Entrevista> Jaime Samper / Presidente del Club Náutico de Benidorm
Sus antiguas instalaciones, situadas en pleno Paseo de Colón, fueron el escenario de algunas de las escenas más recordadas de aquel cine español de los años 60 y 70 en el que reinaban algunos de los actores y actrices míticos de la época, como Manolo Escobar o Concha Velasco.
A sus pies, aquel pueblo de marineros que se resistía a morir de manera definitiva, abrazaba ya el turismo como el nuevo maná y fuente de riqueza, pero el Club Náutico era todavía un vestigio antiguo de un desarrollo que estaba por venir.
El gran cambio
El cambio definitivo llegó en la década de los 90. Aquella en la que se erigieron la mayoría de las torres que hoy en día dominan el ‘skyline’ de la ciudad con más rascacielos por habitante después de Nueva York. Fue entonces cuando un gran proyecto, el de la construcción de las nuevas instalaciones del Club Náutico, y con ellas el nuevo puerto de la ciudad, tomaron forma sobre el papel y, ya en el tramo final hacia el cambio de siglo, también sobre el terreno.
El año 2000 supuso un antes y un después en la historia de una institución a la que, como desvela su presidente, Jaime Samper, en esta entrevista con AQUÍ en Benidorm, los más agoreros le pronosticaban un futuro negro… y corto.
Más de dos décadas después, el Club Náutico es uno de los puntos más visitados de la ciudad y su actividad, sobre todo la deportiva, atraviesa un momento muy dulce. De hecho, este 2023 llegará la 50ª edición de sus Navidades Náuticas. Todo un logro.
«Lo que hemos venido haciendo en estos últimos cincuenta años es fomentar los equipos de vela»
Acaban de celebrar la 49ª edición de las Navidades Náuticas, una de las regatas más veteranas del calendario valenciano y nacional de vela ligera e infantil. Cuando esto empezó, Benidorm poco tenía que ver con la ciudad actual. ¿Fue aquello un primer esfuerzo por evitar que se perdiera la esencia y la historia de pueblo marinero?
Evidentemente. Nosotros siempre hemos estado muy a favor de las regatas, sobre todo las de vela, que se han hecho en el Club desde hace esos casi cincuenta años. Lo que hemos venido haciendo desde entonces es fomentar equipos de vela.
Como siempre ocurre, hay etapas en las que hay más participantes y otras en las que hay menos.
¿Y cómo estamos ahora?
Estamos recuperando ese interés por la vela que tanto buscamos en las categorías más pequeñas, la del Óptimist. Tenemos un buen equipo ahí, lo mismo que en la clase 420, en la que también estamos compitiendo. Contamos además con un experimentado, pese a su juventud, Mariano Cebrián en la clase ILCA 7, lo que antes se conocía como Láser.
Nosotros, como digo, siempre hemos estado orientados a fomentar ese espíritu marinero que, como decías, tenía la ciudad y que al principio de la historia del Club Náutico era más evidente, porque la mayoría de la gente venía de esa profesión marinera.
«Estamos recuperando ese interés por la vela que tanto buscamos en las categorías más pequeñas, la del Óptimist»
La vela, como algunos otros deportes, sigue arrastrando el sambenito de una actividad elitista y, por lo tanto, no apta para todos. ¿Eso es verdad?
Está al alcance de cualquiera porque, entre otras cosas, nosotros en el Club Náutico disponemos de una flota de embarcaciones que permiten que, los que se quieren iniciar en este deporte y explorar sus aptitudes para desarrollarlo, puedan estar uno o dos años compitiendo sin tener que comprarse un barco.
A partir de ahí, puedes ir dando pasos y comprar barcos que cuestan mucho dinero u optar por algo mucho más económico que te permite seguir disfrutando y practicando la vela y, en función de si te gusta y si vas bien, ir subiendo.
Mariano Cebrián, al que usted ya ha nombrado, fue uno de los dominadores de las Navidades Náuticas. Sin poner en duda su gran talento, demostrado en su propio palmarés, ¿en un deporte como la vela, en el que las condiciones del mar y el viento cambian tanto durante las mismas regatas, supone alguna ventaja competir en casa?
Es un chico que está haciendo un gran esfuerzo porque está compaginando sus estudios con la vela, algo que no es nada fácil cuando se llega a este nivel. Dicho esto, no es algo que pueda dar ventaja a un regatista. En su caso, además, entrena en otros sitios que no son siempre Benidorm, porque está con la Federación Valenciana.
Como has dicho, depende del día, de la hora e, incluso, del momento. Las condiciones siempre son muy cambiantes. El juez de regatas está siempre diseñando el campo de regatas en función del viento y la intensidad, y tú sólo puedes esperar a que te den la salida y comenzar a regatear en esas condiciones.
«Tenemos una escuela de adultos de vela y muchos de esos equipos están compuestos por un padre y un hijo»
Incluso, si no me equivoco, se pueden cambiar las boyas durante la propia regata.
Así es. En estas Navidades Náuticas lo hemos tenido que hacer, acortando en la primera de las mangas para los ILCA 4, que son los que menos podían avanzar. Se les acortó el recorrido para que pudieran llegar antes del final de la jornada.
Otro de los grandes atractivos de la vela es su carácter intergeneracional, porque pueden compartir embarcación padres e hijos e, incluso, abuelos.
Nosotros tenemos una escuela de adultos de vela y muchos de esos equipos están compuestos por un padre y un hijo. A veces, es el hijo el que arrastra al padre; pero, como dices, no hay ningún límite de edad para practicarlo.
Usted, además de amante del mar, es padre y, por lo tanto, seguro que comprende el temor que los menos familiarizados con el agua puedan tener a la hora de animar a sus hijos a subirse a un barco y navegar. ¿Qué les diría para convencerles de que la vela es un deporte, al menos, tan seguro como cualquier otro?
Disponemos de monitores que están perfectamente cualificados para llevar a los chavales a regatas tanto aquí como fuera de Benidorm. Además, en los entrenamientos siempre tenemos una o dos Zodiacs acompañándoles y los alumnos siempre deben llevar el chaleco puesto. Así mismo, se les enseña desde las primeras clases qué tienen que hacer cuando les vuelca el barco.
También, si hay muy mal tiempo, son los propios monitores los que van a tomar la decisión de no salir a navegar porque tenemos muy claro que lo primero es la seguridad. Esos días, las clases se trasladan al aula.
«Vamos muy bien, pero dependemos de poder arrendar nuestras instalaciones y conseguir el dinero que nos permita desarrollar nuestras actividades»
En su día un monitor de vela me contó que, más allá de la exigencia física, la vela, por esos cambios constantes en las condiciones de una regata de los que ya hemos hablado, da a los más pequeños importantes enseñanzas en otros ámbitos como las matemáticas o la toma de decisiones.
¡Desde luego que sí! Ayuda mucho porque, como dices, tienen que tomar decisiones en el momento. A veces, porque se produce un cambio en el campo de regatas o, sencillamente, porque ha rolado el viento y tienen que coger otra dirección que ellos intuyen que va a ser la buena para llegar a boya antes que sus rivales.
¿En qué estado de salud se encuentra ahora mismo el Club Náutico de Benidorm?
Es excelente. Estamos muy bien, pero dependemos en algunos momentos de poder arrendar nuestras instalaciones y, de esta manera, conseguir el dinero que nos permita desarrollar nuestras actividades. Hay que recordar que todo esto, barcos, velas, monitores, desplazamientos… lo pagamos nosotros.
Tenemos ayuda de la concejalía de Deportes, pero somos una organización sin ánimo de lucro y, por lo tanto, necesitamos ingresar para poder atender esa demanda y pagar a nuestros 17 empleados.
«Actualmente tenemos unas 140 personas que utilizan nuestras instalaciones para practicar remo y salen a remar todas las tardes»
En el caso del Club Náutico de Benidorm, hablamos de un club pequeño y, por lo tanto, sin tanta capacidad de conseguir ingresos a través de los amarres o las cuotas de los socios.
En efecto. Como anécdota te diré que el día que se nos hizo entrega de las instalaciones del nuevo Club Náutico, el actual, en el año 2000, el ingeniero que estaba en la mesa nos dijo que con esos 107 amarres no nos auguraba más de dos años de vida… pues ya llevamos veintidós. De los cuales, yo he sido el presidente los veintidós años.
Este año se lo han propuesto por vez primera y lo han conseguido: se les ha otorgado la bandera azul.
Estamos muy orgullosos. No sólo por haberla conseguido, sino también por poder aportarla y sumarla al resto de instalaciones que ya cuentan con esa bandera azul en nuestra ciudad.
Una bandera que ondeará junto al mayor polideportivo gratuito que tenemos en Benidorm: el mar; y en el que no sólo ofrecen la opción de hacer vela, como ya hemos hablado, sino también, por ejemplo, remo.
Contamos con muchos practicantes de remo y ya estamos compitiendo en muchas modalidades. Tenemos actualmente unas 140 personas que utilizan nuestras instalaciones para practicar remo y salen a remar todas las tardes. Ahora en invierno, los veo muchas veces a las nueve con las luces que llevan en la proa navegando por la bahía.
«Es un orgullo haber conseguido la bandera azul y poder aportarla y sumarla al resto de instalaciones que ya cuentan con ella en nuestra ciudad»
Y también en relación al remo, el kayak de mar.
Tenemos un muy buen equipo, aunque es verdad que se utiliza más en la época estival, porque ahora, en invierno, eso de mojarse en el agua fría hace que nos retiremos un poco.
Para practicar cualquiera de todos esos deportes, ¿hay que esperar a verano o podemos apuntarnos en cualquier momento?
Para nada. Siempre estamos abiertos a incorporar nuevos deportistas y alumnos a nuestros equipos y escuelas. Para ello, lo único que tienen que hacer las personas que estén interesadas es pasarse por el Club Náutico y allí les atenderemos e informaremos de todas las opciones.
Prácticamente, el único requisito indispensable para ello es saber nadar… y como siempre se va con chaleco salvavidas, diría que hay algunos que tampoco tienen eso tan claro (ríe).