Entrevista> Jesús Arrué Mora / Pintor (Valencia, 25-septiembre-1973)
Madonna o Marco Asensio han sido algunas de las populares celebridades que recientemente han ofrecido al público obras pintadas por Jesús Arrué. El artista valenciano ha estado en boca de todos por sus retratos de celebridades, alguno de ellos incluso generando polémica, como el que elaboró sobre Putin poco antes del inicio de la invasión de Rusia sobre Ucrania.
La última acción pública ha sido la defensa por parte de diferentes colectivos y personas del grafiti de David Bowie que Arrué dejó como seña en las calles del Carmen. El derribo del edificio propició un movimiento en redes para tratar de evitar que se perdiera la obra sobre el popular cantante, algo que de momento se ha conseguido para alegría de su autor.
«No sólo pinto rostros de música, pero acontecimientos como el de Madonna es por lo que más se me ve»
Están siendo años movidos… pero tu último lustro ha sido especialmente agitado. ¿Ha cambiado algo para ti en este tiempo?
No ha cambiado absolutamente nada. Date cuenta que yo vengo de una familia humilde de seis hermanos que hemos nacido en un barrio complicado y en una época complicada.
Nosotros somos personas muy humildes, de hecho tengo dos hermanos inspectores de policía, y otro hermano y una hermana también artistas. Han cambiado muchas circunstancias en mi vida cuando surgió todo lo de Madonna, pero mi persona es exactamente la misma. Soy igual.
Estás en racha. En su momento fue Madonna, te viralizaste gracias a tu obra sobre Putin y ahora de nuevo en la palestra gracias al grafiti de Bowie. ¿Ha habido suerte o cuando uno la sigue la consigue?
Cuando me preguntan esto siempre digo lo mismo. La suerte no existe, se busca. He trabajado muchísimo, he hecho muchas cosas para sobrevivir, porque antes se sobrevivía. He trabajado en la noche, en la moda, y mi arte era paralelo, hasta que un día todo da un vuelco y ya sí me dedico al cien por cien a mi arte.
No existe la suerte, siempre he pretendido llegar, con mi actitud y mi forma de ser, a la gente. El arte te puede gustar o no, que en mi caso suele gustar, pero el que la sigue la consigue.
«No todo el mundo tiene arte, ni todo el grafiti es arte»
Has entrado en la historia porque el primer grafiti indultado de València es tuyo… algo paradójico porque tú no eres grafitero.
Yo soy pintor, artista, no soy grafitero. Es cierto que en mi época joven he hecho grafitis en el barrio, pero este ha sido a posteriori. Hago este grafiti, que realmente es un grafiti con técnica de acrílicos, con pincel. Es decir, es una pintura sobre un muro.
Como artista, ¿qué punto de vista tienes dentro del debate entre arte y vandalismo que hay siempre vinculado al grafiti?
Como artista, hay mucho arte de grafiti y mucho grafiti basura. No todo el mundo tiene arte, ni todo el grafiti es arte. Hay grafitis que son letras, ejecutados de una manera exquisita, con una técnica brutal y con relieves y brillos increíbles.
Los grafitis no dejan de ser formas y señales, a partir de ahí está el grafitero que plasma figuración, como en mi caso no porque soy artista, pero sí los hay. Está el vandalismo que te coge un spray y te pone ‘amo a Vanessa’, y luego está el arte que tiene que ver con spray, que es maravilloso. También te digo que hay cuatro, en València no hay más.
Te defines como un artista oscurista.
Goya tuvo su época oscurista, cuando hacía sus cuadros tan siniestros, tan oscuros. Yo no soy el pintor de la alegría, no me gusta la alegría en los cuadros. Si te das cuenta, ya antaño Velázquez, Goya, Sorolla… los grandes de verdad, no pintaban una sonrisa, nadie sonríe, no se enseñan dientes en los cuadros de antaño. Detrás de la alegría ves una sonrisa, pero detrás de la tristeza, de la pena, ves muchísimo más, hay algo, un trasfondo más grande.
Yo te pinto un Bowie y no lo voy a hacer sonriendo, lo pintaré triste, con dolor, desesperación. Si te pinto un rostro será oscuro, con ese punto siniestro.
«Detrás de la alegría ves una sonrisa, pero detrás de la tristeza ves muchísimo más»
¿Por qué tanto artista musical dentro de tu obra? ¿Es todo por fervor hacia estos en concreto o hay algo más?
Casi todo es por fervor. Yo nací en el 73 y me moví en la movida de los ochenta, para mí han sido iconos, he sido rockero, heavy… la música me movía muchísimo. No sólo pinto rostros de música, lo que pasa es que acontecimientos como el de Madonna es lo que más se me ve. Pinto otras figuraciones que no tienen nada que ver con la música, o anónimos que es lo que me da de comer.
¿Hay alguna obra que quizá sea desconocida y sea la que a ti más te llene?
Hay una obra que está vendida hace dos años pero se están haciendo la casa nueva, que además fue premiada en la bienal de Valencia, que es una obra de mí, de mí ser. Es una obra sumida, desgarradora, es el sentimiento de las noches de exceso, de cómo me costó asumir mi identidad, porque soy gay y me costó mucho salir del armario… Esta obra, que es tras la lucha de insurgencia, es una obra que tuvo su repercusión a nivel comunidad pero no tuvo repercusión, porque siempre repercuten los personajes.
Pinto luego muchos personajes porque te da repercusión y yo pinto para ganar dinero, porque es mi medio de vida. Es mi pasión, pero además pinto para poder vivir.
¿Cuál es tu valoración global de las redes sociales?
Para mí han sido muy importantes. Yo no me he movido en redes sociales casi nunca. Me movía más entre particulares hasta que decidí abrir redes sociales para mover nuestro arte, y ha sido importantísimo. He llegado a Madonna porque se han puesto en contacto conmigo a través de redes sociales.
Es difícil, tengo que reconocer que me lastra estar pendiente, porque me gusta estar en mi arte. Confío porque me han aportado mucho, pero es un arma de doble filo ya que hay mucho intrusismo.
«Las redes sociales son ingratas, aunque a mí me han servido mucho»
¿Permiten que se conozcan obras que quizá en otra época se conocía cuando el artista ya no estaba?
Gracias a las redes sociales ha pasado lo del grafiti, porque moviliza a la gente. Las redes sociales son ingratas. Yo veo a un chico o una chica guapita y tiene medio millón de seguidores, eso no lo entiendo porque se valora más eso que el arte. Pero ahí estamos los artistas persistentes luchando porque se valore nuestro trabajo.
Otro concepto de tu arte son las miradas. ¿Eres por tanto más de miradas que de sonrisas?
Lo soy. De hecho estudié psicología, no lo acabé porque no era vocacional y el arte corría por mis venas, pero me sirvió. Siempre he sido muy observador, me siento en una terraza y me gusta mirar. Cuando hablo con alguien le miro a los ojos, es lo que habla de verdad de una persona. Hay ojos preciosos que no dicen nada y otros chiquititos que te dan la vida. La mirada es el todo.
¿Te ha sorprendido todo lo que sucedido entorno al grafiti de Bowie?
Mucho, porque vengo de acontecimientos gordos, como la venta del cuadro de Madonna, la venta del cuadro de Marco Asensio, que la propia Madonna compartiera el cuadro de Putin en medio del conflicto para criticarle, que se hizo viral a nivel mundial y a nivel periodístico. Sentí bastante miedo por ello.
Hice un movimiento en redes, subiendo un video porque me dicen que van a derribar el edificio donde se encontraba el grafiti. Es curioso como en muy poco tiempo me contacta el propietario, el arquitecto e incluso temas políticos, en este caso un concejal de Ciudadanos, que me contactó para decirme que quería proponer la protección de la obra. Del ayuntamiento sin embargo sigo sin tener noticias y eso que ellos defienden, en teoría, la protección del casco antiguo…
«Hay mucho arte de grafiti y mucho grafiti basura»
Han sido muchos apoyos.
Incluso la universidad se ha puesto en contacto conmigo para colaborar con la catedrática de arte para que el fin de carrera de sus alumnos se haga con el estudio del grafiti y así poder desplazarlo. Es impresionante que todo el mundo se haya movido y el ayuntamiento no.
«Existen ojos preciosos que no dicen nada y otros chiquititos que te dan la vida»
¿Duele que tenga que surgir una polémica para que se vuelque la gente con el fin de defender el arte?
En este caso sí que se ha volcado todo el mundo. Y hablo de todo el mundo; visitantes del grafiti, porque ha sido muy emblemático, gente particular, de universidad, el propio propietario que quiere salvarlo… Yo nunca me callo a la hora de hablar de ciertas cosas, pero si tengo cierta inquina de que no se proteja el arte.
¿Albergas la esperanza de que actos como este pueda servir de acicate para que las administraciones, a todos los niveles, y la sociedad, valoren más el arte que tienen cerca?
Espero que este movimiento sirva para proteger otras obras de arte o grafitis que vayan a destruir y sea un precedente. Se hacen cargo de cosas que a veces me dejan un poco loco, y esto es arte, que se deberían mover por proteger.