Al escultor murciano de estilo barroco Francisco Salzillo (1707-1783), considerado el más importante imaginero del siglo dieciocho, y aún hoy modelo hasta para cineastas (que se lo pregunten a Mel Gibson), debió de impactarle desde muy temprana edad la iconografía de Nuestra Señora de los Dolores, ‘La Dolorosa’. De hecho, fue una de sus primeras tallas de juventud, para la parroquia de San Nicolás de Bari y Santa Catalina de Murcia.
Sin olvidarnos de la María Santísima de los Dolores, fechada en 1741, que procesiona desde la catedral de Murcia todos los Viernes Santos, la imagen la repetirá en otras ocasiones, como en el de la Virgen de los Dolores de la Villa Real de Dolores. Pero en esta historia también tendrá importancia, aparte de la posible fascinación o devoción de Salzillo, quién encarga la talla.
Antes de la talla de Salzillo, hubo un lienzo del culto titular
Censos enfitéuticos
El granadino, de Motril, Luis Antonio de Belluga (1662-1743), el cardenal Belluga, funda la desde 1884 pedanía crevillentina de San Felipe Neri (472 habitantes según censo de 2021) y los municipios de San Fulgencio (8.447) y Dolores (7.620). Son colonias agrarias creadas desecando el marjal oriolano, resto, como hoy el parque natural de El Hondo, del que fue el mítico Sinus Ilicitanus de Elche.
Mediante el recurso del censo enfiteútico (arrendamiento de larga duración), Belluga buscó financiar ‘pías fundaciones’ en Motril y Murcia. Bien, pues Luis Antonio de Belluga era devoto de La Dolorosa (en Granada, Nuestra Señora de las Angustias, imagen del siglo dieciséis atribuida al jienense Gaspar Becerra Padilla, 1520-1568). Al menos, tal sostienen investigadores como Mariano Cecilia Espinosa, de la Universidad de Murcia, y Gemma Ruiz Ángel, del Museo de Arte Sacro de Orihuela.
La prueba incontestable de quién la esculpió es el recibo
La confección de la imagen
En su artículo ‘Francisco Salzillo, autor de la Virgen de los Dolores de la Villa Real de Dolores (Alicante)’, aseguran: “El origen granadino del Cardenal Luis Belluga será fundamental para la introducción en la diócesis de Cartagena de la devoción a la Virgen de los Dolores, representada con su hijo muerto en su regazo”. Dolores, de los tres emplazamientos el último en fundarse (en 1735), pertenecía entonces a dicha diócesis, cuyo obispo entre 1705 y 1724 fue Belluga.
El dieciochesco templo que habría de acoger la imagen de Salzillo, comenzado a construir el dieciséis de agosto de 1737 (primera piedra), iba a adquirir el nombre y advocación precisamente de la Virgen de los Dolores, aunque, hasta la llegada de la escultura, según Mariano Cecilia y Gemma Ruiz, la titular quedaba “representada mediante un lienzo”.
Autoría segura
Durante un tiempo, se llegó a dudar de la autoría de Francisco Salzillo, pero las sospechas no se confirmaron. En su artículo, los estudiosos aportan, entre otras pruebas, una incontestable: el recibo. En él, sabemos que la obra “costó 4.600 reales de vellón y fue sufragada gracias a las limosnas aportadas por los fieles y devotos de la villa fundada por Belluga”. Según siguen registrando los legajos de la historia, la imagen se creó entre 1743 y 1745. Fruto de al menos dos devociones.