El largo conflicto entre trabajadores y empresa que ha tenido en jaque el servicio de autobuses interurbanos (los de color azul) durante catorce meses parece haber llegado a su punto final. El pasado 16 de junio los sindicatos de los chóferes del servicio y la sociedad mercantil Vectalia-La Alcoyana firmaron por fin un convenio laboral.
La principal consecuencia de este acuerdo para los usuarios es que ya ha recuperado el servicio nocturno desde Alicante hasta Mutxamel, San Vicente o El Campello después de tantos meses de inactividad; así como que ya no se producirán más parones diurnos e incluso se ampliarán algunas frecuencias. Respecto a los empleados, éstos verán reducida su jornada laboral y dispondrán de aseos en las paradas finales de los itinerarios.
El origen
“Aunque la huelga empezara en 2022, la realidad es que este problema nació ya hace quince años. Es decir, desde el mismo momento en que se creó el sistema Transporte Alicante Metropolitano (TAM). Es la consecuencia de hacer las cosas mal desde el principio” nos señala el conductor de autobús David Guillén, recién nombrado presidente del comité de empresa en representación del sindicato mayoritario Confederación General de Trabajo (CGT).
El sindicalista se refiere al momento en que la Generalitat Valenciana decidió otorgar toda la gestión de este servicio de transportes interurbanos a una empresa concesionaria, en lugar de crear un ente o consorcio público propio como así ocurre en otras zonas de España tales como Madrid, Barcelona o recientemente también València.
“Los diferentes políticos de la Generalitat siempre han preferido volcar todo en una empresa para quitarse problemas. Es una falta total de voluntad política por implicarse” nos señala Iván Sessé, también conductor sindicado por la CGT.
La concesión del servicio lleva ya más de una década caducada
Quejas de los trabajadores
El caso es que la concesión se licitó a la empresa Vectalia, hasta que el pliego caducó en 2012. La Generalitat entonces no sacó un nuevo pliego a licitación, sino que concedió a esta mercantil el máximo tiempo de prórroga permitido por la ley (cinco años más), para luego seguir manteniendo dicho servicio a través de contratos de emergencia.
“Mientras tanto el plan de servicios firmado se ha estado incumpliendo sistemáticamente. La empresa no ponía suficientes vehículos y plantilla para cumplir los horarios. Nos estiraba la jornada laboral a más de nueve horas ya que los tiempos eran incumplibles. Si los conductores íbamos al aseo para hacer nuestras necesidades, luego nos llegaba una carta de advertencia o sanción por haber perdido ese tiempo”, nos aseguran los sindicalistas.
«Vectalia no ponía los medios suficientes y nos estiraban nuestra jornada laboral» D. Guillén (CGT)
A la huelga
Por ello en abril de 2022 se convoca una huelga, cuyo inicio fue el día de Santa Faz. Desde esa misma noche el servicio nocturno de autobuses queda interrumpido. Y así durante más de un año. El pasado febrero los trabajadores incluso redoblaron el pulso haciendo parones algunos lunes en horario diurno.
“Ha sido una huelga terrible, de catorce meses. Esto nos ha costado mucho dinero. Creemos además que la empresa ha incumplido algunas de las reglas predeterminadas para descontarnos aún más sueldo del permitido”, nos señalan desde la CGT.
La principal reivindicación de los trabajadores versaba sobre todo en que Vectalia aumentara su flota de vehículos y su plantilla. “Esto no solo es beneficioso para nosotros, sino también para los usuarios. Hasta ahora era imposible cumplir las frecuencias oficiales establecidas, lo cual provocaba un peor servicio” nos indican.
El otro punto exigido era la instalación de aseos en las paradas finales de las líneas, para que los chóferes pudieran hacer uso de ellos cuando terminaran su recorrido.
El acuerdo repercutirá en un aumento de los vehículos y de las frecuencias de paso
Convenio firmado
Después de muchos meses de agotadoras negociaciones, ahora por fin se ha restablecido el servicio con normalidad. El convenio fue votado a favor en la asamblea de trabajadores por 108 votos de 110.
“La empresa se compromete a aumentar la plantilla y habilitar más autobuses en las líneas 21, 23 y 24. Esto implica que podamos reducir nuestras jornadas. Además, instalará los aseos en vía pública previa autorización de los ayuntamientos, que ya nos han indicado que no podrán problemas” nos señalan los sindicalistas.
Desde la CGT reconocen que la Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad (dirigida por la socialista Rebeca Torró) ha jugado también un papel importante de cara a mediar con la empresa. “Nos ha costado una barbaridad conseguir que la Generalitat se implique. A veces incluso hemos tenido que asaltar a políticos por la calle aprovechando visitas suyas a Alicante. Pero al final lo han hecho, y se lo agradecemos” nos indican.
Esperando el nuevo pliego
Aún con todo, este aparente final feliz sigue bañado por un largo mar de incertidumbre. Para empezar, los sindicatos consideran que la huelga está “paralizada, pero no desconvocada definitivamente” hasta que verifiquen que de verdad se cumple lo acordado.
Al mismo tiempo la contrata del servicio de autobuses interurbano continúa caducada desde hace más de una década. La Generalitat hizo un amago de sacar la licitación, pero el borrador del pliego recibió muchas críticas tanto políticas como sindicales.
“Estamos pidiendo desde hace años un único ente gestor para evitar problemas de competencias, y en cambio desde el Consell proponen dividir la concesión en una zona norte y una sur. De modo que podría haber dos empresas distintas gestionando los autobuses de la comarca, más otra distinta para los urbanos de Alicante. Cada una con sus intereses particulares, y quizás incluso con bonobuses y paradas diferentes. No tiene ningún sentido” nos explican.
Precisamente el PP, cuando estaba en la oposición, presentó alegaciones contra este proyecto, por lo que los sindicatos esperan que rectifique esta decisión tomada por el anterior Govern del Botànic.