Este mes de enero se cumple el tercer aniversario de la liberalización de la AP7, la autopista que desde la década de los años 60 del siglo pasado, coincidiendo con el desarrollismo que llegó de la mano del turismo, vertebraba, previo pago, la circulación desde la frontera con Francia en La Junquera hasta el sur de España.
La gratuidad de esa importante vía de comunicación fue, durante décadas, una reclamación incesante de muchos vecinos de las poblaciones que, como en el caso de la Marina Baixa, no tenían en la abarrotada carretera nacional N-332 una verdadera alternativa para viajar hasta Alicante o València, los dos principales centros administrativos de la provincia y la Comunitat.
No hay colapso de tráfico
Esa liberalización llegó, tras varias prórrogas, en aquella Nochevieja que transitaba de 2019 a 2020. Las barreras, de hecho, se abrieron antes de las doce de la noche y pasaron a la historia. A partir de ese instante, comenzó el momento de contestar a muchas preguntas. La primera, evidentemente, era la que planteaba la incógnita sobre si el aumento del tráfico en sus dos carriles por sentido iba a colapsar el vial.
Pero llegó la pandemia y cualquier estudio de tráfico quedó en papel mojado. Ahora, tres años después, es posible que los datos sigan siendo insuficientes o, al menos, no todo lo definitivos que deberían a estas alturas, pero parece haber quedado claro que lo que vaticinaban los contrarios a la liberalización, con Hosbec a la cabeza, ese colapso, no ha llegado.
El temido colapso de tráfico del que alertaron los críticos a la liberalización no se ha producido
Sin nuevos accesos
La otra gran cuestión que quedaba -y queda- por responder era la de las nuevas conexiones que se iban a realizar en municipios que, durante el periodo de concesión a Aumar, no habían contado con salidas directas desde la vía rápida.
Así, en la Marina Baixa, todos miraban al linde entre l’Alfàs del Pi y Altea, donde siempre se dijo que se ‘pincharía’ la AP7 para dar salida hacia esas dos poblaciones, así como servicio a municipios del interior como La Nucía o Callosa.
Tres años después, esa nueva entrada y salida a la vía rápida no sólo no está recogida en presupuesto alguno, sino que, según ha explicado en más de una ocasión Diego Zaragozí, portavoz del equipo de gobierno de Altea, las informaciones que llegan desde el Ministerio apuntan a que no se realizará, como mínimo, en el medio plazo.
Por el momento, el Ministerio se muestra contrario a crear una nueva salida que dé servicio a l’Alfàs, Altea y municipios del interior
Proyecto detenido
Los motivos esgrimidos en esas reuniones con los responsables del gobierno de la Villa Blanca, que ha sido el que más ha reclamado esa salida, han sido varios. Cabe recordar que es Altea el municipio más interesado en que se ‘pinche’ la autopista ya que eso despejaría de forma definitiva el fantasma de la creación de una variante para la N-332 a su paso por el municipio, algo que nadie quiere en la Villa Blanca.
Los motivos, decíamos, han sido varios. Desde la dificultad técnica de ‘pinchar’ la autopista en la zona de Montahud hasta la oposición de l’Alfàs del Pi a que parte de ese proyecto transcurra por su territorio. Pero todo eso son cuestiones superables. El que, al parecer, es el principal escollo es que el Ministerio no quiere que la AP7 se convierta en una carretera de conexión entre municipios de la comarca.
La historia de la gratuidad de la AP7 podría ser muy breve si el Gobierno sigue adelante con su plan de crear un método de pago en todas las autovías de España
Miedo al colapso
Y para entenderlo, debemos retrotraernos a esa primera pregunta que surgió en la última Nochevieja previa a la pandemia, cuando las barreras se levantaron para desaparecer poco después: la del posible colapso circulatorio.
Es evidente que si los habitantes de La Vila, Benidorm, Altea y, un poco más allá de los límites de la Marina Baixa, Calp o El Campello, tuvieran en la AP7 una alternativa cómoda y fácil para moverse entre estos términos municipales, la circulación, sobre todo en épocas de alta presión turística, se vería muy resentida por el enorme aumento en el número de coches que se moverían por, insistimos, sus dos únicos carriles por sentido.
Vuelta al pago
Pero esa historia de la gratuidad de la AP7 podría ser muy breve si el Gobierno sigue adelante con su plan de instaurar un método de pago en todas las autovías de España. De hecho, y aunque los detalles concretos de esta impopular -recordemos que se acercan muchas elecciones- medida están todavía por hacerse públicos, el pasado mes de mayo se supo que ese plan futuro pasa por su implantación a principios de 2024.
Por el momento, lo único que se sabe con certeza es que empezaría extendiéndose a lo largo de los 12.000 kilómetros de las autovías y autopistas de todo el país y que, más adelante, podrían sumarse otros 14.000 kilómetros de carreteras nacionales de un solo carril.