La videovigilancia de las calles es un hecho en València. ¿Significa eso que los vecinos de la ciudad se encuentran especialmente vigilados? En comparación con las ciudades chinas, no. Éstas son las más vigiladas del mundo, con una media de 373 cámaras por cada 1.000 habitantes según Comparitech, página de comparación de servicios tecnológicos.
El debate ético nos arroja a las páginas de ‘1984’ con aquel personaje (Gran Hermano) descrito por Orwell. Del mismo modo que esta tecnología se utiliza (y justifica) para aumentar la seguridad en las calles, también aborda la privacidad del individuo. El debate está abierto.
Las ‘Smart city’
Una de las características que pueden tener las llamadas ‘Smart city’ es ser poblaciones protegidas por cámaras de seguridad dotadas de múltiples funciones. De las clásicas cámaras analógicas que simplemente graban y emiten aquello que captan, ahora llegan otras más modernas y potentes, con múltiples funciones.
A esta nueva tendencia se han sumado multitud de municipios que han solicitado fondos europeos destinados a esta acción. La idea es equipar las calles con cámaras de videovigilancia cuyas funciones permiten a las autoridades recibir un volumen de información nunca visto.
Están conectadas con la DGT y detectan vehículos robados, coches sin seguro y sin la ITV
Analógicas y de tipo IP
Nos hemos puesto en contacto con Securimport, empresa mayorista de venta de CCT y sistemas de seguridad, para entender hacia dónde se dirige la instalación de las nuevas cámaras de seguridad, también llamadas de vigilancia o CCTV (circuito cerrado de televisión), y se distinguen en dos tecnologías.
Las cámaras analógicas funcionan bajo cable coaxial y simplemente envían imágenes a un dispositivo de grabación (videograbador o bien directamente a un monitor). “Las cámaras IP (Protocolo de Internet, Internet Protocol en inglés), por su parte funcionan bajo esa tecnología, con funciones adicionales que tienen que ver con la inteligencia artificial”, nos explican.
Múltiples funciones
Entre las funciones adicionales de las cámaras IP se halla la detección de intrusión en áreas determinadas. Así, son capaces de generar una alarma cuando detectan movimiento en su campo de visión. También realizan detección térmica, por lo que permiten detectar incendios. El Ayuntamiento de Paterna ha instalado varias en el bosque de la Vallesa (La Canyada).
Con motivo de la pandemia, se han utilizado muchísimo en aeropuertos, estaciones de tren… dado que su detección termográfica permite medir la temperatura corporal humana a tiempo real, y son capaces de hacerlo a muchas personas al mismo tiempo.
Muchos municipios se han acogido a los fondos europeos para convertirse en ‘Smart City’
La velocidad de los túneles
Multitud de cámaras, además de informar a la Dirección General de Tráfico (DGT) y otras entidades municipales de control de circulación de vehículos, acompañan ya a los radares de velocidad. Así, distintos túneles de la ciudad están ya provistos de cámaras tanto de entrada a València como en vías de circunvalación.
Estas cámaras de tráfico detectan la velocidad de los vehículos y permiten comprobar en tiempo real las matrículas. Están conectadas con la DGT e identifican vehículos robados, coches sin seguro y los que no tienen al día la ITV. Generalmente se hallan conectadas a la policía local, que las visualizan en un ‘video wall’.
Los ‘ojos’ móviles de la ciudad
Por otro lado, hay que señalar que a Ciutat Vella se ha unido el barrio de Ruzafa a la hora de estrenar la zona verde de aparcamiento exclusivo para residentes. El control de los coches estacionados se realiza con vehículos eléctricos. Equipados con cámaras y revisores itinerantes, comprueban que estén debidamente autorizados.
El Ayuntamiento está en proceso de recoger los datos de los vecinos interesados en acreditarse para hacer uso de esta nueva modalidad y también de la zona naranja en la que además pueden aparcar el resto de usuarios, aunque a un precio superior.
Los comercios reciben información sobre las zonas donde más se mueven sus clientes
Las multas de Ciutat Vella
El Área de Prioridad Residencial (APR) de Ciutat Vella se ha convertido en una excelente recaudadora del Ayuntamiento de València. En solo nueve meses de su funcionamiento, las cámaras instaladas en dicha área pusieron más de 107.000 sanciones a vehículos no autorizados. La media de sanciones en el APR alcanza las 300 multas al día.
Desde el Consistorio se ha explicado que el objetivo de la videovigilancia ha sido “pacificar la movilidad» en el barrio, tal y como explicó en su momento la Consejería de Movilidad Sostenible. Los vecinos querían que disminuyese el tráfico rodado por sus calles.
Control de aforo
Entre las funciones adicionales que pueden realizar las cámaras IP antes comentadas, también se utilizan para el conteo de personas. Esto permite controlar los aforos tal y como sucede en una conocida cadena de supermercados valenciana, que posee varias instaladas a tal efecto.
Estas cámaras sirven de igual modo para controlar en comercios las zonas donde más se mueven los clientes, dotándoles de una información valiosa a la hora de rediseñar las técnicas de marketing.