Entrevista> Julio Trelis / Director del Museo Mariano Benlliure (Alcoy, 14-diciembre-1960)
El Año Benlliure llega a su fin. En este 2022 hemos celebrado el 75 aniversario del fallecimiento del eterno artista valenciano, y en nuestro periódico hemos dedicado varios contenidos tanto a repasar su biografía como a los actos que se han celebrado con motivo de esta efeméride.
Llegados ya a diciembre, hemos querido cerrar esta celebración conversando con el director del único museo que existe dedicado íntegramente a la persona de Mariano Benlliure, y que está ubicado en Crevillent. Además de las numerosas piezas artísticas que aquí se exponen, actualmente se puede visitar la exposición temporal ‘Los panteones familiares de Mariano Benlliure’.
«Nos costó años determinar burocráticamente a quién pertenecían las obras de Benlliure»
¿De dónde viene tu vinculación con Mariano Benlliure?
Yo en realidad llegué a Crevillent en 1989 para ocupar la plaza de arqueólogo municipal y fui el primer director del Museo Arqueológico Municipal inaugurado en 1992. Era una vieja reivindicación de los aficionados crevillentinos a la arqueología; ya desde 1973 hay artículos en revistas demandándolo, dado a que tenemos más de 30 yacimientos históricos en nuestro término municipal.
Total que después de varios años dirigiendo el Museo Arqueológico, a finales de los años 90 me propusieron hacerme cargo del Museo Benlliure.
Por aquel entonces el Museo Benlliure estaba en la cripta de la iglesia, ¿no?
Sí. Lo cierto es que el Museo Benlliure es bastante más antiguo que el Arqueológico. Se creó en 1961, apareció en el BOE de 1967 y se inauguró en 1970.
Su creador fue Álvaro Magro, cuya familia fue la que consiguió que vinieran a Crevillent todas las piezas de Benlliure. Él gestionó el museo durante años y es una figura fundamentalísima en su historia.
¿Entonces por qué el Ayuntamiento te propuso coger las riendas?
Ocurrió que con el paso del tiempo toda la museología se fue modernizando y profesionalizando, hasta el punto de que ya pedían que para dirigir un museo tuvieras una titulación. Y Álvaro Magro no lo tenía, él era solo un aficionado. Por eso entré yo.
«Benlliure siempre ha sido un artista muy homenajeado en su tierra, y sobre todo en Crevillent»
¿Por qué el Museo Benlliure cambió su ubicación?
En 2000 cerramos el museo en la cripta porque estaba en malas condiciones. El problema es que al ser subterráneo teníamos complicaciones de humedad, temperatura, circulación del aire, etc.
Actualmente hay tecnología para resolver estos problemas. En realidad en aquel tiempo también existía, pero era mucho más cara. Y mientras tanto las piezas se iban deteriorando. Además, los inventarios no estaban al día. Así que el Ayuntamiento decidió cerrarlo para abrir un museo nuevo y a la vez poner en orden el tema de la titularidad de las obras.
¿Por lo tanto las obras no pertenecían todavía al museo?
No estaba claro. En su día fue Álvaro Magro quien se encargó de gestionar que estas obras fueran transportadas desde Madrid. No fue ni mucho menos fácil, si en la actualidad aún con todos los medios que tenemos a veces aparecen problemas… imagínate entonces. En este caso el Ayuntamiento puso un camión para traerlas.
Sin embargo las obras vinieron sin un documento que acreditara su titularidad. ¿De quién era? ¿Del Ayuntamiento? ¿De la Cofradía de Semana Santa? ¿De Álvaro Magro? La familia Magro entregó un escrito al Ayuntamiento atestiguando 109 obras, pero era una relación sin más.
«Álvaro Magro fundó el museo para mostrar a los crevillentinos que Benlliure es mucho más que un imaginero»
Hoy las obras sí tienen su propiedad definida…
En efecto. Toda esta confusión en la titularidad nos llevó a un proceso administrativo largo y farragoso. Al final sí que pudimos solventar el tema de la titularidad de las obras, o al menos de gran parte de ellas. Esto nos permitió estar por fin preparados para dar el paso hacia un museo propio del siglo XXI.
El nuevo museo no se inauguró hasta 2012. ¿Por qué fue necesario esperar doce años?
La iglesia de Nuestra Señora de Belén necesitaba ese espacio para sus actividades, así que tuvimos que vaciar aquello y guardarlo en un local. Además los objetos precisaban de una restauración. Fueron años muy complicados.
Organizamos los inventarios y preparamos una propuesta de proyecto museográfico que es lo que todos podéis ver ahora en el museo. Fue más bien una reinauguración y coincidió con el 150 aniversario del nacimiento de Benlliure; una manera de celebrar esta efeméride. Siempre ha sido un artista muy homenajeado en su tierra, y sobre todo en Crevillent.
Impacta que aquí haya obras suyas que han estado expuestas por ciudades de toda España y Sudamérica…
Aunque Benlliure fue muy polifacético, sobre todo se le conoció por los retratos y los monumentos públicos. Respecto a estos últimos, ocurrió que el artista vivió la época de la Restauración Borbónica. Con el fin de exaltar la monarquía, los políticos de entonces desarrollaron un programa artístico para embellecer las ciudades. Aquí es donde entra él. Si vas por ejemplo a Madrid, ves monumentos suyos por todas partes.
Y luego resultó que también vivió la época de los centenarios de las independencias de los países latinoamericanos, por lo cual fue contratado frecuentemente para erigir monumentos a los ‘libertadores’. Así se hizo famoso en prácticamente todo el mundo. Realmente su ritmo de trabajo era frenético.
«En enero vamos a inaugurar una exposición fotográfica llamada ‘Los rostros de Benlliure’»
Y los bustos o retratos son también muy variopintos.
Por su espátula pasó toda la sociedad importante de su tiempo como reyes, presidentes del gobierno, literatos, banqueros, aristócratas, etc. Repesando la obra de Benlliure puedes conocer perfectamente el tiempo que le tocó vivir. Como yo siempre digo, se convirtió en el notario de la historia de su época.
Lo cierto es que, como te comentaba antes, él tocó todos los temas habidos y por haber: Los retratos, los monumentos públicos, las tallas procesionales, las medallas, etc. Además trabajó con todo tipo de materiales como el mármol, el bronce, la madera o la cerámica. Incluso tiene obras pictóricas que son espectaculares, aún dedicándose principalmente a la escultura. Cabe recordar que viene de una saga en la que tanto su padre como sus hermanos eran todos pintores, excepto él que era escultor.
Recientemente habéis inaugurado la exposición ‘Los panteones familiares de Mariano Benlliure’. ¿En qué consiste esta muestra?
El objetivo es dar a conocer una temática en la producción artística de Benlliure que no es demasiado conocida. Me refiero a la temática funeraria.
Benlliure vivió la Primera Guerra Mundial, unos años de estancamiento para los artistas. Igual que está ocurriendo ahora con la guerra de Ucrania, hubo un crack que ralentizó todo tipo de inauguraciones de monumentos públicos o encargos artísticos. A raíz de esta situación él pasa a centrarse más en el arte privado que en el oficial, y se centra sobre todo en la elaboración de panteones. Era un campo en el que antes ya había trabajado, pero tampoco demasiado. A partir de ahí realizó muchísimos para familias españolas importantes.
¿Qué piezas se exponen exactamente en la exposición?
El primer bloque consiste en explicar los lenguajes artísticos que utilizó Benlliure para el arte funerario, que no tienen nada que ver con el mundo de las estatuas públicas y los retratos. Para ello damos a conocer los bocetos y modelos de monumentos funerarios que tenemos en el museo.
Además da la casualidad que los dos últimos ingresos que el museo ha tenido fueron ambos de temática funeraria. Uno es el orante del panteón del Marqués de Cerralbo, ubicado en Ciudad Rodrigo (Salamanca), y el otro la primera maqueta del grupo escultórico que coronaba el panteón de los Duques de Denia, sito en Madrid.
«Crevillent es la ciudad con más pasos de Semana Santa realizados por Benlliure»
¿Hasta cuándo estará disponible esta exposición?
Por lo menos durante el resto del curso 22-23. Ha sido una exposición que ha costado esfuerzos importantes así que entendemos que no debe cerrarse en solo dos meses.
Dado además que precisamente este año estamos celebrando una efeméride como es el 75 aniversario de su fallecimiento, nos pareció que tenía una gran coherencia plantear esta exposición.
¿Tenéis alguna otra exposición proyectada a corto plazo?
Sí, hacia enero se inaugurará la exposición ‘Los rostros de Benlliure’. No quiero desvelar demasiados detalles porque su originalidad merece ser descubierta en el momento de la inauguración, pero sí diré que básicamente lo que se pretende es hacer un repaso a su biografía a través de fotografías suyas.
Ya te adelanto que va a ser alucinante. Estamos hablando de unas 23 fotos que abarcan toda su vida, desde que tenía cinco años hasta su fallecimiento.
Llama la atención que Mariano Benlliure solo pasó una vez por Crevillent, pero sin embargo aquí está el único museo dedicado íntegramente a su persona. ¿Por qué crees que se le tiene tantísima devoción en nuestro municipio?
El binomio Crevillent-Benlliure es muy conocido. Todo viene de 1943, cuando un industrial que residía en Madrid y era tío de Álvaro Magro se puso en contacto con él. Le realizó el encargo de restaurar el paso del Nazareno de Semana Santa, ya que había desaparecido durante la Guerra Civil como muchos otros pasos religiosos.
Entonces Mariano Benlliure ya estaba mayor, tenía 81 años y había sufrido un ataque cerebral. Sin embargo su enorme fama le llevó a que le encargaran muchas tallas para restaurar pasos católicos en toda España. Por eso volvió a tener mucho trabajo en esta época.
Pero en el caso de Crevillent, acabó suponiendo un antes y un después para la Semana Santa…
Fue a raíz del Nazareno que antes de comentaba, el cual se estrenó en procesión para la Semana Santa de 1944. Gustó mucho a los crevillentinos, y así surgió una química impresionante. Además Álvaro Magro era una persona que vivía mucho estos temas.
Total que al final realizó ocho pasos para nuestra Semana Santa, de manera que Crevillent es la ciudad que más tallas religiosas de Benlliure tiene en toda España. En realidad son nueve si contamos también la de la patrona, la Virgen del Rosario. De ahí que en 1945 se produjera esta visita en la que vino a presenciar personalmente la Semana Santa crevillentina y se le dedicó una placa.
«La exposición actual nos muestra su temática funeraria, una faceta artística suya bastante desconocida»
Y apenas dos años después… falleció.
En efecto, aunque antes de ello Álvaro Magro pudo visitarle varias veces en Madrid. Allí Mariano Benlliure tenía un estudio de unas proporciones enormes donde guardaba tanto obras que estaba realizando como otras terminadas. De hecho siempre tenía muchos visitantes y hasta organizaba veladas y conciertos en su propio estudio. Era una persona muy sociable.
Y justo en una de esas visitas a Álvaro se le ocurrió la maravillosa idea de proponerle que donara varias piezas de escayolas a Crevillent para hacer un museo. Era un tipo muy incesante, y se lo propuso varias veces… hasta que le convenció (risas).
Qué espabilado era Álvaro Magro, ¿no?
Desde luego. Sobre todo era una persona que entendía mucho de arte y quería que la obra de Benlliure fuera conocida en Crevillent más en profundidad. Porque hasta ese momento los crevillentinos tenían la idea de que era básicamente un artista imaginero, pues ellos solo conocían los ocho pasos de Semana Santa más la talla de la patrona.
Sin embargo Álvaro sabía bien que no hablamos ni mucho menos solo de un imaginero, sino que el universo de Benlliure es muchísimo más amplio.