La vela latina leva anclas en Santa Pola. La asociación ‘El Caero’ se ha propuesto que este tipo de navegación recobre el esplendor de épocas pasadas y que sea una modalidad náutica que cale entre los más jóvenes, para garantizar su supervivencia.
De hecho, uno de los proyectos más importantes que lidera este colectivo santapolero es poner en marcha una escuela de vela latina en colaboración con el Club Náutico de la localidad, con el propósito de que las nuevas generaciones disfruten surcando la costa con estas clásicas velas triangulares, que se encuentran ubicadas en una antena que cruza oblicuamente el mástil y que recorre longitudinalmente el casco.
El colectivo restaura varios ‘llauts’ para practicar la modalidad deportiva
Recuperación de barcos
Para lograr que la vela latina despierte el interés de los más jóvenes, la asociación ‘El Caero’ ha recuperado varias embarcaciones de las denominadas ‘llauts’, con las que, un grupo de amantes de esta práctica deportiva, está aprendiendo los entresijos de esta modalidad náutica gracias a las indicaciones de Antonio Ruso, un tabarquino de 86 años que lleva toda su vida ligado al mar.
En los amarres del Club Náutico de Santa Pola se encuentran dos de las embarcaciones que el colectivo santapolero, que preside Francisco Blasco, ha recuperado para la práctica de la vela clásica.
Tradiciones marineras
Uno de estos ‘llauts’ es el ‘María de los Dolores’, un barco propiedad del Ayuntamiento de Alicante que ha sido cedido a la asociación por un periodo de cinco años.
«Éste era el correo entre Tabarca y Alicante, tiene siete metros y medio de eslora y cien años de antigüedad. Por el momento no salimos con él porque estamos esperando la documentación necesaria para la práctica deportiva”, explica Blasco.
El que sí están utilizando ya es el ‘D. Xeroni’, una embarcación que donó a la asociación el cura de Tabarca y en la que se ha actuado para recuperar toda la madera. “Este barco es un ‘caero’ porque tiene mucho calado a popa», explica Francisco Blasco, un santapolero apegado al mar por sucesión familiar y que reconoce que esta tradición se encuentra en peligro de desaparición.
Los impulsores de la iniciativa destacan la belleza de la práctica náutica
Época de esplendor
Por ello, el colectivo que él preside tiene como meta recuperar el patrimonio y las tradiciones marineras locales.
De hecho, en su época de esplendor hubo hasta cuarenta embarcaciones de este tipo en el puerto santapolero. Se dedicaban a la pesca en la bahía y se adentraban en el Atlántico para ir a la captura de la caballa en Marruecos. Los barcos tradicionales de vela latina (en forma de triángulo) y de vela cangreja (en forma de trapecio) que predominaban en las aguas santapoleras entre finales del XVIII y principios del XIX navegaban sólo Impulsados con la fuerza del viento.
La asociación ‘El Caero’ cuenta con un tercer barco que ha construido con sus propias manos Francisco Blasco en la empresa familiar que regentaba, Astilleros Blasco. Esta embarcación, denominada ‘Avui’ tiene 4,60 metros de eslora, ha sido construida en poliéster asemejando la madera en base a un modelo antiguo y se encuentra fondeada en el Faro de Santa Pola.
Tripulación
Para practicar la vela clásica se necesitan al menos tres tripulantes: un patrón al timón, otra persona al palo para levantar la vela y una tercera a proa que pase la antena.
“Este tipo de travesía debe navegar a la ‘buena’ para que no vuelque. Con la vela latina, que tiene el doble de trapo que la marconi, se navega mucho mejor. El encanto reside en que la navegación es mucho más tranquila para este tipo de barcos pequeños. El objetivo de la asociación es recuperar parte de nuestra historia. Aquí en Santa Pola todos estamos ligados al mar de uno u otro modo”.
Blasco reconoce que “Hace más de un siglo mi bisabuelo ya construía barcos y de ahí el amor que sentimos por ellos. Da igual que sean embarcaciones de pesca, deportivas… lo nuestro es el mar».
El ‘D. Xeroni’ está ya a punto para salir a navegar
Ayudas
Astilleros Astondoa ha sido el lugar elegido por la asociación ‘El Caero’ para reparar cuantos ‘llauts’ y ‘caeros’ caen en sus manos. «Nosotros no tenemos ayuda de nadie. Esta empresa nos ha cedido un lugar donde trabajar y nos ha dado algunos materiales. Nos ha ayudado mucho la Cofradía de Pescadores en el tema de la cordelería y el resto se sufraga con el dinero de los socios”, indica Blasco.
Aprendizaje
El trabajo de este colectivo sigue en marcha. Al proceso de aprendizaje en cuanto al modo de navegar con este tipo de vela, la asociación añade sus esfuerzos en continuar con la recuperación de los navíos que antaño surcaron los mares de Santa Pola.
«Ahora estamos centrados en un bote pequeño de tres metros que procede de Villajoyosa y del que queremos hacer un molde, para fabricar las embarcaciones que se pondrán al servicio de la escuela de vela latina y que los chavales aprendan el encanto de este tipo de navegación”.
Por el momento, la asociación ha izado las velas y el viento sopla con calma, para lograr que la vela latina se haga un hueco en la práctica deportiva santapolera.