Entrevista> César Tormo García y Nuria Ricart Torreño / Cineastas
El Teatro Municipal de Torrevieja acogió el pasado mes la séptima edición del Festival Nacional de Cortometrajes Torrevieja Audiovisual, organizado por la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Torrevieja y Turmalina Films.
El jurado estuvo compuesto por cuatro mujeres de reconocida trayectoria en el sector audiovisual como son Vanesa Romero, Carmen Córdoba, Paola García y Paloma Tejero.
Tras su deliberación, el premio al mejor cortometraje de ficción recayó en César Tormo con ‘Purasangre’ y el premio al mejor cortometraje de animación en Nuria Torreño con su ópera prima ‘Big Box’.
¿Cómo valoráis el haber conseguido el primer premio del certamen, cada uno en vuestra categoría?
Nuria Torreño (NT) – Creo que significa que el cortometraje está llegando a la gente y que tiene algo especial. Tanto mi equipo como yo trabajamos con mucha dedicación y mimo; que podamos ver que el fruto de ese esfuerzo está siendo reconocido es, desde luego, muy gustoso.
César Tormo (CT) – Ganar el primer premio al mejor corto de ficción es un reconocimiento que valoro mucho, más teniendo en cuenta que el jurado estaba compuesto por figuras muy importantes del mundo del cine español.
Me hizo mucha ilusión estar seleccionado para formar parte de la programación. Lidiana Rodríguez, directora de Torrevieja Audiovisual, cuidó mucho todos los detalles para que, tanto el público como los directores que somos invitados, quedásemos muy satisfechos de nuestro paso por el festival.
«Siempre me han interesado las relaciones entre padres e hijos» C. Tormo
¿Es el primer premio que recibís por vuestros cortometrajes?
NT – Lo cierto es que se nos han concedido ya varios premios por Big Box. Por decir uno, unas semanas antes de Torrevieja Audiovisual recibimos el premio al mejor cortometraje realizado por adultos del ‘Festival Internacional de Cine Infantil Ojo al Piojo’.
CT – Purasangre ha recibido más de veinte premios. El cortometraje lleva alrededor de un año de distribución. Entre otros, ha conseguido premios importantes como el de Mejor Cortometraje de Comedia en el ‘Festival de Tarazona y El Moncayo’, Mejor Película en el ‘Festival de Villa de Noia’ o Mejor Guion en el ‘Festival de Cine de Alfaz del Pi’.
¿Tenéis pensado presentarlos a más festivales?
NT – La verdad es que el corto está funcionando bien. Por ello, nuestra idea es seguir moviéndolo un poco más.
CT – Sí, nuestra distribuidora está haciendo un gran trabajo. Normalmente un cortometraje tiene un recorrido de unos dos años, más o menos. El cortometraje lleva alrededor de un año de distribución, por lo que todavía nos quedan unos meses hasta que complete su ciclo.
¿A qué aventuras se enfrentan los protagonistas de cada una de vuestras historias?
NT – Big Box nos pone en la piel de Hermy, un joven cartero que, en un mundo donde es posible enviar sentimientos a través de mensajería, se enfrentará a la ardua tarea de llevar el paquete más grande que jamás se ha visto en su empresa.
Esto no será tarea fácil, por supuesto, y le esperan toda clase de peripecias en su camino. Prefiero no contar más y dejar que el corto hable por sí solo.
CT – Purasangre habla de la equivocación que supone que los padres proyecten sus frustraciones en los hijos. Podemos decir que es una historia de maltrato psicológico, tratado desde una perspectiva de humor negro y de humor ácido. Ana se enfrenta a unos padres que no entiende, llegando a descubrir un gran secreto en la parte final de la película.
«Me gusta planificar mucho las secuencias que voy a rodar» C. Tormo
¿De dónde surgió la inspiración para Purasangre?
CT – Siempre me han interesado las relaciones entre padres e hijos. Se crean conflictos que pueden llegar a causar mucho dolor, pero que, con el paso del tiempo, en ciertos casos, se recuerdan con una sonrisa por lo disparatada que pudo ser la situación.
Quería contar una historia donde los padres, aparentemente, defienden a su hija, pero en realidad están buscando su propio reconocimiento.
¿Y para Big Box?
NT – Nació inicialmente de una anécdota de mi amigo y compañero de equipo Rafa Tormo. Él es una persona que se desplaza mucho en bicicleta por Valencia. Un día encontró una caja bastante grande en la calle y decidió llevársela.
Tras intentar varias veces subir el paquete a su bici, sin éxito alguno, una persona desconocida se acercó y le ofreció ayuda. Fue esa bondad desinteresada lo que impulsó la idea de Big Box. La historia fue evolucionando y tomando forma, claro está, pero creo que siempre guardó su verdadero núcleo: la conexión humana.
«Nuestra idea es seguir moviendo Big Box por más festivales» N. Torreño
¿En cuánto tiempo los habéis realizado cada uno?
CT – Purasangre se rodó en tres días con un equipo muy pequeño, la mayoría ex alumnos de la facultad de Bellas Artes de Valencia y, además, todos amigos. Estuve ensayando dos semanas antes con el trío de actores protagonistas: Enric Juezas, Verónica Andrés y Ada Tormo.
En este proceso de ensayos fuimos perfilando el guion y todo tipo de detalles, sobre todo de vestuario y puesta en escena. Los actores aportaron muchas ideas y llegamos al rodaje con una propuesta muy sólida.
¿Y tú, Nuria?
NT – La realización ha durado tres años. Mi equipo y yo lo pudimos trabajar durante el Máster en Animación de la Universidad Politécnica de Valencia. Realizar un corto de estudiante es una suerte y una desventaja al mismo tiempo.
¿Por qué?
NT – Una suerte porque no te planteas problemas a nivel económico.
¿Y la desventaja?
NT – Porque, como estudiante, desconoces el proceso. Nunca nos habíamos enfrentado a un proyecto de tal envergadura, por lo que al principio estábamos todo el rato dándonos de bruces con cada nueva fase e investigando metodología a la vez que intentábamos avanzar.
¿Ha sido complicado materializarlo?
NT – Sí, pero tuve la suerte de poder contar con personas muy trabajadoras que lo dieron todo por el proyecto. Para nosotros siempre fue el corto, nunca un trabajo de final de máster. Estoy muy orgullosa de lo que hemos logrado.
Antes de dedicarte a la animación estuviste trabajando como ilustradora, participando en varias exposiciones temporales y en una guía ilustrada. ¿De dónde viene tu interés por las Bellas Artes?
NT – He tenido la suerte de haberme criado leyendo historias, mamando animación, perdiéndome en los videojuegos… Para mí el arte siempre ha sido mi refugio personal. Cuando me planteé que podía dedicarme profesionalmente a ello, simplemente tomé la decisión y me lancé.
«El mundo de la animación es más pequeño de lo que pensamos» N. Torreño
Incluso llegaste a trabajar como ilustradora en el Museo de Historia de Valencia.
NT – Fue una etapa que guardo con cariño. Estuve allí un año, coincidiendo con mi primer año de máster. Pude tener la experiencia de estar trabajando a largo plazo de lo mío y enfrentarme a proyectos que no se encontraban cien por cien en mi zona de confort. Fue interesante a nivel profesional.
Ahora te dedicas a la animación, ¿qué te hizo dar el salto?
NT – Nunca hubo un salto en sí, creo que todo artista es un poco plural. Empecé la carrera de Bellas Artes sabiendo que quería especializarme en animación. Al final, cuando diriges un cortometraje viene bien conocer un poco de todo porque te ayuda a entender mejor las necesidades de tu proyecto.
¿Has dejado de lado la ilustración?
NT – No, seguiré experimentando en diferentes campos, siempre que surja la oportunidad o tenga curiosidad.
Pero, ¿cómo está siendo el proceso de abrirte camino en la animación?
NT – Me considero novata aún, pero diría que conocer gente ayuda. El mundo de la animación es más pequeño de lo que pensamos. Eso sí, está lleno de personas muy majas que, por norma general, te ayudarán si preguntas.
«Cuando diriges un cortometraje viene bien conocer un poco de todo» N. Torreño
En tu caso César eres licenciado en Arte Dramático en la Escuela del Actor de Valencia, ¿de dónde viene tu interés por la cinematografía?
CT – Desde pequeño me ha gustado mucho el cine, mis padres nos llevaban a mis hermanos y a mí todos los fines de semana. Primero estudié Interpretación y después Dirección en la Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid. Ya en la escuela de interpretación de Valencia, solía escribir y dirigir escenas con mis compañeros de clase.
La dirección de cine siempre me ha interesado, pero ha sido después de trabajar como actor cuando realmente he decidido volcarme en ello y realizar cortometrajes.
Te inicias en el sector del cortometraje hace casi diez años con ‘Ciencia Ficción’, ¿cómo se fraguó tal proyecto?
CT – Fue mi primer corto y tiene bastantes carencias. Se rodó en mi casa y con compañeros de la escuela de teatro. Es un corto que hicimos para el festival Notodofilmfest, de manera un tanto rudimentaria, pero al que le tengo un cariño especial.
«Purasangre es una historia de maltrato psicológico» C. Tormo
¿En qué ha cambiado tu forma de trabajar?
CT – Ahora me gusta planificar mucho las secuencias que voy a rodar. Me encanta el trabajo con los actores y lo paso muy bien en el proceso de ensayos. Al principio había más improvisación y menos preparación. La clave para poder improvisar y aprovechar los accidentes que se dan en el rodaje es que lo hayas preparado muy bien.
Hasta ahora has producido cinco cortometrajes, ¿cuál destacarías?
CT – El cortometraje que me animó a dedicarme a esto de manera profesional fue ‘Estribillo’, tras ganar el Notodofilmfest en 2016. Gracias a su premio económico pude producir Purasangre.
Nuevos proyectos audiovisuales
Desde ‘Purasangre’, César ha realizado tres cortometrajes más. Uno de ellos es ‘Robots’, una pieza corta sobre una banda de música muy peculiar. Otro es ‘Nocturno’, que ha rodado este verano en su pueblo Bugarra, en el que la naturaleza está muy presente y que tiene a su sobrina como protagonista. Y a punto de empezar su distribución está su cortometraje fin de carrera de la escuela de Cine titulado ‘Nivel Dios’.
Por su parte, Nuria tiene como posible objetivo llevar ‘Big Box’ a serie. Por el momento, está trabajando en un cortometraje como animadora y clean up artist.