Los espinosaurios (o espinosáuridos) eran dinosaurios que rompieron todas las reglas. En lugar de un cráneo optimizado para morder, como el Tyrannosaurus rex, estos carnívoros del Cretácico desarrollaron mandíbulas de cocodrilo, más adecuadas para sujetar presas en apuros. Muchos llevaban impresionantes velas en la espalda, y al menos un puñado de especies se ganaban la vida capturando peces en las antiguas costas en lugar de perseguir a sus presas en tierra.
Y ahora, gracias a un puñado de fósiles de rocas (hallados en Catellón) de 130 millones de años de antigüedad, los científicos han podido revelar los inicios de esta inusual dinastía de dinosaurios. Una nueva especie, descrita en un estudio publicado en Scientific Reports, es uno de los espinosaurios más antiguos conocidos.
El nuevo dinosaurio recibe el nombre de Protathlitis cinctorrensis, que se traduce aproximadamente como Campeón de Cinctorres, en honor a la cercana localidad homónima, y a la victoria en 2021 del Villareal C.F. en la UEFA Europa League. En vida, el animal medía probablemente más de 9 metros de largo y mordía a sus presas con mandíbulas largas y poco profundas repletas de dientes cónicos. Para saber si Protathlitis tenía una enorme garra en el pulgar o una elaborada vela en la espalda, como otras especies emparentadas, habrá que esperar a que aparezcan más fósiles. Desde que los paleontólogos empezaron a buscar en el yacimiento en 2002, sólo se ha encontrado una pequeña colección de huesos del dinosaurio: parte de la mandíbula superior y cinco vértebras de la cola.
Las rocas donde se encontró Protathlitis revelan que esta zona fue en su día un estuario prehistórico donde se mezclaban el agua salada y el agua dulce. Es probable que el animal compartiera la región con otros de su especie, como el Baryonyx, de tamaño similar, al que le gustaban los hábitats pantanosos donde abundaban los peces y los dinosaurios de presas más pequeñas acudían a beber. Es posible que el Protathlitis llevara una vida similar acechando las antiguas costas, pero se necesitan más fósiles para descifrar cómo era y cómo se comportaba.