Entrevista> Tomás Abadía / Diplomático (Orihuela, 1-abril-1948)
El próximo 15 de enero la Real Orden de San Antón celebrará su clásica ceremonia anual de investidura de los diferentes nombramientos que otorga en la Iglesia de Santo Domingo. Uno de los agraciados será el diplomático jubilado Tomás Abadía Vicente.
En su extenso currículum tiene el haber ejercido multitud de cargos dentro de la Unión Europea (UE), como jefe de Política Exterior de Pesca, diplomático representante en varios países latinoamericanos o consejero en Estados Unidos durante la Administración Obama. También se ha involucrado en organizaciones como Mercosur, la consultora internacional IADIC International y fue el presidente fundador de la Fundación Biomédica QUAES.
¿Cómo llegaste a ser diplomático?
Mi padre fue el director de la Caja Rural Central y los fines de semana solía traer a casa la revista ‘Blanco y negro’ del diario Abc. Yo leía mucho los artículos de Manuel Aznar (abuelo del expresidente del gobierno) y Vicente Gallego sobre política internacional. Todo eso me despertó una vocación por hacer carrera en este ámbito.
Estudié Derecho en la Universidad de València y luego amplié estudios de Política Internacional en las universidades de Burdeos y Londres. Durante diez años fui jefe de relaciones internacionales de la Cámara de Comercio e Industria de Madrid. Hasta que por concurso-oposición ingresé como administrador principal en la Comisión Europea.
«Decidí que quería ser diplomático leyendo los artículos de política internacional en la revista ‘Blanco y negro’»
¿Por qué empezaste en el sector de la pesca?
Porque para España era un puesto clave tener a un funcionario español ahí. En aquella época nuestra flota pesquera nacional estaba en una mala situación y los recursos en las aguas comunitarias estaban muy explotados. Yo tenía la misión de negociar con países terceros porque en la UE no teníamos caladeros.
Conseguimos dos veces cerrar acuerdos con Marruecos para que pudiera ir allí la flota de lugares como Santa Pola, Algeciras o Barbate sobre todo para la pesca de merzula, cepalópodos, pulpos, etc.
Luego llegué a acuerdos importantes para evitar tensiones políticas que se había generado entre la UA y otros países sobre la pesca en aguas internacionales. Por ejemplo con Argentina, Canadá o Noruega. Era una época en que era necesario cortar el fenómeno de la sobrepesca.
«Putin no traga a la UE porque representamos lo contrario al autoritarismo y al incumplimiento de los DDHH»
¿De qué forma crees que podría contribuir la Unión Europea en la Vega Baja?
El proceso de desertificación de Europa comenzó en Almería, continuó en Murcia y está alcanzando la Comunitat Valenciana. También en la Mancha o el resto de Andalucía, este año no ha habido agua en Doñana. Y por el momento solo hay discusiones broncas entre las comunidades, pero falta solidaridad.
Con la polarización política que tenemos en España y el mal entendimiento de los dos partidos más importantes, necesitaríamos avanzar en un gran proyecto europeo para superar estas dificultades y que la Vega Baja no tenga que afrontar una situación de sequía.
El regadío es fundamental para nuestra tierra y el coste del agua es inasumible. Las desaladoras tampoco son una solución, porque con los años destruyen los árboles. Así que con todos los contactos que tengo en Bruselas, me gustaría ayudar a encontrar una solución estable.
¿Cómo se podría conseguir que los europeos recuperemos la ilusión por la UE en estos tiempos de euroescepticismo?
Los españoles siempre damos índices muy altos en afección a la UE en comparación con otros países. Aún así el proceso europeo necesita una mayor dinamización. Hemos avanzado mucho en el tema económico, pero tenemos un gran desafío con la Europa política.
Para mí eso solo se puede construir con una coordinación mayor de las políticas de exterior, seguridad y defensa común. La UE tiene una cultura de paz impresionante y somos líderes en cooperación exterior pero… mientras que no tengamos un ejército europeo no llegaremos a ser un ‘hard power’. En este 2023 tenemos una gran oportunidad de proponerlo durante la presidencia española rotatoria.
«La UE debería crear su propio ejército. Ya hemos perdido demasiadas guerras»
¿Entones crees que no es posible parar solo con diplomacia a un tipo como Putin?
La UE tiene una cultura de paz impresionante, pero ahora mismo estamos bajo una amenaza gravísima con la invasión rusa de Ucrania. No solo para los países limítrofes, sino para todos. Porque Putin y Lavrov no pueden tragarnos, ya que representamos justo los valores contrarios a la Rusia de hoy en día basada en el autoritarismo, la agresividad militar y el no reconocimiento a los Derechos Humanos.
¿Lo consideras un momento especialmente delicado para la credibilidad de la Unión Europea?
Cabe recordar que en el pasado reciente ya perdimos las guerras de Siria y Libia. También nos fuimos de Afganistán de una manera lamentable, y no reaccionamos cuando Rusia invadió Crimea o con lo de Georgia y Osetia.
Todo esto ha alimentado la ambición desmedida de Putin para desestabilizar Europa. Y el régimen ruso está practicando una expansión política que afecta también a otros países como EEUU, América Latina e incluso España. A nadie se le escapa que estuvieron apoyando el proceso independentista y las revueltas de Cataluña.
Creo que Borrell está haciendo una labor importantísima para parar los pies a Rusia con los ocho programas de sanciones. Es un momento en el que los ciudadanos españoles y europeos debemos estar más unidos que nunca.