Entrevista > Josep Maria Pérez Sanz / Estudiante de Arte Dramático (L’Orxa, 22-mayo-2001)
Para los que nacimos en la década de los setenta o anterior, los conceptos sexuales estaban claros: hombre o mujer, no había más opción. Todo ello forma parte del pasado, porque el abanico se ha ampliado, existiendo ahora personas cisgénero, transgénero, ‘queer’, género fluido, sin género, bigénero…
Josep Maria es una persona no binaria, es decir, que no se identifica bajo el prisma de ninguno de los dos géneros estipulados. Reside actualmente en el barrio de Benimaclet (València), donde estudia Arte Dramático, pero es originario del pequeño municipio de L’Orxa, donde “me siento arropada” (prefiere referirse a sí misma con el pronombre femenino).
Su vida no ha sido fácil, con episodios desagradables de personas que no les gusta su estilo de vida o su forma de vestir, pero, tras aceptarse hace ya algunos años y comunicarlo a su entorno más cercano, “ahora soy realmente feliz, aunque tuve que salir dos veces del armario, primero como gay y después como persona no binaria”.
¿Cuándo te diste cuenta de que eras diferente?
Desde bien pequeña me ha gustado mucho el arte: teatro, cantar, bailar, ponerme vestidos… Cuando me hice adolescente, dije que era gay.
Sin embargo, intentaba justificar todo lo que hacía desde un punto de vista artístico y poco a poco me fui dando cuenta de que toda esta historia se iba desmontando, porque era insostenible y no era mi realidad.
¿Te sentías a gusto con tu cuerpo?
Sufrí episodios de disforia, no me sentía identificado con mi propio cuerpo. Mi gran manía reside en la barba, soy muy peluda y me desagrada.
¿Qué te atrae sexualmente?
Pensaba en un principio que los hombres, pero también las mujeres, independientemente de su género. No obstante, lo que realmente me gusta son las personas deconstruidas, que sean capaces de soportar una relación fuera de los ámbitos habituales.
«Mis referentes son Joss Jaycoff y Samantha Hudson, que han hecho mucho por nuestro colectivo»
¿Saliste del armario como persona no binaria porque necesitabas expresarte como tal?
Así es, en el verano de 2021. Ya durante la cuarentena estuve rompiéndome la cabeza sobre quién soy, qué quiero hacer con mi vida y comencé a dejar pistas a mis familiares.
Finalmente, se lo dije y mis abuelos, en lugar de persona no binaria, me llaman ‘inmobiliaria’.
¿Nunca te has identificado como hombre o mujer?
Sí, pero no tenía conciencia de ello. Me daba cuenta de que pasaban cosas, aunque no disponía de las herramientas o la información necesaria, como tuve más adelante.
Hasta hace poco no teníamos referentes y ahora nos podemos fijar en personas como Joss Jaycoff, Samantha Hudson y Arca, que han hecho mucho por nuestro colectivo.
«Estoy acostumbrada a que utilicen el pronombre masculino cuando se dirigen a mí, yo empleo el femenino»
¿Qué pronombre te gusta que utilicen cuando se refieren a ti?
Estoy acostumbrada a que me llamen por el pronombre masculino. Me gusta el neutro, pero no me nace y hablo en femenino.
¿Cómo era Josep Maria hace ocho años?
Una persona más reprimida e infeliz. Primero tuve que decir que era gay y después no binario: he tenido que salir del armario dos veces.
¿Has tenido problemas a la hora de adaptarte a algún ámbito social?
En general no, estuve muy a gusto como camarera en el albergue de L’Orxa. Pero en una discoteca de València sí me llegaron a pegar: primero me echaron por mi vestimenta -llevaba tirantes-, y tenía mi ropa dentro. Al intentar volver a entrar recibí bastantes patadas.
«La sociedad en muchas ocasiones es transfóbica, pero intento siempre ver el lado positivo de las cosas»
¿Existe la discriminación social?
Efectivamente, y muchas veces tu voz no cuenta. La sociedad española, en mi opinión, es transfóbica, aunque también es cierto que no me gusta ver lo feo, siempre intento mirar el lado positivo de todo. Es como si viviera en una burbuja, en una realidad muy edulcorada: mi entorno, la escuela en la que estudio y la gente de mi pueblo sabe cómo soy, están informados, me respetan…
Tus padres, ¿cómo se lo han tomado?
Mis padres, que están separados, me han apoyado en todo momento. Hemos vivido todo este proceso juntos.
Recuerdo cuando le dije a mi padre, con quince años, que era gay. Me contestó que hubiera preferido que no, porque la vida será complicada para ti, pero ya lo sabíamos.
Tu municipio, L’Orxa, ¿te ha apoyado?
Totalmente. También es verdad que mi abuela tenía una tienda en la plaza principal y me he criado con todas las mujeres mayores del pueblo, cantando canciones encima del mostrador.
Por último, una curiosidad, ¿a qué baños sueles pasar cuando estás fuera de tu casa?
Al que esté vacío, aunque por una cuestión de comodidad, habitualmente al de hombres. Pero cuando estoy con mis amigas, al de chicas.