Otos es un pequeño municipio de la comarca de La Vall d’Albaida, de apenas 450 habitantes, que esconde una de las maravillas de la Comunitat Valenciana: unos cuarenta relojes de sol -repartidos por toda la localidad- que la convierten en un museo al aire libre. De hecho, dispone de la mayor colección de este tipo en toda Europa.
Una rápida visita a Otos servirá para darse cuenta de que es un lugar diferente, ya que en la esquina menos esperada o en algunas de las fachadas te puedes encontrar cualquiera de estos relojes de sol, en todos los tamaños y formatos. Esta bonita iniciativa comenzó en 2005 y a día de hoy es su principal atractivo turístico.
Esta iniciativa, única en toda Europa, comenzó en 2005 gracias a diversos artistas valencianos
Ruta
El proyecto nació bajo el nombre de ‘Otos, el pueblo de los relojes de sol’ y consistía en un principio en la creación de ocho relojes solares de artistas valencianos, todos ellos de prestigio nacional: Arcadi Blasco, Rafael Armengol, Manuel Boix, Toni Miró, Andreu Alfaro, Artur Heras, Elisa Martí y Rafael Amorós.
Se puede incluso realizar una visita guiada para conocer de primera mano las peculiaridades técnicas, artísticas y culturales de cada uno de los elementos. Se llevan a cabo todos los domingos -siempre que la climatología lo permita- a partir de las 11 horas, saliendo desde la Plaza del Llaurador. El resto de la semana se debe concertar con el ayuntamiento.
Entender su funcionamiento
Durante un recorrido de unos 90-120 minutos se abordan cuestiones y preguntas para entender el funcionamiento de los relojes. En cada uno se explica la voluntad artística del creador y también la historia que hay detrás, finalizando la ruta en el Palacio de Otos, donde se puede observar la colección permanente de arte de Toni Miró.
Sin duda, la vida de este tranquilo pueblo únicamente se ve acelerada y alterada por la presencia de unos turistas que, desde diferentes puntos del país, llegan atraídos por esta curiosa colección. Esta cualidad le permitió recibir el Primer Premio de Turismo en 2006, otorgado por la Diputación.
Se puede realizar una visita guiada todos los domingos a partir de las 11 horas
Origen de la idea
El germen de la iniciativa surgió dos años antes, en 2003, cuando en una colaboración artística entre el polifacético Joan Olivares, vecino de Otos, y el artista Rafa Amorós, de Albaida, nació el pensamiento de preparar en un municipio un museo al aire libre de relojes de sol, un artefacto sin excesivo uso desde hace siglos, pero muy vinculado en lo cultural a la comarca.
Después de conseguir financiación por parte de los fondos europeos PRODER, la idea pudo salir adelante, con la participación de los ochos artistas anteriormente mencionados. De este modo, completados ya todos los encargos, en 2005 se inauguraron los primeros relojes en las calles de Otos.
A partir de entonces el catálogo no ha parado de ampliarse, mediante aportaciones de los propios vecinos y otros artistas.
Su objetivo
Es importante señalar que la mayor parte de los artistas renunciaron voluntariamente a buena parte de sus honorarios, ya que desde un principio se sintieron plenamente identificados con los objetivos del proyecto, una iniciativa original y distinta a las propuestas anteriormente.
‘Otos, el pueblo de los relojes de sol’ busca despertar el interés de las instituciones y los particulares por la conservación de este utensilio, además de crear una red de itinerarios gnomónicos a través de toda la zona, siendo su punto de partida y referente principal la sorprendente colección que alberga el municipio de Otos.
Los relojes de sol tienen una fuerte vinculación con la comarca de La Vall d’Albaida
Tipos de relojes
Entre los diferentes relojes, algunos son un homenaje a personajes famosos de la localidad, como es el caso de Mariano Seguí, cuando en 2004 se diseñó uno para conmemorar el centenario de su fallecimiento.
Otros, de mayores dimensiones, protagonizan espacios públicos: el más plausible es el de Andreu Alfaro, en la propia plaza principal. Se trata de un reloj tan curioso como especial, formado por un círculo y una recta con acero inoxidable, basándose en los principios de las matemáticas y la astronomía.
Y así hasta cuarenta relojes de sol, o también de luna. Todos ellos dignos de ser estudiados, visitados y fotografiados.
Temáticas
El gnomonista Joan Olivares ha diseñado gran parte de los dispositivos que se pueden ver en las zonas públicas, apostando por diversificar la gama de temáticas, mostrando los tipos más característicos o relacionando los proyectos con acontecimiento históricos, como la carta de repoblación de 1611.
Uno de los montajes más populares es el reloj ‘festina lente’, pintado sobre una pared del restaurante ‘Ca les Senyoretes’, propiedad de Olivares. Se basa en el movimiento del astro solar y gracias al reflejo de un espejo situado en el gnomon, un pequeño círculo marca las horas.