Es difícil encontrar en nuestra ciudad alguien que no conozca al popular Orejón de Villena, un simpático personaje recuperado para el acervo popular en los Cabezudos del Rabal. Pese a que su imagen está popularmente muy extendida gracias a medios de comunicación o agrupaciones locales, no todo el mundo conoce su historia, así como la relevancia de una torre que portó su nombre y lo que supuso el adiós de un símbolo villenense durante tres siglos.
Desde hace unos años multitud de asociaciones y colectivos han trabajado, junto a investigadores, para recuperar la memoria de esta insignia local de forma física y tangible. El debate local que dividió a la población en torno a su derribo ha desaparecido y no se escuchan voces discordantes en la ciudad reacias a la recuperación de la nombrada como Torre del Reloj. Los primeros pasos ya se han dado.
El origen
La construcción de la torre no está fechada con exactitud, aunque se presupone hacia principios del siglo XVI, apareciendo por primera vez en las Actas Municipales en 1590, ante la necesidad de cambiar la soga para el reloj. Fue conocida como Torre del Reloj por el movimiento iniciado a finales del XIV en España, consistente en construir torres con relojes públicos, siendo este reloj de la Plaza Mayor el único en toda la ciudad de Villena hasta el siglo XIX.
En 1712 se incorpora un autómata en la primera planta de la torre, al estilo de los relojes de cuco que se producían en Francia. Era una cara redonda y sonriente con dos grandes orejas realizada por el carpintero Francisco López, la cual aparecía cuando las campanadas marcaban las horas.
La Torre del Reloj fue construida a principios del siglo XVI, siendo el único reloj en toda la ciudad hasta el siglo XIX
Una torre en el Rabal
La torre era una edificación sencilla con una planta cuadrada de cuatro metros cuadrados de base y veinte metros de altura, divididos en tres tramos que se remataba en la cima con una cúpula con tejas y una veleta. Según el historiador Gaspar Archent, se apreciaba en ella el estilo plateresco en una construcción que contaba con airosos balcones.
El estilo constructivo empleado durante el levantamiento del singular edificio era ecléctico y en él predominaban los elementos barrocos. En su primer tramo había una puerta que permitía el acceso a unas escaleras que llevaban hacia la figura del orejón y el campanario.
En 1712 se incorpora la talla del Orejón para acompañar las campanadas de las señales horarias
Controversia ciudadana
En 1873 los vecinos de la torre inician un movimiento para solicitar su derribo argumentando las malas condiciones de conservación de la misma. En 1887 se abrió el expediente de ruina, tras lo cual la torre fue apuntalada. Las clases populares eran partidarias de restaurar un símbolo que llevaba más de 300 años en la ciudad, mientras que las clases acomodadas pedían su derribo en pro de la modernización.
Finalmente se decidió reubicar la torre en otra localización, algo que sirvió para calmar los ánimos populares. El arquitecto provincial se opuso a esta nueva construcción alegando que la nueva ubicación elegida no reunía las condiciones apropiadas y que los gastos eran sumamente elevados.
Pese al clamor popular que pedía su rehabilitación, la torre que Villena busca actualmente recuperar fue derribada en 1888
El derribo
Debido a la negativa técnica (y económica) a la construcción de una nueva torre, y ante el derribo de La Torre del Reloj, se deciden colocar dos relojes públicos en las iglesias de Santiago y Santa María. El 22 de julio de 1888 fueron aprobados el derribo y los gastos estimados que este supondría, siendo ejecutado el proyecto ese mismo año.
Un acta de sesión del ayuntamiento informa que el 21 de octubre de 1888 la torre ya había sido demolida, tras lo cual se realizó una nueva talla del Orejón que sería situada en la torre de Santa María. La gran altura a la que se situó el autómata y los frecuentes problemas de su mecanismo hicieron que fuera eliminada al poco tiempo, mientras que a la figura original se le pierde el rastro tras un tiempo.
Recuperación del Orejón
En los primeros Presupuestos Participativos de Villena celebrados en 2018, el proyecto de recuperación de la Torre del Orejón queda en segunda posición. Antes, proyectos de renovación urbanística del casco antiguo habían realizado recreaciones virtuales de cómo quedaría la torre, tras conocer su ubicación exacta después de unas exploraciones arqueológicas en la Plaza Mayor.
El Partido Popular ha sido el último en sumarse a la petición de recuperación de esta emblemática torre. Colectivos como El Salicornio y el artesano local Pepe ‘Pastillo’ buscan hacer posible la recuperación de un símbolo que durante más de 300 años fue el responsable del paso del tiempo en Villena.