Entrevista> Emilio Guirado / Investigador ambientalista de la UA (Marbella, Málaga, 20-enero-1981)
El Laboratorio de Ecología de Zonas Áridas y Cambio Global de la Universidad de Alicante (UA) ha publicado recientemente un estudio bastante alarmante en la revista Nature Plants sobre las previsiones de deforestación a largo plazo en nuestra zona. De seguir por la misma tendencia, la provincia de Alicante perdería hacia un 40% de sus bosques actuales de aquí al año 2100.
Conversamos con Emilio Guirado para conocer las razones que han llevado a estos investigadores universitarios hasta semejante predicción, y sobre todo como podríamos evitarla. Él es doctor en Ciencias Ambientales y actualmente trabaja en la UA con un contrato postdoctoral.
¿Cómo surgió este estudio sobre los bosques alicantinos?
Nosotros en realidad estudiamos los bosques de zonas áridas en todo el mundo. Hablamos de un tipo de terreno que ahora mismo ocupa el 70% de la Península Ibérica incluyendo nuestra provincia, y un 43% del planeta.
En el caso de Alicante hemos querido analizar qué va a ocurrir con nuestros bosques de cara al 2100, analizando los datos meteorológicos mediante un modelo de inteligencia artificial que tiene en cuenta que nuestro clima cada vez es más seco y cálido. Valoramos varios escenarios futuros dependiendo del desarrollo económico o qué tipo de energía se utilice.
Nuestra conclusión es que si seguimos en un escenario de crecimiento de la economía basado en la utilización de combustibles fósiles, perderemos hacia un 40% de los bosques.
«Nuestra previsión no incluye la variante de los incendios forestales, así que las cifras podrían ser aún peores»
Además con el calentamiento global también se multiplica el riesgo de incendios forestales, como el sufrido este verano en Vall d’Ebo…
Efectivamente. Y esa es una variante que no hemos incluido en nuestro modelo de previsión ya que la mayoría dependen de imprudencias humanas concretas y es difícil predecir una cifra de cuántos habrá en las próximos 80 años. Así que si sumamos los incendios forestales… el porcentaje podría ser incluso más alto.
¿Qué comarcas de la provincia se verán más afectadas por la deforestación?
Sobre todo la zona sur, desde el Maigmó hacia abajo. Y eso que en la Vega Baja es más difícil que se produzcan incendios porque las zonas forestales están más parchedas, no hay tantos árboles juntos como ocurre en Aitana u otras sierras del interiores.
Sin embargo, a consecuencia del calentamiento global, los árboles se irán secando poco a poco y por eso nuestro modelo no identifica ningún bosque en esta comarca para 2100. Es un desastre, hablamos de que no quedaría prácticamente nada.
Por mucho que los alicantinos cojamos menos el coche y pongamos más bajo el aire acondicionado… si en otras partes del mundo continúan contaminando el cambio climático seguirá su curso. ¿Qué podemos hacer?
Efectivamente nosotros podemos aportar nuestro grano de arena, pero el clima es algo que funciona a nivel global. No obstante hay algo que sí está en nuestra mano, porque el problema de nuestros bosques no es solo que el clima vaya a ser más seco sino también la mala utilización de los acuíferos. Y cambiar esto sí depende de nosotros.
Por ejemplo, ahora en algunos invernaderos de Almería están funcionando con un aprovechamiento de hasta la última gota, lo cual era algo impensable hasta hace unos años. La eficiencia del agua será clave para que aguanten nuestros bosques. Debemos realizar una gestión más responsable.
«Según el modelo desaparecían todos los bosques de la Vega Baja»
¿Cómo podríamos mejorar nuestra agricultura en este sentido?
Por ejemplo practicando la agricultura de secano en zonas donde haga mucho calor, y no poner tantos regadíos. A veces incluso se planta vegetación que generalmente es de secano como pueden ser los olivos, pero resulta que son de una clase superintensiva que van con regadío.
Ese tipo de actuaciones no son las más sostenibles a largo plazo. Ahora mismo quizás no se perciba porque tenemos el trasvase y otras fuentes de agua, pero pudiera ocurrir que mañana esto ya no exista y solo nos queden las reservas de los acuíferos. Si las dilapidamos ahora, podríamos quedarnos sin agua para el futuro.
Igual que Estados Unidos tiene una reserva inmensa de petróleo, pero no la utilizan pues prefieren tener el crudo guardado para cuando se acabe el que viene del exterior.
Pero si nos recortan el trasvase, la degradación de los bosques se acelerará aún más… ¿no?
Sí, pero esto es algo que perfectamente puede ocurrir. Si dentro de unos años llueve menos, pues si no hay agua para el norte de España tampoco habrá para el sur. Nadie nos garantiza que en 30 años nos sigan surtiendo de agua. Debemos estar preparados para esta situación, que puede estar más cerca de lo que pensamos.
Lo más valioso que tenemos es el agua subterránea, porque esto lo podemos obtener seguro. Si gastamos ya esto, pues no nos quedará en el futuro. Por eso es crucial tener reservas aseguradas en nuestros acuíferos.
«Practicar una agricultura más de secano ayudaría a no gastar nuestras reservas de agua»
Los niños que están naciendo ahora probablemente llegarán al siglo XXII. ¿Estamos a tiempo de evitar este futuro tan desolador?
Desde luego. Éste es el escenario más alarmante, pero con las perspectivas que tenemos de cambio a energías renovables y una mejor gestión del agua podrían reducirse estas previsiones. Evitar que se pierdan bosques por desgracia lo veo casi imposible, pero quizás puedan ser un 20 o un 10% en lugar de un 40%.