Altea tendrá nuevo alcalde… o alcaldesa. Eso es lo único seguro en la Villa Blanca a menos de un mes para los comicios locales y autonómicos del próximo día 28 de mayo.
Jaume Llinares, que ha liderado la coalición de gobierno formada por Compromís y PSPV-PSOE durante las dos últimas legislaturas, anunció hace ya casi un año que sería fiel a la promesa dada en su día y que no repetiría como candidato cumplido el ciclo de ocho años. Por ello, cuando se cuente el último voto en esa noche electoral, lo que es seguro es que Altea tendrá nuevo alcalde… o alcaldesa.
Si el sillón que deja libre Llinares lo ocupará su sucesor en Compromís, Diego Zaragozí; el nuevo ‘alcaldable’ del PSPV-PSOE, Deo Sánchez o la candidata del Partido Popular, Rocío Gómez; es una de las grandes incógnitas que queda por desvelar en una comarca, la Marina Baixa, en la que la mayoría de municipios tienen un panorama electoral bastante más predecible que el de la Villa Blanca.
Compromís, defensa de la gestión
Diego Zaragozí toma el relevo de Jaume Llinares ofreciendo una mezcla de renovación y continuidad. El propio candidato repite, cada vez que se le da la oportunidad, que su relación de amistad con Jaume Llinares está fuera de toda duda y que, además, se siente muy identificado con todo lo que ha ido haciendo el gobierno alteano en estos últimos ocho años.
A la vez, y sin que esto signifique necesariamente una incongruencia, Zaragozí también evidencia que existen muchos motivos por los que su liderazgo, en caso de confirmarse en las urnas, sería muy diferente al de Llinares en el estilo; aunque insiste siempre en que el mayor aval que presenta su candidatura es, precisamente, la gestión realizada.
En Compromís presentan el aval de la gestión realizada en los últimos ocho años de gobierno
La tasa turística
A pesar de que la creación de la llamada tasa turística, impulsada en Les Corts por Compromís, ha contado con el rechazo unánime del sector, y de que importantes dirigentes de la principal industria de la región han calificado al partido regionalista -y a sus socios de Podemos- como de “enemigos”, lo cierto es que la gestión municipal en este ámbito parece ser cualquier cosa menos negativa.
Tras el parón vital de la pandemia, e incluso en aquellos difíciles veranos de restricciones, Altea ha ido sumando lleno tras lleno y, de hecho, en la última Semana Santa fue el único destino de la Comunitat que pudo presumir de lleno técnico. Con todo, Zaragozí defiende a capa y espada la implantación en la Villa Blanca de la tasa turística, pese al frontal rechazo de todo el sector.
El PSPV-PSOE trata de ocultar el mal ambiente interno generado por la confección de su lista
PSPV-PSOE, el socio fiel
En las filas del PSPV-PSOE han confiado en Deo Sánchez, otra cara nueva en la política local, para tratar de dar un paso adelante y dejar de ser sólo el socio fiel de Compromís en el equipo de gobierno. Con las siglas socialistas cotizando a la baja en el ámbito nacional y con El Botànic en su momento de mayor debilidad, todo parece descansar en la capacidad de movilización del candidato.
Una situación incómoda, porque el PSPV-PSOE ha sido socio necesario para afrontar algunas de las grandes decisiones de los últimos años -algunas de ellas no exentas de polémicas-, pero nunca ha querido tomar un papel realmente protagonista en ninguna de ellas, por lo que está por ver cómo podrán capitalizar esa gestión.
Rocío Gómez aspira a ser la primera alcaldesa de Altea y de cualquier municipio de la Marina Baixa
Mal ambiente
Además, cada vez es más evidente el mal ambiente que la decisión -aparentemente muy personal del candidato- de no contar con los actuales ediles en puestos de salida de la lista que concurrirá al 28M ha generado en el seno del partido.
Algunos de los ediles con mayor visibilidad pública no dudan en mostrar su enorme enfado en los corrillos políticos y mediáticos y, aunque por el momento se están guardando las formas, es de esperar que esas débiles costuras acaben saltando por los aires en el fragor de la campaña, lo que dificultará todavía más la labor de Deo Sánchez.
Rocío Gómez quiere hacer historia
También el Partido Popular apostará por una nueva cara al frente de su lista electoral. El caso de Rocío Gómez se parece más al de Diego Zaragozí que al de Deo Sánchez ya que ella ha sido, si bien no figuró como número uno ‘popular’ en 2019, la cara visible del partido en esta legislatura que ahora acaba, por lo que su liderazgo parecía el paso lógico.
Gómez quiere hacer historia convirtiéndose en la primera alcaldesa no sólo de Altea, sino de cualquier municipio de la Marina Baixa desde la llegada de la democracia. Para ello, desde hace más de un año se ha centrado en darse a conocer entre los votantes menos ‘politizados’, y representa la más clara ruptura con los designios que han venido rigiendo Altea desde hace ocho años.