Salvador Ruso / Especialista en cardiología y neumología
Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en España y en el resto del mundo. En nuestro país, los datos cambian dependiendo de las zonas, y Alicante es una de las provincias españolas con mayor mortalidad por cardiopatías.
Años de investigaciones
Al doctor Salvador Ruso (Torrevieja, 20-julio-1952), especialista en cardiología y neumología, y profesor de medicina en tres universidades, le costó diez años poder confirmar que había sufrido un infarto, ya que en las pruebas que normalmente se realizan no tenía las alteraciones que habitualmente se consideran indicativas, tales como tabaquismo, diabetes, obesidad o hipercolesterolemia.
Después de años de investigaciones y de que le practicaran un cateterismo cardiaco, le confirmaron que lo que años atrás había sufrido era efectivamente un infarto, y que, además, tenía cinco ramas coronarias obstruidas, con un grave riesgo de sufrir arteriosclerosis.
«Las farmacéuticas no promueven el conocimiento de cierta información que comercialmente no les interesa»
La vida después de un infarto
En su libro ‘La vida después de un infarto’ relata cómo una noche sufrió un dolor agudo en el pecho. Conocedor como cardiólogo de los síntomas, le pidió a su mujer que le llevara con urgencia al Hospital General, del que por cierto había sido gerente, y después de las pruebas pertinentes le dijeron que se fuera a su casa tranquilo porque había sido una falsa alarma.
Después de sus investigaciones que le han llevado casi diez años, ¿cuáles son sus principales conclusiones?
La principal conclusión es que los factores que consideraba que provocaban arterioesclerosis y enfermedad vascular, y que incluyen el tabaquismo, la diabetes, la hipercolesterolemia y la hipertensión arterial, no son exactamente esos.
Por lo tanto, al no controlar todos los factores implicados, la mortalidad por cardiopatía y arterioesclerosis apenas se ha modificado a pesar de controlar el peso, la tensión arterial y haber bajado las cifras de colesterol hasta niveles ridículos.
Mientras, otros factores que tienen mucha importancia en esta enfermedad ni se conocen ni controlan, como es el caso de la homocisteína, la vitamina D, la lipoproteína, el gluten y la microbiota. El libro que he escrito describe todos esos nuevos factores junto a la bibliografía con estudios científicos realizados por todo el mundo, que confirman que éstos son claves para el control de esta enfermedad.
¿Estamos por lo tanto confundidos con el colesterol?
Dedico un capítulo a hablar de que el colesterol no es una causa fundamental de la aparición de arterioesclerosis, y quizás este capítulo sea el más controvertido, ya que indico que el colesterol no influye apenas en esta enfermedad.
Destaco libros publicados sobre el colesterol que desmienten las teorías que relacionan el aumento del mismo con la aparición de arterioesclerosis. Uno de ellos se titula ‘La mentira del colesterol’, escrito por el Dr. Walter Hartenbach en el año 2006; o el escrito por los doctores Stephen Sinatra y Jonny Bowden, que se titula ‘The Great Colesterol Myth’.
Este último se convirtió en ‘best seller’ hace unos años, y en los dos se afirma que el colesterol no es la causa de las cardiopatías.
«El colesterol no es una causa fundamental de la aparición de arterioesclerosis»
¿Están justificados tantos cambios en los niveles adecuados de colesterol?
Las guías del National Cholesterol Education Program van bajando cada vez más las cifras recomendadas de colesterol, pasando de más de 250 a menos de 200 mg.
Esto conlleva que la mayoría de la población adulta tiene que utilizar estatinas para conseguir un colesterol por debajo de 200 mg/dl, mientras que la enfermedad cardíaca sigue siendo la primera causa de mortalidad.
En una publicación del año 2008 estudiando 136.000 hospitalizaciones de pacientes con cardiopatía, la científica Amit Sachdeva en EEUU comprobó que la mitad de los infartos se dan en personas con niveles normales o bajos de colesterol.
¿Qué importancia tiene para el corazón la vitamina D y la alimentación?
Muchísima, ya que una vitamina D baja o muy baja condiciona la aparición de arterioesclerosis, y por tanto de cardiopatía, y una alimentación rica en gluten también condiciona arterioesclerosis, además de poder favorecer la presencia de diabetes.
La alimentación debe ser rica en ácido fólico y vitaminas B6 y B12.Destacar los cereales enriquecidos, los vegetales de hoja verde, frutas y legumbres, así como el pollo, la ternera y el pescado.
Con analíticas más completas que incluyan los parámetros de los que usted habla, ¿se podrían prevenir o curar antes problemas como el infarto u otras enfermedades?
Esa es la idea al escribir este libro. Si a los pacientes se les solicita un análisis que contenga homocisteína, lipoproteína, vitamina D y un estudio de la microbiota y del gluten, se puede prevenir mejor esta enfermedad.
Se podrían corregir las alteraciones en estos parámetros, que, según mi experiencia en estos años, es muy frecuente en la población de la provincia de Alicante.
«Una alimentación adecuada es imprescindible para prevenir enfermedades cardiovasculares»
¿Falta información en las facultades de Medicina en España?
No creo que sea un problema de nuestras facultades de Medicina, sino de los intereses de las multinacionales farmacéuticas, que no promueven el conocimiento de cierta información que comercialmente no les interesa.
¿Estamos en manos de la industria farmacéutica?
Es la industria más poderosa que existe y realmente son los que financian todos los congresos médicos y gran parte de la formación de postgrado.
Para evitar confusiones, ¿cómo describiría un infarto?
Es un dolor opresivo, como un nudo en el pecho, que a veces nos produce la sensación de muerte inminente. Indudablemente si esto pasa hay que acudir a un hospital, pero lo que se pretende con este libro es prevenir que esto ocurra.
La clave está en la prevención, tanto se haya tenido un infarto como si se tienen antecedentes familiares de cardiopatías. Es fundamental controlar nuestros análisis de sangre, y desde luego evitar el tabaquismo, la obesidad, y realizar ejercicio físico y dieta.