El verano es síntoma de vacaciones, playa, niños sin ir a la escuela… y de toros. Alfafar, como la mayor parte de los municipios de nuestro entorno, ha recuperado la normalidad de los festejos taurinos, haciendo que las calles se llenen de aficionados a la tauromaquia durante los días de agosto.
Las diferentes celebraciones convocaron a miles de personas en las zonas acotadas para las distintas actividades, haciendo que los aficionados a la cultura taurina pudieran disfrutar de nuevo en nuestras calles.
Protestas
Pero no todo fueron celebraciones entorno a los toros. Y es que el sábado 20 de agosto tuvo lugar una manifestación de la Plataforma antitaurina de Alfafar enfrente del ayuntamiento. La convocatoria fue secundada por unas 60 personas según fuentes de la plataforma: “un éxito total ya que todo el mundo está de vacaciones mientras que en los festejos taurinos si hay algo de gente es porque viene de todos los pueblos de Valencia”, anuncia la plataforma.
Esta cifra varía al preguntar a otras entidades, quienes hablan de “menos de 30 personas” y devuelven la pelota a la plataforma alegando que la mayoría de los allí presentes ni siquiera eran de Alfafar.
«Si no se llenasen las calles no lo organizaríamos» M. Sospedre
Contraste de ideas
“Nosotros respetamos la diversidad de opinión, lo que no queremos es que se nos imponga una forma de pensar”, aduce Manel Sospedre Arín, vicepresidente de la Penya taurina Tot Arreu Alfafar. “Nuestra mejor manifestación es ver las calles abarrotadas como ha pasado este año. Veíamos gente muy conocida y eso hace que yo me olvide de esta manifestación”.
“Estamos en una sociedad lo suficientemente evolucionada para dejar de divertirnos a costa del calvario de los animales, y lo hemos comprobado preguntando durante años por el pueblo y mayoritariamente nadie quiere este tipo de diversión con dinero público y vulnerando los derechos de la infancia”, explica Diego Nevado Martínez, responsable de comunicación de la plataforma antitaurina.
Unas acusaciones, las relativas a la infancia, que no se entienden desde el otro lado del conflicto. “Tenemos siempre veinte responsables taurinos vigilando todos los puntos del recinto para que no haya menores ni ninguna persona comportándose de manera incívica, además de dar siempre mínimo una vuelta por todo el recinto junto a la policía”, señala Manel Sospedre, quien resalta que no ha habido ningún incidente con menores este año, y que no recuerda que lo haya habido durante los últimos.
«Estamos en una sociedad lo suficientemente evolucionada para dejar de divertirnos a costa del calvario de los animales» D. Nevado
Protección animal
Sobre la tauromaquia y si este tipo de festejos suponen un maltrato hacia el animal, desde la Penya Tot Arreu manifiestan que “el ganadero es quién más vela por su animal, pero nosotros también”. Por ello resaltan la gran cantidad de controles que se deben cumplir, alegando que este mismo año un toro no pudo salir porque faltaba uno de los documentos, por lo que no fue de la partida.
Desde la parte taurina incluso se posicionan como defensores de estos animales y lo que representan. “Cuando hubo pandemia no había festejos taurinos, pero los animales comen igual y los ganaderos no tenían dinero, por lo que debían sacrificar algunos para vender como carne y alimentar al resto. Nosotros pusimos dinero de nuestro bolsillo para que esto no tuviera que pasar”, y se pregunta “¿dónde estaba esta gente, los presuntos animalistas?”.
A falta de cuatro meses para terminar el año ya se han celebrado los mismos eventos taurinos que en todo 2019
Politización del conflicto
La manifestación antitaurina tuvo lugar frente al consistorio local, en un intento de la plataforma por llamar la atención de los políticos y gobernantes de Alfafar. Los organizadores de la movilización llegaron a denunciar que “un ciudadano fantasma” lanzó un huevo contra la protesta, además de indicar que había “un grupo de taurinos increpando sin que Policía Local o Guardia Civil hiciera siquiera acto de presencia”, aunque, posteriormente reconocen que “nos daba igual si venían o no”, en referencia a los cuerpos de seguridad.
Estas acusaciones, y la presunta politización del conflicto de ideas entre ambas partes, preocupa a la Penya Tot Arreu, tal y como reconoce su vicepresidente. “Me preocupa el odio y la polarización. Si no te gustan los toros, no vayas”.
En este aspecto, Manel Sospedre, asume que los toros seguirán, pese a que algunos protesten, mientras siga habiendo gran afluencia de aficionados a este tipo de festejos. “A mí me gusta ver las calles y las gradas llenas, si no se llenase, no lo organizaríamos. Tienen odio irracional, nos llaman asesinos. Yo puedo ser amigo de alguien de izquierda o derechas, ellos no”.