Javier Gutiérrez / Actor
Sin duda hoy en día es uno de los actores más contrastados de nuestro país. Javier Gutiérrez (Luanco, Asturias, 17-enero-1971) saltó a la fama para el gran público principalmente gracias a su participación en varias comedias, así como en series de gran éxito como ‘Águila Roja’ o ‘Los Serrano’. Luego giró al drama, donde le fue todavía mejor ganando dos Premios Goya.
Ahora llega al Teatro Flumen donde estará del 27 al 30 de abril para dar vida a ‘Paco el bajo’ en cuatro funciones de la obra ‘Los santos inocentes’. Una adaptación teatral de la célebre novela de Miguel Delibes que ya fue llevada al cine, y ahora se interpretará sobre las tablas.
«Mis primeras interpretaciones fueron de niño parodiando a vecinos de mi edificio»
Empecemos por tus inicios. ¿Cómo te dio por ser actor?
Aunque el público no lo sepa, en realidad muchos actores somos personas muy tímidas. Yo utilicé la actuación precisamente como vehículo para vencer esta timidez enfermiza que tenía. El hecho de actuar me sirve de bálsamo, a la vez que me ha ahorrado bastante dinero en terapias (risas). Es algo que me permite huir de mí mismo para poder sumergirme en otras vidas.
¿Recuerdas lo primero que hiciste delante de un público?
El primer público que recuerdo eran reuniones familiares. Mi primo tocaba la guitarra y yo cantaba canciones de Los Pecos, Umberto Tozzi o Luis Miguel. Y luego me ponía a imitar a vecinos.
Ten en cuenta que yo vivía en una especie de 13 Rue del Percebe, éramos cuatro pisos por rellano en un edificio de trece alturas. Así que imagínate la cantidad de personajes que teníamos en el vecindario… ríete de ‘Aquí no hay quien viva’ (risas). En aquellas reuniones yo me dedicaba a parodiar a algunos de ellos para diversión de mis hermanas, padres y demás familiares. Luego les pasaba la gorra y así me ganaba un dinerillo para la semana.
Tu primera película fue una comedia tan mítica como ‘El otro lado de la cama’.
Sí, fue mi bautismo en el cine, pero también una experiencia un poco traumática porque tenía solo dos secuencias y además mi actuación quedó reducida a la mínima expresión en el montaje. Aparece mi cabeza diciendo una frase. Poco más (risas).
Aún con todo es una gran comedia obra de todo un maestro como es Emilio Martínez-Lázaro, con un guion de David Serrano, que maneja perfectamente este género, y con un reparto de altura. La recuerdo con una sonrisa en la boca, fue una de las grandes películas de principios de los 2000.
«’La isla mínima’ me sacó de la televisión y me brindó la oportunidad de trabajar con directores que ni soñaba»
Luego hiciste varias comedias de éxito como ‘El penalti más largo del mundo’ o ‘Días de fútbol’. ¿Te costó quitarte el sambenito de ser solo un ‘actor cómico’?
Curiosamente en el teatro siempre he sido un actor más dado al drama, pero efectivamente con mis primeros personajes en el cine y la televisión quizás el público me asociaba mucho más a la comedia. Incluso en ‘Águila roja’ mi papel de Sátur llevaba prácticamente todo el peso cómico de la serie, y además estuvo muchas temporadas emitiéndose al igual que ‘Los Serrano’.
Desde luego mi gran oportunidad de dar un salto cualitativo fue con ‘La isla mínima’, gracias a la apuesta que hizo Alberto Rodríguez por sacarme de la televisión y la comedia. A partir de ahí viví un cambio sustancial respecto a los trabajos que me llegaban. Pude trabajar con directores que no había ni soñado.
Creo que esto viene a demostrar que los actores que nos desenvolvemos en la comedia también podemos hacerlo en el drama. Hay muchos ejemplos, como cuando Alfredo Landa pasó de hacer españoladas a ‘El crack’ con Garci. A fin de cuentas el género cómico es dificilísimo de interpretar, y aquí se demuestra muy bien quien vale para esto.
Mi preferida de tu filmografía, de hecho, es un drama. ‘El autor’ me parece un guion magistral.
Sí, es una gran película. Desde el punto de vista personal me marcó muchísimo, sobre todo por mi encuentro con Manuel Martín Cuenca. Esa forma de encarar el trabajo y de concebir el cine con algo de artesanal, de compromiso, de amor por el oficio… para mí fue fundacional. Me hizo entender este arte de otra manera.
¿Cómo te metiste en este proyecto de llevar al teatro ‘Los santos inocentes’?
Fue por mi amiga María Díaz, una de las coproductoras. La idea me sedujo al mismo tiempo que me asaltaron los miedos, ya que tanto la novela de Delibes como la película de Mario Camus son dos montañas casi inalcanzables. La primera porque es una obra cumbre de la literatura española, y la segunda porque admiro muchísimo los trabajos interpretativos de aquel reparto.
Está claro que el espectador tiene en su imaginario colectivo este trabajo y, ya sea consciente o inconscientemente, nos va a comparar con ellos. Así que era un proyecto arriesgado, pero la verdad es que nos está funcionando muy bien tanto en número de público como en premios ganados.
«Esta obra no trata de competir con la película o la novela original, sino de sumar»
¿Es una adaptación muy purista del texto original?
Es un proyecto teatral hecho con mucha honestidad y respeto. No trata de competir con las anteriores, sino de sumar. Se trata de una adaptación brillante realizada por el recientemente fallecido Fernando Marías y Javier Hernández Simón. Igual que la novela es algo críptica, esta obra viene a ser casi como un cuentecito. Creo que incluso el espectador, aún quien conozca la historia, se va a sorprender.
Una de las principales aportaciones de esta adaptación es la idea de mostrar la Educación como un salvavidas. En la primera escena precisamente mi personaje trata de explicar a sus hijos la importancia que tiene acudir a la escuela. Él no pudo hacerlo, por lo que considera que si ellos estudian sí tendrán la oportunidad de llegar a ser realmente libres… justo lo que él no puede ser.
Aunque la obra ocurre en los años 60, esto de que los ricos abusen de su poder para humillar a los curritos… es algo muy atemporal.
Desde luego. No es difícil encontrar similitudes entre ‘el señorito Iván’ de entonces con algunas personas de hoy. Por ejemplo, en el mismo Congreso vemos políticos que llaman “paguita” al Ingreso Mínimo Vital que percibe gente que lo está pasando realmente mal y forma las colas del hambre.
Sinceramente a veces me sorprendo de lo anestesiado que está nuestro país. Recuerdo que muchos empresarios se llevaron las manos a la cabeza con la subida del Salario Mínimo por tener que incrementar un poquito los sueldos de sus trabajadores, mientras que ellos se embolsan cantidades millonarias. No creo que Delibes fuera un visionario, lo triste es que en algunas cosas sigamos en 2023 igual que en los años 60.
Tú interpretas el papel que hacía Alfredo Landa en la película. ¿Te has basado mucho en su actuación para prepararlo?
Está bien valorar los buenos trabajos y he visto la película varias veces, pero más por quedarme con el perfume que por copiar nada. Como te comentaba antes, esta obra intenta sumar más que competir con la película.
«Me encanta ir a València para comer arroz y acercarme a la Malvarrosa»
¿Cómo es tu relación con la Comunitat Valenciana?
Muy buena. He venido bastante por aquí para interpretar distintas obras de teatro e incluso rodé la película de ‘El olivo’ en Castellón. Y aparte siempre que puedo me escapo porque soy un enamorado del arroz, aparte de que València es la playa más cercana a Madrid. Es un plan fantástico venir por aquí y pasar el día en la Malvarrosa.
¿Tienes algún otro proyecto entre manos?
Acabo de estrenar la película ‘Lobo feroz’ en Netflix, que está funcionando muy bien. Próximamente saldrá ‘Honeymoon’, una del gallego Enrique Otero sobre el amor, el desamor y las segundas oportunidades. Además tengo pendiente una ‘road movie’ de Pau Durà junto con Luis Zahera, que contará la historia de dos perdedores. También tengo varios proyectos cuajándose, así que estoy ilusionado con lo que está por venir.
Hace poco Fran Perea anunció que habrá un reencuentro de ‘Los Serrano’. ¿Te han llamado a ti también?
La verdad es que no. Hace poco coincidí con Antonio Resines en los premios Fotogramas, pero no hablamos de ello. Tal vez este proyecto vaya a involucrar solo al núcleo original de ‘Los Serrano’, ten en cuenta que yo llegué en la sexta temporada.
Por cierto, yo vivo enfrente de un instituto y me he dado cuenta al salir a la calle que los chavales jóvenes están volviendo a ver compulsivamente ‘Los Serrano’. Antes eran sus padres quienes se acercaban a decirme que le encantaba la serie, y ahora son ellos. La verdad es que guardo muy buen recuerdo de ella.