El arraigo de los Moros y Cristianos en Mutxamel, Fiestas de Interés Autonómico desde 2020, es tal que, en vez de dos citas, el Medio Año y el momento en sí, tienen tres. Repasemos: un Mig Any, que este año se celebró el doce de marzo; la fiesta en cuestión, que según cartel ahora será entre el siete y el doce del próximo mes; y el día del Salvador, cuando se presentan los cargos festeros.
En el fondo, esta convocatoria viene a ser un ilusionado avance de la película festera, inmersa además en otra de las manifestaciones que quedan en la Comunitat Valenciana de una de las advocaciones llamadas trinitarias. En concreto, de las dedicadas al Cristo Salvador, gestadas realmente desde el mismo origen del cristianismo y ligadas a la fe en Jesús desde la expansión de esta sobre todo por Occidente.
El culto a la Transfiguración
¿Pero de qué culto al Salvador estamos hablando? ¿El del Niño Jesús Salvador? En este caso, hablamos de una fiesta a principios de año, como las que se celebran todavía en algunas localidades de las montañas alicantinas. ¿O del dedicado a Jesús Resucitado, que protagoniza el encuentro con la Virgen? Aquí nos situamos en la Pascua, y es el acto que finaliza gozosamente las Semanas Santas.
Queda una tercera posibilidad. La reverencia a la Transfiguración, es decir, el momento (el seis) en que Jesús se vuelve luz tras subir a una montaña, el monte Tabor (Har Tabor o Tavor), en la Baja Galilea (al norte de Israel). En lo alto de este cerro boscoso está la muy visitada basílica de la Transfiguración. Y es fiesta de gran arraigo en la Comunitat Valenciana, aunque en muchos municipios ha acabado integrada en otros cultos.
La devoción al Salvador arraigó en mezquitas cristianizadas
Extendido por la Comunitat
La existencia de una ermita anterior, directamente una mezquita cristianizada, aseguran los historiadores, puede haber asentado las advocaciones al Salvador.
En la provincia, sucede con parroquias como la de la Transfiguración de Ibi, de 1582, o la del Salvador en Cocentaina, de 1591. Como ocurre en Mutxamel, cuyo templo data originalmente de 1513, aunque hoy disfrutemos de trazas entre barrocas y neoclásicas de finales del siglo dieciocho, adosadas a las de una torre defensiva gótica del dieciséis.
Ahora bien, en este municipio, el gran culto lo representa el dedicado a su patrona, la Virgen del Loreto, con una serie de milagros, según crónicas, iniciada en 1545, con el cuadro de técnica icónica que se le había comprado a un pintor de Biar y que portaba el presbítero Llorenç Boix, en rogativa a la Santa Faz. Hubo lágrima de la pintura y luego la consiguiente y esperada lluvia.
El culto a la Virgen del Loreto acabó por consolidarlo
Devociones unidas
Quizá por ello, el asunto tenía todas las papeletas para que la devoción por la Virgen del Loreto acabase fagocitando la del Salvador, como ha ido ocurriendo en otras localidades de la Comunitat Valenciana. No fue así en Mutxamel. De hecho, el fervor se fue consolidando. Y también iba a ser precisamente la veneración mariana la que llegó para potenciar los honores al Salvador.
Los Moros y Cristianos mutxamelers, surgidos según crónicas en 1843, se celebran en homenaje a la Mare de Déu de Loreto. Conmemoran otro milagro de la imagen venerada, este de 1597: tras rogársele, rompió la acequia del azud y salvó a la población mutxamelera de perecer ahogada. Pues bien, la visita extra de estos festejos, la presentación de cargos, quedó establecida el día del Salvador.
La presentación de cargos es conocida como Día de la Señal
El programa festero
El Salvador conservaba así la veneración como patrón (con la Virgen del Loreto como patrona), y arraigó. Eso sí, el programa de fiestas que presenta en nota de prensa el Ayuntamiento no puede ser más conciso: “Procesión, encendido de la Torre de la Iglesia y presentación del cartel de Festes de Moros i Cristians 2022”. Lo que no señala, pero se ha podido presenciar a pie de calle, es la animada participación vecinal en estos breves programas.
Este año, la participación, tras dos años fuera de juego debido a los confinamientos, puede verse reforzada, incluso en el vacacional agosto. Antes, el viernes uno del pasado julio, la Comisión de Fiestas de Moros y Cristianos de Mutxamel había celebrado en el Casal Fester (en la calle Pío XII, se fundaba en 1997, como aseguran los azulejos a la puerta) una asamblea general ordinaria.
Otras actividades
El motivo: presentar los nuevos cargos festeros y determinar las actividades del mes, que incluían otros actos, como el “maratón de donación de sangre festera, además de un concierto de música festera de la Sociedad Musical l’Aliança de Mutxamel, la presentación del ‘llibret de festes’, la Gala de la Primera Mujer Capitana por el 50 aniversario de esa efeméride o la Gala de Fiestas de Moros y Cristianos”.
Como se ve, el ánimo de las comparsas anima un agosto que, en el corazón devocional, descansa precisamente en esa celebración de El Salvador, conocida como Día de la Señal. Así, los gozos sanos y los profanos siguen imbricándose de nuevo.