Entrevista> Santos Torres / Organizador del Benidorm Pride
Cuando el último veraneante de agosto deje atrás Benidorm, se podrá dar por oficialmente concluida la temporada alta turística, pero eso no quiere decir que la ciudad vaya a sumirse en el silencio y la tristeza hasta el próximo verano. Para evitarlo, el destino irá encadenando, durante los próximos nueve meses, una larga lista de iniciativas y propuestas en las que aparece, como primer hito, el Benidorm Pride.
Por unos días, la capital turística de la Costa Blanca se convertirá, también, en la capital del turismo gay en un Orgullo que, como explica uno de sus organizadores, Santos Torres, no deja de lado la vertiente turística, pero también cumple una importante función en el ámbito reivindicativo.
¿El Benidorm Pride es un producto turístico o un acto reivindicativo?
Es una mezcla de las dos cosas. La reivindicación está siempre presente. Sobre todo, en el momento del desfile-manifestación del sábado, que es cuando, además de toda la cuestión de las carrozas y las vestimentas, salen los distintos grupos a reivindicar.
Esa reivindicación está presente durante todo el evento, porque eso es de lo que se trata, aunque, evidentemente, tiene su parte lúdica y festiva.
«La reivindicación está siempre presente. Sobre todo, en el momento del desfile-manifestación del sábado»
Mirándolo desde el lado turístico, ¿hay mucha competencia con otros orgullos?
Siempre miramos muy bien el calendario y tenemos muy definido cuándo se celebra cada uno para, precisamente, conseguir que no se solapen unos con otros. Nosotros cogimos la fecha de septiembre, en primer lugar, porque Benidorm todavía tiene mucho que dar ese mes y también para ayudar a alargar económicamente la temporada de los locales, ya que es cuando comienzan a experimentar la caída tras la temporada alta.
Celebrar el orgullo en septiembre permite alargar 15 días más esa temporada con unos buenos ingresos.
Volvamos al ámbito reivindicativo. Ustedes llevan celebrando el orgullo en Benidorm desde 2001 y, partiendo de que esa reivindicación sigue siendo vigente y absolutamente necesaria, ¿comparte conmigo en que la sensibilidad social hacia el colectivo ha mejorado sustancialmente en estos casi veinte años?
La mayoría de la gente tiende a pensar todo lo contrario, pero creo que ocurre como con otras cuestiones a las que se les ha dado mayor visibilidad en este tiempo como, por poner sólo un ejemplo, la violencia de género. Ahora, la información vuela y puede dar la sensación de que los problemas han aumentado; pero creo que no es así.
Pienso que hemos mejorado bastante. Estoy convencido de que la gente es ahora mucho más permisiva y ha normalizado la situación.
«Yo tengo 51 años y he vivido momentos mucho más complicados»
Por lo tanto, que ahora haya más denuncias públicas no quiere decir que haya más casos de homofobia, sino que el propio colectivo ha perdido el miedo a dar a conocer esas situaciones.
Exacto. Se ha perdido el miedo a denunciar, y han salido a la luz casos muy graves de chicos o chicas a los que han asesinado o han dado una paliza y que han provocado que el resto del colectivo se empodere y haya dado el paso a denunciar sus propias situaciones. Eso hace que el número de denuncias aumente, pero es porque la gente se siente ahora más segura y se atreve a dar ese paso.
Insisto, en cualquier caso, que en cuanto a tolerancia hemos avanzado muchísimo en todo este tiempo. No es, para nada, lo mismo que antes. Yo tengo 51 años y he vivido momentos mucho más complicados, cuando el hecho de trabajar en discotecas como animador ya hacía que todos te mirasen y se riesen o hiciese comentarios. Eso ya no se ve.
Y en medio de todo esto, ¿qué aporta un día festivo-reivindicativo como el sábado central del Benidorm Pride?
Visibilidad pura y dura. Es el día que la gente aprovecha para sacar sus banderas y sus colores. Ahí sacamos toda la artillería. Es verdad que la forma que tenemos de reivindicarlo es más inusual en comparación con una manifestación típica. Por eso lo llamamos desfile-manifestación.
¿Cree que puede estar cerca el día en que se acabe por completo la homofobia y ese desfile sea sólo festivo y ya no haga falta la parte reivindicativa?
(Piensa) Siempre van salir casos a la luz que van a hacer necesario que sigamos reivindicando. Las redes sociales son un gran altavoz para conocer esos casos. No, no lo veo cercano. Creo que se va a quedar perenne.
«En Benidorm siempre ha habido mucho ‘artisteo’ y ese es un ambiente muy asociado al mundillo LGTB»
Usted tiene, como ha dicho, 51 años y es optimista respecto a la mejora de la sensibilidad social. ¿Tuvo que esconderse alguna vez?
Yo nunca me he escondido, pero tampoco lo he magnificado hasta el punto de ir siempre con la banderita. Lo he normalizado.
¿Benidorm es, como se autodefine, un destino ‘gay friendly’?
¡Desde siempre! En Benidorm siempre ha habido mucho ‘artisteo’ y ese es un ambiente muy asociado al mundillo LGTB. ¡Dentro de nuestro ser tenemos algún genoma que nos lleva al mundo del ‘artisteo’! (ríe).
La ciudad está acostumbrada a ver a un chico maquillado de tía con una maleta en la mano corriendo porque llega tarde a hacer su espectáculo. No es algo que llame la atención porque la gente sabe que es alguien que va a trabajar.
Cuando hablamos del mercado turístico siempre lo hacemos realizando una foto fija muy general, y cuando hablamos del mercado gay siempre se comenta que es de alto poder adquisitivo y con un gasto per cápita en destino mayor a la media. ¿Eso es realmente así?
Absolutamente, porque siempre viajamos con menor cargas que cualquier pareja hetero. Y ya no hablo de parejas como nuestros padres, que tenían cuatro, cinco o seis hijos. Ahora se ha pasado a uno o dos, pero eso supone una carga económica que nosotros no tenemos.