Este marzo se cumple un aniversario muy importante para la historia de Alicante, ya que se trata de un punto de inflexión que marcó un antes y un después en el desarrollo de la actual ciudad moderna. No nos referimos al nacimiento de ningún alicantino ilustre, ni a un acontecimiento político de relevancia, ni a un logro deportivo. Sino a algo que hoy puede parecernos muy mundano, pero que como todo en esta vida… tuvo un principio.
Hace 65 años que se instalaron los dos primeros semáforos en nuestra urbe. Un invento que en realidad era bastante más antiguo, pero tardó bastantes décadas en llegar hasta aquí. Incluso al principio se colocaron a modo de prueba, para comprobar si de verdad este aparato con luces contribuía a mejorar el tráfico como se decía que había hecho en otras ciudades.
Primer invento fallido
El primer semáforo de la historia se ubicó en Londres, justo enfrente del Parlamento de Westminster. Corría el año 1868, y su diseñador fue el ingeniero británico John Peake Knight.
Este primer prototipo era manual, todavía no estaba electrificado. Además durante el día el sistema funcionaba con una palanca, y las luces solo se utilizaban por la noche. Por tanto un policía se veía obligado a permanecer todo el tiempo junto al semáforo para poner la palanca en posición vertical si los coches podían circular o en horizontal si el paso estaba prohibido. Por la noche la misma rutina, pero con una lámpara de gas para iluminar el color verde o el rojo.
Sinceramente a quien escribe estas líneas le cuesta entender cuál era la ganancia real que aportaba este invento, es decir respecto a que el policía ordenara el tráfico con sus propios brazos. De hecho incluso resultó un innecesario peligro dado que la lámpara de gas explotó por accidente, hiriendo de gravedad al guardia.
Ante semejante suceso el semáforo fue retirado de las calles de Londres, y durante muchos años pasó a engrosar la lista de inventos fracasados.
El primer semáforo se probó en Londres y acabó explotando
Inicio de los semáforos eléctricos
Pero el tráfico de las ciudades siguió incrementándose, y en 1914 se instaló un nuevo prototipo de semáforo en Cleveland (EEUU), ahora ya sí con un funcionamiento eléctrico. Al verificar su funcionalidad la empresa estadounidense General Electric compró su patente y lo trató de exportar a otras partes del mundo. La primera ciudad europea que se sumó fue Berlín.
En 1926 llegó a España, instalándose el primero en un cruce de Madrid. Los periódicos de la época impulsaron una gran campaña informativa para que los ciudadanos supieran cuando podían cruzar la calle o pasar con el vehículo y cuando no. Al principio se referían a ellos como “farolas de señales luminosas”.
Desde entonces el semáforo se convirtió en un símbolo de modernidad. Si una ciudad estaba realmente a la vanguardia debía de tenerlos en sus calles. Sin embargo resultaba una inversión muy costosa implantar todo un nuevo sistema eléctrico y coordinado a gran escala para hacerlos funcionar.
Los semáforos se instalaron en la avenida Alfonso X ‘el Sabio’ frente al Mercado
Primeros coches
En la provincia de Alicante el primer vehículo que se registró oficialmente con la matrícula A-1 fue un coche marca Motobloc, el 2 de diciembre de 1907. Su propietario Trino Esplá (el padre del músico Óscar Esplá) era alicantino, pero por alguna razón -supongo que relacionada con temas de impuestos o burocracia- lo matriculó en Denia.
El primer coche matriculado en la capital alicantina llegó un año después, cuando la Refinería de la Británica (ubicada en la zona de la Cantera) adquirió un Ford.
En las siguientes décadas el coche se fue popularizando cada vez más entre los españoles. Ya en los años 30 había un cierto tráfico en Alicante, pero el Ayuntamiento se seguía resistiendo al semáforo. También es cierto que la Guerra Civil y la posterior Posguerra poco ayudaron a que se realizaran este tipo de grandes inversiones en infraestructuras públicas.
El Ayuntamiento tuvo que invertir más de un millón de pesetas
Llega a Alicante
Finamente fue el alcalde franquista Agatángelo Soler quien dio el paso. Como decíamos antes en un primer momento se concibió como una prueba piloto, por lo que se instalaron tan solo dos en la avenida Alfonso X ‘el Sabio’, frente al Mercado Central. Fue el 26 de marzo de 1958 cuando comenzaron a funcionar.
Las crónicas periodísticas señalan que durante las siguientes semanas algunos alicantinos cruzaban la calle una y otra vez… solo porque les hacía ilusión hacerlo. Era toda una novedad seguir las indicaciones de este nuevo aparato.
Lo cierto es que la evidencia dejó claro muy pronto que este invento efectivamente sí servía para mejorar el tráfico y facilitar el trabajo a los guardias. Así que el Ayuntamiento acabó afrontando una inversión que superó el millón de pesetas para instalar los primeros semáforos en nuestras calles.
El semáforo original
Hace unos años el Ayuntamiento tuvo la ocurrencia de rescatar uno de estos dos históricos semáforos de 1958 e instalarlo en la calle Teniente Álvarez Soto (junto a la Rambla) frente al Museo de las Hogueras.
Después de varias décadas ayudando a regular el tráfico de Alicante, este semáforo hoy cumple con una función meramente decorativa. De hecho está en una calle peatonal, y no son pocos los curiosos que cada día se hacen fotos junto a él. A muchos incluso su diseño nos resulta bastante más estético que el de los semáforos actuales… dicho sea de paso.