Los adolescentes estadounidenses, enfrentados a una sociedad que, en plena guerra fría, empezaba a asomar enaguas no tan perfectas, comenzaban a declararse en rebeldía. Lo que le ocurría, en los fotogramas de ‘Rebelde sin causa’ (‘Rebel Without a Cause’, 1955) de Nicholas Ray (1911-1979), al personaje encarnado por James Dean (1931-1955), quien, en pantallas crevillentinas, volvía a vivir su pesadilla enamorada en 2017.
Dos amigos, José Javier Martínez y Juan Carlos González, eran los responsables de esta experiencia surgida casi por casualidad. Lo cuenta José Javier: “Un día, en el Centre Jove, propuse que sería ideal poner una película, abrir un debate sobre ella, hacerlo una vez al mes. Y me dijeron: ‘Oye, ¿por qué no lo haces tú?”. Se le sumó Juan Carlos y ambos se lanzaron a esta aventura que cuenta ya seis años.
Los primeros pases
Las fechas se confunden: demasiado vivido en ese periodo de tiempo. Las referencias le anotan al Cinefórum Crevillent el natalicio un veintiséis de octubre. El veintisiete de agosto del año siguiente abrían página en Facebook. Seis años ya, en todo caso, desde el primer pase. “A la primera sesión”, recuerda ahora José Javier, “asistió una sola persona, pero nosotros hicimos todo el programa previsto, el esquema clásico: presentación, exhibición de la película, debate”.
No se rindieron, y eso que no eran profesionales de esto (“si alguien me dijera que se puede vivir de un cine-club, ojalá”): “Somos simplemente dos amigos a los que les gusta el cine. Nuestra profesión ni siquiera está relacionada con el cine: yo soy asesor fiscal y Juan Carlos abogado”. Pero siguen aplicándose: “Cada película nos la trabajamos. Estamos preparadísimos”.
Surgió en el Centre Jove gracias a dos amigos
Apoyo popular
¿Participa la gente? “La verdad es que sí. Incluso estás en la panadería y te dicen: ‘Oye, podríais poner tal o cual película’. Crevillent es una ciudad en unos aspectos, y un pueblo donde todos nos conocemos por otro. Aquí ya somos ‘los del cine”. El resultado es que han conseguido congregar a un grupo de veinte o treinta personas habituales. Pero van goteándose más asistentes donde siempre se programan ‘clásicos’.
“Aquí estamos abiertos a todos, de Elche, de Santa Pola, de la localidad que vengan”, puntualiza José Javier. Es más, tienen la costumbre de, a quien localizan nuevo, pedirle el número de teléfono para avisarle de próximas proyecciones, con un breve comentario del film. Se trata de ‘fidelizar’, y para ellos esta se ha convertido en la principal punta de lanza para avisar a su grey cinéfila.
En la covid comenzaron las aventuras digitales del cine-club
Llega la covid
Todo iba viento en popa: 2018, 2019, 2020… El 14 de marzo, sábado, estaba prevista la proyección de ‘Con la muerte en los talones’ (‘North by Northwest, 1959) de Alfred Hitchcock (1899-1980). Llegó la pandemia… “La verdad es que, curiosamente, nos abrió campos nuevos. Nos enteramos de que había gente que se conectaban para jugar, así que dijimos: ‘a tal hora nos conectamos”.
Comenzaron a crecerle nutritivos ramajes al tronco común de un cinefórum que había nacido solo con la intención de ver y comentar una película al mes. Aparte de reforzar el despliegue digital, nacían los ‘podcast’ (esa radio o televisión donde oyentes o televidentes se convierten en generadores de contenido) en la plataforma iVoox. Siempre al menos con un invitado del mundo cinéfilo contaban con apoyo popular.
«Queremos reivindicar que además existe un Crevillent cinéfilo» J.J. Martínez
La actual temporada
Esta temporada volvían a lo grande, con una de esas excepciones en que lo ‘moderno’ posee ya la categoría de clásico: el domingo 11 de diciembre del pasado año, proyectaban a las siete de la noche la película ‘The Commitments’ (1991), historia de un joven habitante de un barrio proletario de Dublín empeñado en formar una banda de soul para traer allí otro tipo de música.
La dirigía Alan Parker (1944-2020), quien ya había creado otras cintas como ‘Fama’ (‘Fame’, 1980) y ‘Pink Floyd: The Wall (El muro)’ (1982). Con cinta tan metafórica sobre la propia labor del cinefórum y tan bañada en pentagramas, no extrañaba que el retorno fuera en el local de la Sociedad Unión Musical, en la calle Ausiàs March, 32. Y prometían “palomitas y alguna otra sorpresa”.
Sueños de futuro
Aunque el nuevo local habitual es el de la Cooperativa Eléctrica Benéfica San Francisco de Asís, en la calle Corazón de Jesús, 17, por ahora siempre en viernes. El motivo lo explicaban vía digital el veintidós de febrero: los derechos de autor por proyección, de los que Cinefórum Crevillent se hacía cargo, los asume ahora la entidad. Eso abre puertas a nuevos proyectos: una conferencia al año, un ciclo del cine negro español, más invitados.
“También queremos reivindicar el cine español de los cincuenta, donde se hicieron grandes películas”, señala José Javier. En definitiva, con el Cinefórum Crevillent además “se trata de demostrar que hay una vida cultural oculta. Que en Crevillent, además de coros, que es bueno, hay también otras cosas, que existe un Crevillent cinéfilo”. Y lo tienen claro: “Esto se sostiene por la ilusión de la gente”.