Entrevista> Eduardo Grau Gascó / Portavoz y Concejal de Fiestas de Alfafar (Alfafar, 25-noviembre-1991)
La normalidad no puede ser completa sin los desfiles en las calles. No puede ser real sin los días de barracones llenos de gente. La normalidad es incompleta sin las sonrisas que a todos nos invade durante los días especiales del año… Tras varios meses llegaron las fiestas y, ahora sí, la normalidad e incluso, por qué no decir, la felicidad, ha regresado, esperamos que para no volver a marcharse.
Alfafar ha vuelto a respirar con sus fiestas. Uno de los que más lo deseaba era Eduardo Grau, que vio cómo su mandato al frente del área de Fiestas había estado marcado hasta ahora por la suspensión, como en todas las localidades, por culpa de la pandemia. Este año sí, llegó la hora, y las vive como todos. Hemos querido disfrutar también con él, hablando de cómo ha sido este tiempo sin fiestas y conocer más de cerca su vida dentro de la concejalía.
Eres joven y llegaste todavía más joven, con apenas 23 años, al ayuntamiento. ¿Te veías en la posición actual hace pocos años?
Yo no, pienso que ningún joven tiene la voluntad. Todos cuando somos jóvenes pensamos en mejorar la sociedad. Terminé mis estudios en enfermería y realicé un master en gestión, y antes de entrar en el ayuntamiento estuve un año trabajando en hospitales y centros de salud.
«Haciendo lo mismo de siempre no vamos a obtener resultados nuevos»
¿Cómo es tu entrada en política?
Entro en realidad en 2011 porque era presidente de una asociación juvenil y soy miembro de una comisión fallera y vinculado a Lo Rat Penat en Valencia. Se presentaba un candidato nuevo por el Partido Popular aquí en Alfafar, nuestro ahora alcalde, Juan Ramón, y tomó la decisión de pasar por todas las fallas, que es cuando lo conozco y tengo una primera conversación con él en la que me transmite que se va a renovar el partido con gente joven para reactivarlo.
No voy en esa lista, pero como soy simpatizante me afilio en 2011, cuando se gana con mayoría absoluta. En 2013 el alcalde se convierte en presidente local y confía en mí para la secretaría general. A partir de ahí empezamos a modernizar e implementar comunicación digital y hacer resurgir las Nuevas Generaciones, que en ese momento formábamos mi compañero Roberto y yo, y así ampliamos con gente que aportó una visión más joven.
De esa forma, en 2015 el alcalde me propone ir en la lista, tocándome el número nueve, salimos diez y así acabé aquí.
¿Sientes que representas a esa renovación de la política en general a través de gente joven que llega por debajo de los 40 años a ciertos cargos políticos?
Yo creo que sí. Personas por debajo de 35, con formación y experiencia previa. Yo cuando a la gente le digo que trabajé dos años en una empresa privada, que gestionaba un servicio público pero yo trabajaba con Sanitas, y siendo tan joven… se sorprenden de que ya estaba trabajando. Las nuevas generaciones, casi todos tienen un bagaje similar. Son personas activas que hemos entrado desde abajo hacia arriba.
¿Te veías mientras estabas en un centro de salud que acabarías en un despacho gestionando lo público?
La verdad es que no. Es cierto que hice un master en gestión, que aunque era sanitaria si te enseña a gestionar al fin y al cabo. Yo estaba en mi trabajo con mis guardias y sinceramente no veía. Cuando me vino el alcalde fue una sorpresa y le agradezco mucho que contase conmigo.
«Cuando me vino el alcalde fue una sorpresa y le agradezco mucho que contase conmigo»
Entre las muchas áreas que diriges tienes Fiestas. Este es el año del retorno, como estás últimas patronales. ¿Se respiraba que la gente necesitaba que volvieran los festejos?
La verdad es que sí. En 2020 fue duro suspenderlas porque, pese a haber pasado la primera ola no éramos conscientes aún de todo lo que suponía esta pandemia. Han tenido que pasar dos años para que viéramos, mirando hacia atrás, que fue una ventaja suspender aquellas fiestas con todo lo que se nos vino por delante. La gente ha respondido ahora, participando en las actividades y el balance es muy positivo.
Quizá llevemos unos meses de normalidad, pero ¿podía haber una felicidad plena sin eventos como estas fiestas patronales?
La gente necesitaba las fiestas para creerse que hemos aprendido a convivir con el virus. En las Fallas, que fue lo primero que hubo más o menos normal, la gente seguía teniendo algo de miedo, todo estaba más vacío; y en estos seis meses, ya en las del barrio de Orba, vimos que la gente participaba más, y ahora tenemos más gente que nunca.
Era necesario, no sé si para la felicidad, pero sí para recuperar la normalidad y demostrar que nos hemos acostumbrado a convivir con el virus, porque es una realidad que vamos a tener que asumir durante años ya que ha llegado para quedarse.
¿Cómo han sido estos años sin fiestas?, porque es algo que económicamente también se tiene que haber notado…
Mucho. A pesar de todo intentamos elaborar una agenda cultural y de eventos que pudiese al menos sacar a la gente a la calle. No era normalidad pero sí decir que no nos hemos olvidado de las fechas que son. Creo que las no fiestas supuso un impacto para los comercios que están dentro del radio de acción de la plaza que hizo que fueran fechas complicadas para ellos. Para el Ayuntamiento las fiestas es una inversión que tienen un retorno en la sociedad.
¿Qué sensación tenías cada vez que se suspendían unas fiestas? ¿Cómo reaccionaba la gente?
En 2021 fue fácil porque desde bien pronto veíamos que no había cabida. En el 2020 fue complicado y con mucha tristeza, hubo comprensión pero la tristeza era muy clara. Yo soy de Alfafar y he vivido aquí toda mi vida y he disfrutado de las fiestas de siempre. Para mí además eran las primeras que organizaba y fue duro.
Las clavariesas y los clavarios son amigos que conozco de siempre y darles esta noticia de que no pueden celebrar sus fiestas, era muy duro. Todavía se me pone la carne de gallina cuando lo recuerdo.
Lo importante es que hemos llegado a poder celebrarlas y darle el verdadero sentido a las fiestas, que no es tanto el tener una mejor disco móvil u orquesta, sino poder volver a ver a gente que no ves en todo el año, sentarte a cenar y saludar a todo el mundo. Es un alivio poder volvernos a juntar.
«Hay que reducir el gasto público porque el dinero tiene que estar en los bolsillos de las personas»
Seguro que hay algo que echabas más de menos
Precisamente eso. El poder cenar en un barracón, sentarme con mis amigos, jugar una partida de cartas… al final ver a la gente que acude a un acto y la ves con cara de alegría, a los niños jugar a los juegos infantiles, a las asociaciones entregadas… eso es lo que más valoro.
La participación ha crecido muchísimo. ¿Crees que es fruto de que la gente tenía muchas ganas y es circunstancial o este impulso puede continuar?
Espero que continúe y que estos dos años nos sirvan para valorar todo mucho más. Antes dábamos todo por sentado y si no ibas hoy ibas mañana. Este tiempo pasado nos ha dado el conocimiento de que quizá el año que viene pasa algo y no hay fiestas… Creo que este aumento ha venido para quedarse.
¿Cuál sería la fórmula para que siga esta evolución positiva?
Algo que ya hemos hecho este año, el tener una programación de calidad. Este año tenemos calidad y cantidad pero el año que viene hay que centrarse en la calidad. También hay que tener una programación para todas las familias y todos los gustos, pero hay que centralizar la calidad más que la cantidad. Otro aspecto es buscar la mejor fórmula para asegurar la convivencia entre vecinos y las personas que disfrutan de las fiestas.
¿Hay alguna cuestión que te gustaría que se hubiera reforzado ya este año?
Más actividades exclusivamente para los jóvenes, centrar más el tiro en su programación. Además me gustaría crear algún día donde defendamos todavía más nuestras tradiciones. Tenemos ya La Font y debemos seguir ese camino, recordando lo que éramos, para que lo tengan presente las nuevas generaciones.
«La gente ha respondido ahora, participando en las actividades»
En lo que ya destaca Alfafar es en la propuesta de actividades para jóvenes libres de alcohol…
Es una realidad que la mayoría de problemáticas se deben al consumo excesivo de alcohol. Una copa nos podemos tomar todos, pero intentamos mostrar a los jóvenes que el uso excesivo es malo para nosotros y nuestro entorno. Todos los años hacemos acciones formativas, y son acciones positivas que debemos seguir trabajando.
¿Ha aumentado el presupuesto para Fiestas este año?
Han subido todos los precios y además han sido más días. A pesar de ello agradecemos porque los grupos de música y orquestas han mantenido precios, pero el resto ha aumentado por la subida de los costes de materiales.
La legislatura llegará a su fin en pocos meses, por lo que podría ser tu primera y, quien sabe, si última legislatura al frente de Fiestas. ¿Sientes que tienes alguna espinita clavada por lo que te gustaría seguir al frente del área?
Son las primeras fiestas normales en varios años. Sí que es una espinita que se tiene clavada pero yo estaré donde me toque, y si la siguiente legislatura tengo que estar aquí y llevando Fiestas lo haré con la misma ilusión que si tuviera que estar en cualquier otra concejalía.
«Este año tenemos calidad y cantidad pero el año que viene hay que centrarse en la calidad»
¿Existe algún objetivo que te gustaría lograr en lo que resta de mandato?
Que continúe creciendo el municipio. Tenemos el apoyo de los fondos europeos y dinero que viene de Europa y el Estado. Debemos hacer acciones innovadoras y, llevando Hacienda también como hago, hay que reducir el gasto público porque el dinero tiene que estar en la calle y en los bolsillos de las personas.
¿Cómo se consigue eso?
Mediante eficiencia energética para gastar menos luz, sin fugas en las tuberías, apostando por la sostenibilidad, eliminando gastos superfluos… hacer eficiente la administración. Haciendo lo mismo de siempre no vamos a obtener resultados nuevos.