La ciudad de Villena consolida su capitalidad cultural dentro del panorama de la Comunidad Valencia como demuestran los resultados del Circuit Cultural Valencià (CCV) de 2022 en cuanto a espectadores, inversión y recaudación, que lo sitúan en el primer puesto de la provincia y entre los tres mejores de toda la Comunidad. En concreto, la programación de Villena congregó a lo largo del pasado año a 18.663 personas, que la sitúa como la primera de la provincia de Alicante y en el tercer puesto tras las localidades de Alzira y Xátiva.
“Los resultados son muy positivos porque demuestran dos cosas: que Villena puede ser polo cultural fuera de los circuitos de las capitales de provincia y las grandes urbes; y que la oferta programada por el conjunto de agentes culturales de la ciudad es acertada y tiene capacidad de atraer a espectadores de toda la provincia, de Valencia y de las regiones próximas como son Murcia y Albacete”, ha explicado el director de la Casa de la Cultura de Villena (KAKV), José Ayelo.
Para este programador cultural, “el éxito no son los números, es la respuesta del público que busca, exige, demanda y responde en consecuencia cuando la oferta es diversificada, de calidad y completa. Sin duda, Villena es ciudad cultural con todas sus letras”, ha añadido.
De hecho, según la memoria del CCV del pasado año, Villena ocupa el segundo puesto en inversión de toda la Comunidad Valenciana con casi 329.000 euros, de los cuales 38.000 son aportaciones del propio Circuit. Esto supone liderar la apuesta en materia económica por la Cultura para el conjunto de la provincia de Alicante, gracias a la política de precios que situó la tarifa medida por espectáculo durante 2022 en 6,03 euros, en la posición número 15 de toda la Comunidad Valenciana.
La respuesta de la programación cultural viene corroborada por la recaudación, donde Villena es líder de toda la Comunidad Valenciana con más de 151.000 euros.
“La Cultura tiene que ser de calidad, pero debe ser accesible sin que el precio sea una barrera para que los ciudadanos accedan en condiciones de igualdad a las propuestas culturales públicas. Además, la programación debe ser transgresora, reflexiva, pero también divertida, distendida y educativa, para el público infantil como para el adulto”, ha comentado Ayelo en referencia a la “imperiosa necesidad que la sociedad tiene de las artes escénicas en vivo en tiempos de plasma, pantallas y pensamiento único”, reflexiona el director de la KAKV.