué les dijiste a los padres?
Pues la verdad, porque creo que mal hacemos si creamos falsas expectativas. Y es que algunos pensaban que apretando a la Conselleria podríamos conseguir que el instituto se empezara a construir ya mismo… pero por desgracia nada más lejos de la realidad.
Todos sabemos que la Administración es lenta. Si mañana mismo por fin nos cedieran las competencias, todavía nos quedaría muchísimo trabajo. Primero debemos de aceptar dicha delegación de competencias en el pleno municipal. Luego redactar el proyecto definitivo, porque lo que enviamos a Valencia solo es un pequeño esquema de los costes. Una vez se haga dicho proyecto, hay que sacarlo a licitación para adjudicar las obras. Y luego el plazo de ejecución, el cual puede ser de un par de años.
«El OEDI ayuda a que las mujeres no sean ciberlocalizadas y acosadas por sus agresores»
¿Entonces cuando calculas que puede estar ya construido?
Pues si todo va bien, tres o cuatro años. Yo entiendo que los padres se llevaron un chasco, pero mi trabajo es decir la verdad.
¿Qué pasará hasta entonces con los alumnos? ¿Hará falta redistribuirlos en aulas prefabricadas?
Para este próximo curso no porque tenemos plazas suficientes en los institutos y no habrá cambios en el mapa de escolarización. Sin embargo nos preocupa el curso 23-24 porque viene una gran oleada de alumnos que terminan sexto de Primaria. Esto es algo que cambia de un año a otro.
Así que vamos a tener un problema de exceso de estudiantes que pasan a Secundaria. No me gustan las prefabricadas, pero tenemos que dar una solución. Y solo hay dos terrenos posibles para instalarlas, o en el barrio de Santa Isabel cerca dl IES Haygón o al lado del IES San Vicente.
¿Todavía no habéis decidido en cuál se colocarán?
A nosotros nos gusta mucho más la opción del IES San Vicente porque es menor la distancia con colegios como L’Horta, Victoria Kent o La Almazara, y por tanto no habría que hacer tantos cambios de adscripción.
El problema es que, a diferencia del terreno de Santa Isabel, estas parcelas no son de propiedad municipal. Por tanto habrá que negociar con los propietarios y redactar un plan parcial. Así que si al final no logramos llegar a un acuerdo con los dueños, pues tenemos la otra opción.
Cuando por fin esté terminado el nuevo instituto, ¿dónde se ubicará y qué capacidad de alumnos tendrá?
Se ubicará en la zona de Montoyos y albergará veinte aulas de ESO y cuatro de Bachillerato. Esto son unos 740 alumnos.
«Para que el nuevo instituto esté construido aún faltan al menos tres o cuatro años»
Respecto al resto de reformas en los centros educativos. ¿Cómo va la adecuación del aula para niños de dos años en el colegio Bec de l’Aguila?
Se está realizando ya este verano para que esté terminada a principios del próximo curso. Quiero aclarar que esto no está dentro del Plan Edificant de la Generalitat, sino que lo ha pagado el Ayuntamiento. Nosotros solo tenemos la competencia de mantenimiento de los coles, y lo que hacemos de extra es porque son obras de urgencia donde no está llegando la Conselleria.
Igual que pasa con el Aula Mágica de L’Horta y la pérgola del Jaume I. Todas estas obras deberían estar en el Edificant, pero ya sabemos lo que están tardando. Por eso hemos decidido acometerlas nosotros y estarán listas para septiembre.
¿Y qué hay del muro del colegio Azorín?
Se está analizando con los técnicos para ver la forma de resolverlo. Esto también es competencia de la Conselleria, pero lo han metido en el Edificant sin aclararnos para cuándo estará.
En realidad se trata de una obra urgente porque está deteriorado y existe peligro de caída, pero desde la Conselleria cada vez que preguntamos solo nos dicen que pongamos una valla de seguridad.
¿Falta alguna obra más pendiente del Edificant en colegios?
La solera del colegio Raspeig. Aquí el problema es que la Conselleria tampoco se pone muy de acuerdo para colocar los juegos infantiles. Estamos a expensas de que nos digan si es válida la que hay o si hace falta tirarla entera y volverla a hacer.
Cuando por fin finalicen todas estas reformas… ¿estarán cubiertas ya todas las necesidades de los centros educativos de San Vicente o se deberían incluir más obras en el Edificant?
Todavía queda bastante por hacer, como la rampa del Miguel Hernández u otras reformas en los colegios Santa Isabel, García Antón, Juan Ramón Jiménez, Victoria Kent y Azorín. Intentaremos seguir reivindicando a la Conselleria todas estas obras.
«Nos gustaría que se continuaran dando clases de español a los refugiados ucranianos»
En los últimos meses del pasado curso se impartieron clases de español para refugiados ucranianos. ¿Se retomarán este otoño?
Esto surgió de forma repentina cuando estalló la guerra. Era algo necesario para las familias ucranianas que nos llegaron y tenían grandes carencias en cuanto al idioma. El primer paso lo dio la academia privada ‘Llengua idiomas’ ofreciéndoles clases de español y poniéndose en contacto conmigo para solicitar apoyo municipal.
A raíz de aquello contacté con la Escuela Oficial de Idiomas (EOI) y la Escuela de Adultos. Desde la delegación territorial de la Generalitat nos facilitaron rápidamente un profesor y la concejalía de Deportes nos cedió el espacio. Los alumnos estaban muy a gusto porque era un lugar donde incluso podían salir a aprender al aire libre. Todos hicimos un esfuerzo y yo espero que se repita al año que viene. Eso dependerá sobre todo de la EOI, pero nosotros encantados si así lo deciden.
Pasemos al área Bienestar Social. Supongo que la pandemia ha sido un antes y un después para esta concejalía. ¿Cómo viviste los primeros días?
Lo vivimos con mucha incertidumbre porque para todos era nuevo. La verdad es que hicimos un auténtico máster intensivo para poder atender las demandas de los ciudadanos. Nuestros técnicos estaban acostumbrados a efectuar ayudas de emergencia, pero en cuestiones puntuales y no a semejante nivel. Al final conseguimos repartir los cheques de comida en apenas diez días, aún con lo lenta que es la Administración para estas cosas.
Evidentemente las rentas más bajas son quienes más sufrieron junto con la hostelería y demás negocios. Con el agravante de que tenían que pagar justo en ese momento el IVA aún sin ingresar. Así que tuvimos que inventar un procedimiento rápido para dar tanto ayudas económicas como sobre todo alimentos. Para ello tuvimos que reforzar nuestro personal, y también hay que reconocer que tanto desde la Generalitat como en la Diputación supieron reaccionar bastante rápido.
¿Por qué se hizo todo a través de una única empresa de supermercados?
Pues porque el Supermercado Amano fue el único que nos cogió el teléfono en aquel momento. Por entonces estaban desbordados y no era nada fácil hablar con ellos.
Y aprovecho para agradecer también a la Policía Local, Protección Civil y Guardia Civil porque nos ayudaron a repartir todos estos cheques.
«En los servicios sociales hemos notado que la pandemia también ha generado graves problemas psicológicos»
Han pasado ya más de dos años de todo aquello… ¿las demandas de sanvicenteros a los servicios sociales municipales han disminuido hasta los niveles prepandemia?
No. Están todavía un poco más altos. Y además tenemos otras demandas que van más allá de las ayudas económicas. Porque en los servicios sociales también tratamos otros aspectos sociales que han aumentado.
Hay que decirlo, tenemos ahora mismo un alto nivel de gente con pensamientos suicidas. Y de todas las edades, porque la pandemia ha hecho daño psicológico a todo tipo de personas. Éste es un tema que nos preocupa bastante.
¿Vais a impulsar alguna campaña de prevención del suicidio?
Estamos dentro del Contrato Programa (convenio acordado entre la Generalitat y el Ayuntamiento de San Vicente), donde existe una unidad específica para enfermedades mentales. Aún no lo hemos firmado, pero queremos hacerlo próximamente para incorporarla a nuestros servicios sociales.
«Cuando estalló la pandemia logramos sacar cheques de comida en solo diez días»
Recientemente se ha implantado el Observatorio Español de Delitos Informáticos (OEDI) en San Vicente. ¿En qué consiste?
Es una iniciativa que hemos puesto en marcha para ayudar a las mujeres que sufren violencia de género. Muchas veces nos comentaban que sus agresores siempre sabían dónde encontrarlas gracias a que les hackeaban los teléfonos u otras técnicas informáticas.
Este servicio les asesora para evitar ser geolocalizadas, y además emite informes periciales que atestiguan que han sido ciberacosadas por sus agresores. Esto luego les puede ser muy útil de cara al juicio.