Dicen que comprar un coche es una de las peores inversiones posibles. Que por el mero hecho de matricularlo -un trámite a todas luces impepinable para poder circular con él-, el nuevo vehículo ya se devalúa en una cantidad que haría deprimirse al mayor amante de la gasolina. Y luego, claro, está todo lo demás. Seguro, impuesto de circulación, gasolina, ITV… Un suma y sigue que, si nos paramos a pensarlo bien, arroja cantidades asombrosamente altas a final de año.
Pero el coche, y más actualmente, es una herramienta casi indispensable para nuestro día a día. Los centros comerciales y grandes superficies tienden a concentrarse en las afueras de las ciudades, así que para llenar la nevera hace falta el coche. El cole y las extraescolares de los niños suelen requerir de desplazamientos maratonianos y contrarreloj, así que el coche parece la mejor opción. El trabajo está cada vez más deslocalizado, así que, ¿lo adivinan?, un ratito más de coche.
Lejos de un futuro sin coches
Las ciudades, sobre todo las de más de 50.000 habitantes, están inmersas desde hace algún tiempo en sus propios planes para acelerar el cambio en el paradigma de la movilidad. Por convencimiento propio o imposición europea, estas urbes deben crear sus propias zonas de bajas emisiones y, en la medida de lo posible, favorecer el uso de otros medios de transporte públicos o alternativos al coche.
Pero un futuro sin coches en las calles es, al menos por el momento, más que algo lejano, una utopía. Son muchos los ciudadanos que precisan de él en su vida diaria y hace mucho que los ayuntamientos encontraron en el aparcamiento en la vía pública una interesante vía de ingresos extra. Nació entonces la Ordenanza Reguladora del Aparcamiento (ORA), más conocida por todos como ‘zona azul’.
El Ayuntamiento explica que una sentencia de un tribunal europeo avala la decisión de la empresa
Una ciudad azul
Así, como sucede en muchísimos otros municipios de todo tamaño y condición, para estacionar en la inmensa mayoría de las calles de la ciudad de Benidorm es preciso pasar antes por caja. La ya mentada Ordenanza Reguladora de Aparcamiento estipula las zonas del municipio en las que se debe adquirir un ticket para estacionar durante un determinado tiempo y, desde hace unos meses, también marca áreas exclusivas para residentes y otras de uso mixto.
La más temida de todas ellas, por ser una vieja conocida que ha dado sustos al que más y al que menos, es la famosa ‘zona azul’, el área de pago que se extiende por la práctica totalidad del municipio, aunque es en el centro de la ciudad donde este tipo de solución de pago está más extendida.
Por el momento, la otra aplicación para móviles disponible no ha repercutido esos gastos de gestión
La comodidad de las app
Son muchos los vecinos, trabajadores y turistas los que usan diariamente el servicio y, entre ellos, una gran cantidad optan por la comodidad de utilizar una de las dos ‘app’ que permiten realizar el pago a distancia sin necesidad de obtener un ticket en alguno de los parquímetros instalados en la vía pública.
Entre ese grupo de usuarios, muchos de ellos trabajadores que no tienen tiempo ni oportunidad de bajar a la calle cada dos por tres a poner el ticket en el salpicadero, la sorpresa fue mayúscula a mediados del pasado mes de enero cuando, de la noche a la mañana, una de esas aplicaciones para teléfonos móviles, Moviltik, comenzó a aplicar un 10% de “gastos de gestión” a la tarifa estipulada por la ordenanza. Así, un periodo de estancia máxima de dos horas, por el que se cobra un euro, ha pasado ahora a costar 1,10 euros.
Los parquímetros de la vía pública mantienen los mismos precios sin añadir gastos de gestión
Avalado por la UE
Preguntada al respecto, la portavoz del equipo de gobierno, Lourdes Caselles, ha explicado a AQUÍ en Beidorm que este cambio tiene su origen “en una sentencia de la Unión Europea por la que se ha permitido a las empresas responsables de las ‘app’ el cobro de estos gastos de gestión”, aunque ha matizado que este recargo “no se permite cuando vas a la máquina para sacar el ticket”.
Caselles ha subrayado, además, que este nuevo concepto que muchos vecinos han tenido que abonar desde el día 25 de enero, “no depende del Ayuntamiento, que realizó la concesión del servicio de acuerdo con las características del mismo” y que, por lo tanto, no es beneficiario de ese nuevo recargo.
Alternativas sin recargo
AQUÍ en Benidorm también ha podido comprobar que, efectivamente, el precio en los parquímetros instalados en la vía pública no ha sufrido variaciones y que tampoco la otra ‘app’ con la que se permite realizar el pago desde los terminales móviles, Flowbird, está imputando, al menos por el momento, esos gastos de gestión que Moviltik ha establecido en un 10% sobre el precio del ticket comprado.
Por lo tanto, al menos por ahora, siguen existiendo alternativas para aquellas personas que, por comodidad o imposibilidad de acercarse cada dos horas -tiempo máximo de estacionamiento permitido en la zona azul- no renuevan el ticket en un parquímetro.