El Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert ha organizado la semana que viene las primeras jornadas sobre el dramaturgo Joaquín Dicenta y su vinculación con Alicante.
La Casa Bardin acogerá el lunes 27 y el martes 28 de febrero las ponencias sobre la trayectoria del novelista, pionero del periodismo de investigación y de la defensa de los derechos de la mujer. En las jornadas participarán ponentes de reconocido prestigio, que abordarán su figura desde diferentes ámbitos: la importancia de la mujer en su obra, la bohemia, la sátira, el teatro social o la política.
Este encuentro contará con la participación de estudiosos y expertos como la coordinadora del programa y doctora en estudios teatrales por la UCM, periodista y escritora, Ada del Moral; el catedrático de Literatura Española por la UCM, fundador y director del Instituto del Teatro de Madrid, Javier Huerta; el profesor en la Universidad Autónoma de Madrid, José Ramón Trujillo; el profesor y escritor Javier Barreiro; el escritor y profesor en la Universidad Carlos III, Miguel Ángel del Arco; el doctor en Historia Francisco Moreno; el crítico, poeta y museólogo, Juan Manuel Bonet; y el presidente del Instituto de Librepensamiento Hipatia de Alejandría, Fidel López Criado.
Nacido en Calatayud en 1862, Dicenta cultivó el teatro, además de la poesía y la narración naturalista y fue padre del dramaturgo y poeta del mismo nombre y del actor Manuel Dicenta. Considerado un adelantado a su tiempo, fue capaz de llevar la vida de la calle a escena por vez primera en España en Juan José, de incidir en la importancia del divorcio en Luciano o de mostrar la alienación política y la dureza de la minería en Daniel.
Su obra se encuadra dentro de la generación de la Gente Nueva, junto a Luis Bonafoux, Miguel Moya o Rosario de Acuña, abanderados de la libertad de expresión y de la defensa de los derechos intelectuales a través del Trust de Prensa, de la Asociación de Prensa de Madrid y de la Sociedad de Autores de la que después surgiría la Sociedad General de Autores. Dicenta fue, además, un luchador infatigable en favor de los derechos humanos y de la conservación de la naturaleza, aunque su verdadera dimensión empieza a descubrirse ahora. Falleció en Alicante en 1917.