Los afortunados que han podido disfrutar del precioso Caminito del Rey, próximo a Antequera, lo recordarán durante años, quizás para siempre, por su enorme belleza. Las pasarelas del pantano de Relleu son la versión alicantina de la ruta malagueña, salvando las distancias.
Se trata de un camino formado por tablones de madera apoyados en voladizo en la pared del desfiladero. Son 212 metros a los que únicamente se puede acceder a pie y que finalizan con un mirador con suelo acristalada, todo un conjunto que desafía el vacío desde sus sesenta metros de altura.
Cómo son
Las pasarelas de Relleu son uno de los tesoros mejor guardados de esta población cercana a Benidorm, una singular construcción situada en un entorno natural único, de gran belleza y valor ambiental, un pantano creado en el siglo XVII.
La parte central del itinerario se lleva a cabo por un antiguo camino de herradura que ha sido recuperado del olvido, el Camí de les Ripalmes o del Fasamais. En el recorrido también hallaremos un horno de cal, antiguas balsas de riego, azudes y acequias.
Ruta circular
Existen dos opciones a realizar: una ruta circular de diez kilómetros -con una duración de unas tres horas- y una lineal de tres que se hace en aproximadamente una hora.
La primera es la preferible, al disponer de múltiples aparcamientos y otros servicios en el propio municipio de Relleu. Comienza en el panel informativo que hay junto al ayuntamiento, siguiendo la calle La Victoria, señalizado con marcas verdes y blancas mediante postes.
A mitad de este sentido se localiza la pasarela de la presa, una vía lineal idónea para disfrutar del paisaje y realizar infinidad de fotografías. Una vez visitada podemos volver a Relleu por medio de esta ruta circular.
Las pasarelas miden 212 metros y finalizan con un mirador que tiene el suelo acristalado
Menor trayecto andando
La segunda posibilidad es perfecta para aquellas personas que no puedan hacer trayectos a pie muy largos. Arranca en la carretera del Camino del Amadorio, a una distancia de unos 2,5 km. de Relleu.
Debemos atravesar una cadena que impide el paso de vehículos y continuar la senda local, marcada con señales blancas y verdes. En unos veinte minutos llegamos al control de acceso a la pasarela. Al finalizar el recorrido se regresa por el mismo camino.
Desde la localidad se pueden realizar otras rutas, como la dels Bortolons, que nos sumerge en el típico paisaje rural de Relleu. Aquí nos encontramos un territorio montañoso con bancales de secado que ascienden por las laderas hasta casi sus cimas. Se visitan puntos de interés como el castillo, la ermita de Sant Albert o el lavadero, desde donde parte.
Barranquismo
Otra opción, para más valientes, es la práctica del barranquismo, en una zona situada a las afueras de Relleu y que recibe diferentes nombres: barranco del río Amadorio, estrecho del pantano o barranco del estrecho de Relleu.
Es un barranco sencillo, pero de gran longitud debido a que la garganta principal es de 3,6 km., con un descenso de 150 metros. Se tarda entre tres y cuatro horas en realizarlo y el horario dependerá de las condiciones y de las propias características del grupo.
Una vez finalizados los rápeles se aprecia un área de pozas de diversos tipos y de gran belleza por su morfología. Además, al ser el caudal del barranco estacional, se recomienda descenderlo después de la época de lluvias, de manera que se hayan limpiado las pozas y, al mismo tiempo, sea más divertido.
Existen dos opciones de realizar el recorrido, uno de diez kilómetros y otro de tres, mucho más sencillo
Vía ferrata
Finalmente, también para atrevidos, se puede llevar a cabo la Vía Ferrata del Figueret, de reciente construcción y catalogada con un nivel de K2. Comienza por una travesía muy sencilla que sirve para calentar y practicar, seguido de un pequeño muro en el que la progresión es también fácil y nos sube a una repisa.
Prosigue por un muro bastante vertical en el que debemos conservar fuerzas por su longitud. Nos deja entonces en un cambio de pendiente en el que la ferrata pasa a ser más tumbada, hasta llegar a una cadena. Subimos una placa y podremos descansar, aunque sin soltarnos del cable.
Nos mantenemos por la cresta y alcanzamos un rápel por el que descendemos veinticinco metros. Una vez hecho esto, hay un cable para asegurarnos y únicamente nos queda seguir un sendero marcado en zig-zag que nos lleva a un pinar que bordea El Figueret, hasta enlazar con el recorrido que nos conduce al inicio.
Indicar que esta vía ferrata tiene el acceso restringido entre el 1 de diciembre y el 31 de mayo.