Yolanda Martínez / Guionista y directora de programas de televisión
Yolanda Martínez (València, 12-abril-1975) es conocida como la mujer del humorista Eugeni Alemany, pero sería injusto etiquetarla únicamente de este modo. Nos perderíamos conocer su enorme capacidad como guionista y directora de numerosos programas de televisión, entre ellos los Especiales de Fin de Año para ‘A Punt’.
Nacida en València y con raíces venezolanas por parte de madre, se destapó durante la cuarentena como una auténtica ‘show-woman’ en los vídeos graciosos que protagonizaba junto a su marido. Ahora incluso se la podría considerar una microinfluencer, como ella misma se define.
Sin embargo, es consciente del peligro de las redes sociales y rechaza tanto la polémica como mostrar temas serios de su vida privada o familia. “Las empleo para desconectar”, remarca.
«Entre directora y guionista me quedo con lo primero: ¿a quién le gusta que le manden?»
Cuentas con una amplia trayectoria profesional. ¿Algún programa que quieras destacar?
Mi reto profesional más complicado, pero también el más gratificante, han sido los especiales de Fin de Año que he dirigido para ‘À Punt’, un formato creado por mí -con ayuda de Eugeni- que iba totalmente a contracorriente.
Normalmente los directos de Campanadas que hacen las teles son breves, porque esa noche todo el mundo está de fiesta. Nadie se arriesga con una retransmisión en directo larga, con conexiones y muchos medios. Nosotros lo hicimos y fueron un éxito.
De hecho, nuestros especiales están entre los programas más vistos de la historia de ‘À Punt’: un año incluso superamos a Televisión Española. ¡Solo nos ganó el vestido de la Pedroche!
¿Cuáles son tus proyectos actuales?
En estos momentos estoy con la gira de nuestro último espectáculo teatral, ‘A ningú que li passe’. Hago algo totalmente nuevo para mí, porque siempre había trabajado en la parte creativa (guionista o directora) y ahora estoy currando de productora y promotora teatral.
Antes suplicaba a los presentadores que se leyeran el guion, mientras ahora es a los programadores teatrales, que me contesten los mails, y a los técnicos, que me iluminen bien el ciclorama (que ya hemos bautizado como el ‘ciclodrama’).
Guionista o directora de televisión, ¿qué prefieres?
Directora, por supuesto. ¿Quién no prefiere mandar a que le manden? (ríe).
«Ser la mujer de Eugeni es divertido y motivador, es muy creativo y nos gustan las mismas chorradas»
Las redes sociales te han dado popularidad.
Sí, por número de seguidores me podría considerar una microinfluencer, pero yo no me lo tomo muy en serio. Y supongo que eso es lo que le gusta a la gente que me sigue, que hago bromas de todo y no muestro una vida perfecta.
Evidentemente, la popularidad me viene heredada de Eugeni, pero a mí también me gusta publicar mis propias historias divertidas. Vamos, que soy como el marido de la Pombo, pero con gracia. Bueno, eso espero…
¿De qué modo viviste la pandemia?
Rezando cada día para que los niños volvieran al colegio, ¡y eso que no soy creyente! (ríe). El tener que teletrabajar, mientras hacía de profesora de mis hijos y mi marido no paraba de grabar en casa, la verdad es que me estresó un poquito, no lo voy a negar.
De ahí que, durante la pandemia, me acabara tomando más de un gin-tonic…
¿Cómo es ser la mujer de Eugeni Alemany?
Es divertido y motivador, porque Eugeni es muy creativo y le gustan las mismas chorradas que a mí, con lo cual disfrutamos mucho inventando contenidos.
El único ‘pero’, supongo que es lo que le suele pasar a cualquier persona que comparte vida y sector profesional con alguien conocido, es que a veces tu aportación queda diluida y parece que solo eres “la pareja de…”.
No obstante, pienso que es algo inevitable y, desde luego, no es culpa de Eugeni.
«Los vídeos realmente divertidos solo se consiguen cuando estás a gusto de verdad»
¿Os divertís tanto como parece?
Nos lo pasamos bien haciendo los vídeos. De hecho, cuando no surge el buen rollo dejamos de grabar.
Los vídeos realmente divertidos solo se consiguen cuando estás a gusto. La diversión fingida es como las risas enlatadas de la televisión, acaba oliendo a falso.
En las redes ha aparecido igualmente tu madre.
Así es, mi madre, mis hermanas, mis hijos… Es lo que tiene grabar el día a día, que acaba saliendo todo el mundo. Eso sí, nunca entramos a contar polémicas, ni cuestiones serias o íntimas.
Concibo las redes como un divertimento, una manera de desconectar un ratito de los problemas. Lo que no hago es contar temas serios de mi vida privada o de mi familia… Es ahí donde pongo el límite y donde creo que las redes se pueden volver en tu contra si lo traspasas.
Finalmente, ¿madre de dos futuros humoristas?
Espero que no. Ya tengo bastante con aguantar los chistes de mi marido… ¡¡¡A ningú que li passe!!!