Este mes de junio finaliza la exposición temporal que el Museo Dámaso Navarro mantiene abierta desde el pasado diciembre en una de sus salas. Es ‘Lo sagrado hecho arte’, una interesante muestra que reúne parte del rico patrimonio litúrgico de la iglesia de San Bartolomé, a través de una representativa selección de piezas y objetos religiosos que nos sumergen en el periodo histórico comprendido entre los siglos XVIII al XX.
En ella, se pueden contemplar de cerca valiosos trajes de la Virgen del Remedio, su corona, varios cálices, la custodia del siglo XVIII, los planos originales de la sección, alzado y planta de la parroquia realizados en 1778 por el arquitecto Francisco Sánchez, o la imagen escultórica de nuestra patrona y el niño tallada en 1940.
Piezas de gran valor
El amplio patrimonio litúrgico que atesora Petrer posee un enorme valor desconocido por muchos, algo muy nuestro que nos ha llegado gracias al legado de generaciones enteras de personas que se han preocupado por conservarlo.
En la exposición se puede ver una muestra significativa de las más de doscientas piezas totales inventariadas pertenecientes al patrimonio de la parroquia, repartidas entre orfebrería y platería, escultura, textil, pintura y mobiliario, sin contar otras de cierta relevancia artística que se conservan de manera inmueble en el edificio eclesiástico.
Se trata de objetos que fueron diseñados para su uso litúrgico y ser albergados por la iglesia de San Bartolomé, un edificio construido en la segunda mitad del siglo XVIII que por sí mismo es una obra de arte y un motivo de orgullo para todos. Cultura, tradición, religiosidad e historia unidos de la mano.
Las piezas expuestas comprenden el periodo de los siglos XVIII al XX
Vestidos y ajuar
La muestra comprende piezas relevantes y representativas de cada periodo histórico-artístico. Así, están presentes varios de los mantos de la Virgen del Remedio, entre ellos, el conjunto del siglo XIX del traje de la Patrona de Petrer y la túnica del niño, elaborados en seda, hilos de plata y de oro fino, bordado probablemente en Valencia en torno al año 1837.
Tampoco falta el traje de la Reina Victoria o ‘de los pavos reales’, popular denominación que recibe por la decoración bordada de unas aves que se han identificado, precisamente, con pavos reales.
Esta pieza de ajuar fue encargada por la reina de España Victoria Eugenia de Battemberg, esposa del rey Alfonso XIII, allá por los años 1915-1917, para ofrecérselo en dádiva a la patrona de Petrer como seña de agradecimiento a la tarea pedagógica que sobre el Infante Jaime de Borbón, que era sordomudo, había ejercido una maestra de Petrer y camarera de la Virgen del Remedio, enseñándole el lenguaje de signos.
Un traje de un gran valor histórico, único e irrepetible.
La muestra exhibe objetos de orfebrería, escultura, textil y pintura
Corona de la Virgen
El conjunto de la corona imperial de la Virgen del Remedio y la aureola del niño Jesús, ambas datadas en 1960 y elaboradas en plata sobredorada, esmaltes, perla y cabujones de cristal, son otras de las joyas que se pueden ver en la sala de exposiciones temporales del Museo Arqueológico.
La corona imperial de la patrona está rematada por doce estrellas de seis puntas y decorada con perlas de diferentes tamaños, y en ella podemos encontrar en su parte central el escudo de la villa de Petrer sobre fondo azul, mientras que en los otros esmaltes se muestran representaciones de la vida de la Virgen María. En la zona trasera, se encuentra el anagrama mariano.
Todos los objetos pertenecen al patrimonio de la iglesia de San Bartolomé
Custodia de plata
Uno de los tesoros que sobresalen es la preciosa custodia del último tercio del siglo XVIII, que constituye un buen exponente del barroco levantino. Elaborada en plata y en bronce, alcanza los noventa y tres centímetros de alto y está concebida como un largo tronco de árbol a cuya mitad se disponen dos ángeles en actitud de adorar apoyados sobre un motivo decorativo.
Supuestamente, esta pieza, símbolo eucarístico de larga historia en las prácticas devocionales en torno al cuerpo de Cristo, iría anclada a alguna carroza para la procesión del Corpus Christi, de ahí las cuatro argollas que presenta en su base.
Las devociones locales y patronales (la Virgen del Remedio y San Bartolomé), se dan cita en los relieves del pie, enmarcados entre motivos vegetales y lazos. Dado que se trata de una obra de plata dedicada a albergar la Sagrada Forma, las hojas de vid, alusión al vino en tanto que especie eucarística, se enredan en el tercio inferior del tronco del árbol.
Oportunidad única
Una excusa perfecta la que nos brinda esta exposición para apurar sus últimos días y admirar, con todo lujo de detalles, algunos de estos tesoros que habitualmente están fuera de nuestra mirada, bien porque no se utilizan habitualmente dado que se exhiben en contadas ocasiones a lo largo del año, o porque los vemos de lejos y no podemos apreciarlos en toda su magnitud.