Entrevista > Paco Aznar Roca / Representante posventa de automoción (Alicante, 7-octubre-1971)
Paco Aznar Roca forma parte de una segunda generación de agente comercial (representante) de la posventa automoción, el enlace entre fabricante y cliente final. El camino lo inició Paco Aznar padre, quien montó una empresa familiar junto a su esposa, Trini, que hacía las funciones de secretaria.
Nuestro protagonista recogió el legado que dejó su progenitor, pero también esa singular forma de trabajar. “Fue todo un referente en el sector e intenté aprovechar la oportunidad de aprender de uno de los mejores”, recuerda con cariño.
«Los jóvenes no aspiran al carnet de conducir, sino a un móvil de última generación, que les aporta movilidad»
¿Qué es la posventa en automoción?
Al adquirir un vehículo tienes la posibilidad de acudir al servicio oficial donde lo has comprado, para hacer el mantenimiento o las diferentes reparaciones, o bien ir al recambio independiente, la posventa.
Este recambio tiene la misma calidad que el que la marca puede ofrecer al consumidor, y es mucho más económico. De hecho, muchos fabricantes que realizan piezas para el servicio oficial, también lo hacen para el sector posventa.
El sector automoción es de los más relevantes.
Es el segundo motor de la economía nacional, después de la vivienda, porque lo primero que intenta comprar una persona es una casa, pero inmediatamente después un coche.
¿Cuál es su situación tras la pandemia?
El sector de la automoción, como venta de vehículos, sí sufrió mucho, porque hubo una época en la que estábamos en casa, no se hacían kilómetros en los vehículos y al no haber demanda se produjo una falta de material para construir nuevos.
Sin embargo, el segmento posventa automoción creció, porque los vehículos han envejecido. La media de los coches, antes de la pandemia, era de once años, mientras ahora es de trece o catorce. Esto implica que ha aumentado la reparación y, por ejemplo, los desguaces están sin ‘stock’, porque no se llevan coches para desguazar.
«La media de edad de un coche prepandemia era de once años, ahora es de trece o catorce»
¿El coche eléctrico ha cumplido las expectativas?
No, al menos las que se han marcado los gobiernos. Al hablar de futuro nos centramos en el coche eléctrico, cuando habría que hablar de movilidad, que ha cambiado muchísimo: ves gente en patinete, la peatonalización de centros urbanos, la prohibición de entrada de vehículos…
Debemos ser conscientes de ese cambio de tendencia en la movilidad de las personas. Hoy la ambición de un joven no es sacarse el carnet de conducir, sino tener un móvil de última generación que le permite acceder a numerosas formas de moverse: Uber, Blablacar o incluso cómo llegar andando de la forma más rápida.
¿Entonces el futuro del coche eléctrico es complicado?
Se ha sido demasiado ambicioso en los términos para implantar el coche eléctrico, porque hay una serie de impedimentos estructurales que son muy difícil de superar.
Actualmente en España conviven treinta millones de vehículos. Si la mitad de estos fueran eléctricos y todos decidiéramos recargarlo durante la noche, con la capacidad de producción de energía sería imposible, ya que caerían las redes eléctricas.
Además, se trata de una tecnología que tiene unas limitaciones, porque hasta que no tengamos un móvil que carguemos una vez y nos dure su autonomía una semana, no tendremos un vehículo eléctrico en el que nos podamos mover con libertad y hacer 400 o 500 kilómetros sin tener que estar con la ansiedad de buscar un punto de recarga.
«Los fabricantes no podrán vender vehículos nuevos de combustión a partir de 2035 según marca la normativa europea»
¿A qué público va dirigido?
A personas que no hagan muchos kilómetros al día o se muevan por centros urbanos. Entonces sí puede ser una buena alternativa para complementar la oferta de movilidad que tengamos en un futuro.
Además, la huella de carbono que deja a la hora de construirlo es una, pero al finalizar su vida útil tiene otra, mucho más importante, porque las baterías de litio no se pueden reciclar. Suelen durar alrededor de seis o siete años y tienen un coste de unos 5.000 euros.
Para los vehículos de combustión parece que su fecha límite es 2035…
Una directiva europea prohíbe su venta a partir de ese año, aunque sí podrán circular un tiempo más. Dudo que dé espacio a que las infraestructuras estén a la altura de lo que pretende la comisión europea.
Supondrá la eliminación de gasolineras, pérdidas de numerosos puestos de trabajo y si eso se realiza para reducir la huella de carbono no sé si realmente va a cumplir esa función. Pienso que deberían coexistir varias tecnologías ya que, hoy en día, los vehículos que cumplen con las normativas de combustión producen una contaminación mínima.