Un grupo de doce jóvenes de entre 19 y 22 años que trabajaron como asistentes personales de los artistas que participaron en la pasada edición del Benidorm Fest, están viviendo, casi cuatro meses después de la cita benidormense, la cara más fea del mundo del espectáculo, ya que, según explican ellos mismos, todavía no han cobrado sus servicios.
Tal y como explica Carmen Ruiz, madre de uno de los afectados y portavoz improvisada del grupo, los chicos y chicas “trabajaron una media de entre diez y doce horas diarias desde el 24 de enero al 4 de febrero”. Doce jóvenes “que debían cobrar seis euros la hora y que, por lo tanto, y aunque no todos trabajaron la misma cantidad de horas, deberían haber cobrado entre 600 y 700 euros por esa semana de trabajo”.
Perdidos en un mar de contratos
Doce jóvenes que tienen nombre: Hannah, Andrea, Fernando, María, Irati, Alba, Adrián, Jonás, Andrea, Álex e Ismael. En definitiva, doce historias. Casi cuatro meses después del Benidorm Fest, los jóvenes, procedentes todos ellos de “Benidorm y otros pueblos de la zona. Algunos, incluso, de Alicante”, no han visto ni un euro de lo que se les adeuda. Y lo peor de todo es que nadie quiere hacerse cargo del asunto.
“Como es habitual en estos casos, Radiotelevisión Española (RTVE), que es la responsable del Benidorm Fest, hizo una licitación pública para la contratación de este servicio. Una licitación que ganó la empresa Geoz2015, S.L.U. que, a su vez, subcontrató a una tercera empresa que es la que finalmente contrató a los chavales”, explica Carmen Ruiz.
Trabajaron una media de entre diez y doce horas diarias desde el 24 de enero al 4 de febrero
En busca de ayuda
Así están las cosas, y la responsable final de pagar a los diez jóvenes afectados por su labor es Gousgex, S.L., empresa que se hizo con la subcontrata, cuyos responsables han explicado a los afectados que “el licitador no les ha pagado porque, a su vez, asegura que no ha cobrado todavía de RTVE. La subcontrata, al no haber cobrado del licitador, dice no tener liquidez suficiente para hacer frente a los sueldos de los chicos”. Los perjudicados, en todo caso, ponen en duda esa versión y están convencidos de que ese pago a la subcontrata sí se ha hecho efectivo.
“Como los que tienen que pagar a los chicos no nos hacían caso, hemos intentado conseguir que el ayuntamiento, la productora o la propia RTVE medie y nos ayude. Al ayuntamiento y a la productora no los hacemos responsables de nada, evidentemente, pero entendemos que tienen que tener contactos con RTVE y que pueden ayudarnos a negociar; pero no lo han hecho”, expone Carmen Ruiz.
Las cantidades que se les adeudan oscilan entre los 600 y los 700 euros dependiendo de cada caso
Contrato verbal
También se encuentran con otro problema y es que “los chavales nunca firmaron un contrato por escrito, sino que lo que hubo fue un contrato verbal”, lo que les coloca en una situación de mayor indefensión, aunque, al menos en apariencia, todo parece haberse hecho conforme a lo pactado, ya que “hemos consultado las vidas laborales de todos ellos y sí aparecen correctamente dados de alta en esos días”.
Uno de los afectados directos, Adrián, asegura que todo lo que quieren ahora es “reclamar algo que nos pertenece”, ya que ellos trabajaron y cumplieron con su parte y sólo piden que el empresario que los contrató haga lo propio.
La mayoría de los jóvenes quería el dinero para sufragar los gastos derivados de sus estudios
Un problema poco habitual
Adrián no tiene experiencia laboral previa en el Benidorm Fest o en el mundillo del ‘show business’, pero por lo que ha podido averiguar este tipo de impagos no es algo habitual. De hecho, el estudiante universitario explica que “hay una compañera que trabajó en el Benidorm Fest el año pasado, pero no en lo que estábamos haciendo este año, sino asistiendo al público. El año pasado tardaron dos o tres semanas en pagarle, por lo que no había tenido ningún problema en este sentido”.
Además, asegura que su única motivación, como la de la mayoría de sus compañeros, a la hora de aceptar este trabajo, fue la económica y no ver en esa semana como asistentes personales de los participantes en el ‘talent’ eurovisivo una oportunidad de promoción personal para entrar en la industria del espectáculo.
Dinero para estudiar
Tal y como explica Adrián, “en mi caso, es porque una compañera me mandó la oferta de trabajo y me interesó mucho para poder ganar esa cantidad de dinero en relativamente poco tiempo. Creo que mi caso es el mismo que el de la mayoría de mis compañeros. Puede ser que alguno sí estuviera para intentar meterse un poco en este mundillo, pero creo que la mayoría estamos porque nos surge la oportunidad de ganar un dinero”.
Este mismo explica que “vivo en un pueblo que está a una hora en coche de la universidad, así que el dinero iba a servirme para mantenerme viviendo en San Vicente, el alquiler del piso, comprar la comida todas las semanas y, en definitiva, para vivir mientras estoy en la universidad… y para no tener que depender siempre de mis padres cuando llega el fin de semana y quieres comprarte tus caprichos”.