Algunos de sus más prominentes actores, con el alcalde de Benidorm, Toni Pérez, o secretario autonómico de Turisme saliente, Francesc Colomer, a la cabeza han denominado al turismo como “la industria de la felicidad”. Esa definición, que aguanta perfectamente sobre un folleto promocional del destino, es, quizás, una de las más acertadas de cuántas se pueden realizar sobre una actividad que, para los que la practican, es sinónimo de vacaciones, ocio y tiempo libre.
Cada uno de los visitantes que desembarca en los principales destinos de la Costa Blanca a través del aeropuerto Miguel Hernández de Alicante-Elche o cualquier otro medio de transporte, protagoniza su propia historia plagada de vivencias de todo tipo.
«Según todos los cardiólogos que he consultado, hoy estaría muerto de no haber sido por la intervención de una patrulla de la Policía Local de Altea» A. Holub
Cuando todo sale mal
En la inmensa mayoría de los casos, como afirman Pérez o Colomer, esas historias, de las que casi siempre queda constancia pública en las redes sociales, son felices. Estampas de sonrisas frente a un atardecer, de opíparos festines gastronómicos, de refrescantes baños en el Mediterráneo o de preciosas caminatas por el montañoso interior.
Sin embargo, las cosas a veces se tuercen y lo que comienza como unas maravillosas vacaciones acaba en una experiencia inolvidable, pero en el peor sentido de la palabra. Eso es lo que le ocurrió hace apenas tres meses al reputado director de orquesta austriaco Achim Holub, actualmente al frente de la no menos prestigiosa London Classical Soloists.
Sentido del deber y profesionalidad
Holub, nacido en Graz hace 57 años, decidió pasar hace tres meses unos días de vacaciones en Altea, tal y como ha relatado él mismo en un post publicado en sus redes sociales en el que narra una historia, asegura, “de un increíble sentido del deber, profesionalidad médica y sincronización”.
Pero antes de explicar lo sucedido en la Villa Blanca, hagamos un salto temporal hasta el final de la historia. Hasta el presente. Quizás, porque sin ese contexto esta historia no sea muy diferente a tantas otras, salvo por la relevancia pública de su protagonista.
Hoy en día, Achim Holub está de vuelta en Londres y sigue con su actividad musical, pero “según todos los cardiólogos que he consultado, estaría muerto” de no haber sido por la rápida y efectiva intervención de “una patrulla de la Policía Local de Altea”.
Los médicos tuvieron que inducirle un coma de tres semanas en la UCI de La Vila Joiosa
Una intervención providencial
Volvamos de Londres a la Villa Blanca dando un salto temporal a tres meses atrás. En aquel momento, durante unas vacaciones, el director de orquestra austriaco «estaba dando un paseo por las calles de Altea cuando sufrí un ataque al corazón».
Sin latidos, Achim Holub cayó al suelo en lo que podría haber sido el final de la historia para él, pero, como sigue explicando, tuvo la inmensa fortuna de que “exactamente en ese momento pasó una patrulla de la Policía Local de Altea que me practicó la reanimación cardiopulmonar de manera inmediata” algo que, le han asegurado los especialistas consultados después, fue crucial para salvarle la vida.
‘Turismo sanitario’ hasta Alicante
El artista residente en Londres alaba la profesionalidad y la coordinación mostrada no sólo por los agentes de la Policía Local de Altea, sino también por todo el sistema de urgencias y emergencias que se coordinó para salvarle la vida.
“Fui trasladado por los servicios sanitarios de Benidorm, después de que me practicaran tres nuevos intentos de reanimación, hasta el Hospital Universitario de San Juan para una cirugía de urgencia”, sigue relatando un agradecido Holub.
«Además, te dan la mejor comida de hospital del mundo» A. Holub
Tres semanas en coma
La operación fue un éxito, pero el protagonista de esta extraordinaria historia todavía no estaba fuera de peligro. Holub fue después “trasladado hasta la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Comarcal de la Marina Baixa en La Vila Joiosa, donde se me indujo un coma en el que permanecí durante una semana”.
Achim Holub se ha convertido, gracias a esta historia, en uno de los mayores prescriptores y defensores de los servicios públicos de Altea y de la propia Comunitat Valenciana, ya que, según relata, “la belleza de esta historia no es sólo la competencia extraordinaria de los oficiales de policía y luego de los cirujanos, cardiólogos y personal del hospital que me trataron durante ese tiempo; sino también la relación personal que experimenté con ellos. Me trataron más como un miembro de la familia que como un paciente”.
La mejor comida de hospital
Por todo ello, el mensaje publicado por Achim Holub termina trasladando “mi agradecimiento de corazón, en orden cronológico a la Policía Local de Altea, el SAMU de Benidorm, el Hospital Universitario de San Juan, la doctora María Araceli Frutos, la UCI y el área de cardiología del Hospital Comarcal de la Marina Baixa”.
Y aunque después de una experiencia así pueda parecer un detalle banal, Achim Holub no se pudo resistir a terminar asegurando que “además, te dan la mejor comida de hospital del mundo”.