Altea tiene nueva playa. El final de las obras de la segunda fase del Frente Litoral, al que todavía le quedan algunos “remates” para estar completamente terminado, ha cambiado por completo la fisionomía de costa de la Villa Blanca y donde antes había un aparcamiento y una franja de mar de la que nadie podía disfrutar, ahora se ha creado un arenal que se une con la playa de La Roda y que se extiende hasta la escollera del puerto.
Tras la aparición de ese nuevo espacio llegaba el momento, claro está, de ponerle nombre y, para ello, el Ayuntamiento de Altea abrió un proceso participativo, abierto a toda la ciudadanía, dirigido a decidir entre las dos opciones que un grupo de expertos, formado por historiadores alteanos, habían puesto sobre la mesa y que guardan profunda relación con esa zona concreta de la localidad: El Bol y El Sardinal.
Dos opciones
Esa consulta, que se llevó a cabo durante la última semana del pasado mes de noviembre, estuvo precedida de una elección de posibilidades en las que se tuvieron en cuenta cuestiones históricas y culturales para acabar con esas dos opciones finalistas, algo parecido a lo que ya sucedió hace pocos años con la playa de l’Espigó, nacida de la primera fase de ese macroproyecto del Frente Litoral de Altea.
El Bol, la denominación que ha resultado elegida, es un topónimo usado desde el siglo XVIII para referirse a esta zona costera
Un arte de pesca tradicional
Una de las denominaciones que los alteanos pudieron considerar fue la de El Sardinal. Tal y como justificó el grupo de expertos encargado de poner sobre la mesa esa opción, la misma hace referencia a una modalidad de pesca tradicional que se sirve de redes especiales para capturar, precisamente, sardinas.
Es un arte de pesca muy antiguo y el más usado antes de la aparición de las embarcaciones de motor, siendo la principal modalidad para capturar la sardina en los pueblos de las comarcas de las dos Marinas, estando muy presente en la tradición pesquera de Altea hasta la década de los 70 del siglo pasado.
A bordo de faluchos y llauts
En concreto, explican, era una actividad que se hacía siempre cerca de la línea de costa coincidiendo con la salida y la puesta del sol, sobre todo entre los meses de febrero y abril.
En el caso concreto de la Villa Blanca, las embarcaciones utilizadas para este secular arte de pesca, principalmente faluchos y llauts, se colocaban en la playa aprovechando la pendiente suave en la zona de la calle de Sant Pere y el actual paseo marítimo.
El término aparece en la documentación de la creación del Convento de Franciscanos en 1728, que sitúa la construcción del edificio en la partida del Bol
Un topónimo en desuso
Por otro lado, El Bol, la denominación que finalmente ha resultado la elegida tras ese proceso participativo, es un topónimo usado desde el siglo XVIII para referirse a esta zona costera.
Se trata de un término que en su día cayó en desuso y que, como explica la edil de Cultura, Aurora Serrat, aparece en la documentación de la creación del Convento de Franciscanos en 1728, que sitúa la construcción del edificio en la partida del Bol.
Relación con el pasado marinero
Así mismo, más documentación de la época y posterior hablan de la partida del Bol para ubicar propiedades regadas por el riego Mayor hasta la playa.
De hecho, en la toponimia asociada al riego Mayor todavía se conserva El Bol, en la actual calle Sèquia, para designar un tapón que desviaba las aguas de la acequia madre para regar las tierras fértiles de la zona, entre ellas el huerto del Convento.
En lo que se refiere al lenguaje, “el término bol designa en la playa o en un lugar costero el lugar donde se extienden las redes para pescar y la acción de calar la red”, y es un topónimo que se encuentra en otras localidades costeras con tradición marinera.
Este nombre se impuso con 1.304 votos frente a los 881 que consiguió reunir El Sardinal
Victoria clara
El proceso de elección del nombre de la nueva playa que ya forma parte del paisaje costero de Altea contó con la participación de un total de 2.185 personas que pudieron depositar su voto, de forma telemática, a través de la web creada a tal efecto.
El apoyo fue claramente mayoritario por la opción ganadora, El Bol, que se impuso con 1.304 votos frente a los 881 que consiguió reunir ‘El Sardinal’.
Más procesos de participación
La concejala de Participación Ciudadana, María Antonia Laviós, afirmó, una vez concluido el proceso de elección, que desde el equipo de gobierno de la Villa Blanca “agradecemos la implicación de la ciudadanía” ya que la votación “ha servido para poner en valor un topónimo tradicional e histórico en desuso y para fomentar la participación ciudadana”.
Tras el éxito de esta convocatoria, Laviós avanzó, además, que “desde la concejalía seguiremos apostando por un ayuntamiento abierto a los vecinos y vecinas que fomente su participación en las decisiones municipales”.