La escultura es, dentro de la gama de las artes plásticas, la que más depende del entorno en el que se instala la obra final. Quizás, y por decirlo de una forma directa y sencilla, la menos musealizable. O, si se prefiere, al revés: la más musealizadora de su área de influencia.
Benidorm, un museo de la arquitectura y de la antropología en sí mismo, como demuestran sus altos y fotografiados rascacielos y la marea humana que los 365 días del año pulula por la ciudad, lleva tiempo convirtiendo sus calles en una suerte de galerías para el disfrute de exposiciones temporales, como la que durante todo este verano y hasta el próximo mes de octubre protagonizan, en el Paseo de Poniente, las obras de Juan Méjica.
Un asturiano universal
Asturiano nacido en Navia, Méjica inició su andadura como artista en 1989 buscando, quizás, el camino más complicado, el de huir de una temática fija y con la que fuese fácilmente reconocible, apostando por cuestiones complejas y variadas.
Todo ello, le ha llevado a convertirse en uno de los escultores más valorados de nuestro país, y hoy en día su arte es ampliamente reconocido a nivel internacional, como demuestran las muchas exposiciones que ha protagonizado a lo largo y ancho de los cinco continentes.
Méjica es uno de los escultores más valorados de nuestro país y su arte es ampliamente reconocido a nivel internacional
El arte en la calle
Como en el caso de la muestra que durante estos meses se puede contemplar en el Paseo de Poniente de Benidorm, Méjica ha mostrado a lo largo de su carrera una gran predilección por llevar su arte a la calle.
Así ha ejecutado esculturas, murales y relieves de gran tamaño para lugares públicos y desde 1995 trabaja en el proyecto ‘Creaciones para el Paraíso Natural’, en el cual integra arquitectura, bellas artes, diseño, etc. en todas sus iniciativas, aglutinando “pintura, escultura, cerámica, mobiliario y otras manifestaciones plásticas con un afán artístico y universal”.
El propio artista explica que su obra se apoya “en un pensamiento teórico polémico, pero coherente” e “hibrida la tradición y las vanguardias a través de un sentido cromático intenso y un juego de formas elementales, de gran potencia por su carácter primitivo, rescatando en muchas ocasiones iconografías ancestrales e incluso del lenguaje infantil”.
Mirando al mar
Méjica llega ahora a Benidorm y lo hace, como no podía ser de otra manera a una ciudad que mira al mar, situando sus esculturas a la orilla misma del Mediterráneo y en uno de los paseos, el de Poniente, más emblemáticos -y premiados arquitectónicamente- de la capital del turismo.
Una ubicación que los responsables de la exposición han calificado de “inigualable para una exposición también inigualable”.
«La exposición toca temas universales españoles como puedan ser el toro, los seres antropomorfos, la mujer solar, el asturcón o el tejo» J. Méjica
Siete piezas de gran tamaño
El artista protagonista de esta muestra ha explicado que las siete piezas que se exhiben responden a una iconografía de “temas universales españoles como puedan ser el toro, los seres antropomorfos, la mujer solar, el asturcón o el tejo”.
El autor ha detallado que se trata de piezas “aguerridas y con carácter de entre dos y cinco toneladas y casi cuatro metros de altura”. Todas ellas, ha seguido explicando, están hechas de una aleación “de acero y cobre” resistente a la acción del salitre, algo fundamental teniendo en cuenta la ubicación elegida.
Arte para ser tocado
Méjica ha asegurado que “las piezas junto al mar pueden sacar todos sus potenciales”, y ha agregado que en este “museo al aire libre” en el que se configura el Paseo de Poniente “todos son protagonistas: piezas y público”.
En este sentido, ha incidido en que su obra “está precisamente pensada para ser tocada, para ser vivida” y ha expresado su deseo de que “los millones de personas que visitan Benidorm se lleven esa imagen” de la ciudad con sus esculturas.
«Mi obra está pensada para ser tocada, para ser vivida» J. Méjica
Exposición de primer nivel
Fue el propio artista asturiano el que, acompañado del alcalde de la ciudad y de una nutrida comitiva oficial, inauguró el pasado mes de julio una exposición que será desmantelada en una fecha muy especial para todos los benidormenses y valencianos: el 9 d’Octubre.
Durante ese acto, los responsables de la muestra subrayaron que esta nueva iniciativa de sacar el arte a la calle ha llevado a Benidorm “una exposición de primerísimo nivel, compuesta de siete esculturas de gran formato de un escultor de reconocido prestigio nacional e internacional” y que cuenta “con obras repartidas en cuatro de los cinco continentes”.
Hasta el 9 d’Octubre
Una exposición, insistieron, que “llega para estar con nosotros hasta una fecha tan señalada como el 9 d’Octubre”, y que “va a estar conviviendo con el día a día de una ciudad que ya está en plena ebullición y que van a poder admirar cientos de miles de personas durante los próximos meses”.
Las siete esculturas que componen la exposición se encuentran dispuestas desde el inicio del Paseo de Poniente -a la altura de la avenida Jaime I- hasta el cruce con la avenida de Xixo.