Si los navarros disfrutan con los Sanfermines y los maños con El Pilar, nosotros tenemos la popular y pintoresca Tomatina de Buñol, una celebración en forma de ‘batalla campal’ por las calles del municipio con el objetivo de tirarse tomates unos a otros. Tiene lugar siempre el último domingo de agosto, dentro de su semana de fiestas.
Creada hace cerca de ochenta años, con el paso del tiempo se ha convertido en una de las celebraciones españolas con más repercusión internacional, a la que acuden todas las ediciones infinidad de turistas. Todo ello hizo que en 2002 fuera declarada Fiestas de Interés Turístico Internacional.
Desde hace unos años muy popular es también la Tomatina Infantil, que da la posibilidad que los más pequeños puedan asimismo disfrutar de la fiesta de tirarse tomates.
Su origen
La bonita historia de la Tomatina comenzó el último miércoles de agosto de 1945, cuando unos jóvenes que presenciaban el desfile de gigantes y cabezudos decidieron hacerse un hueco en la cabalgata. El ímpetu provocó que cayera uno de ellos, que lleno de ira comenzó a golpear todo lo que encontraba a su paso.
Cerca de allí se ubicaba un puesto de verduras, que fue empleado por la enfurecida multitud para soltar adrenalina. De inmediato, los presentes comenzaron a arrojarse tomates hasta que las fuerzas del orden público pusieron fin a tan singular batalla.
Un año más tarde los jóvenes decidieron repetir el altercado de forma voluntaria, llevando incluso los tomates de su casa.
La Tomatina fue prohibida a principios de los cincuenta, decisión que no disuadió a los participantes, pese a que alguno llegó a ser detenido. Pero el pueblo se alzó y la fiesta volvió a autorizarse, sumando cada año más adeptos y tornándose cada vez más frenética.
Fue creada en 1945 y con el tiempo se ha convertido en una de las grandes celebraciones de nuestro país
Crece en popularidad
La fiesta de la Tomatina comenzó a ser conocida a raíz del reportaje emitido en 1983 en el programa de Televisión Española ‘Informe Semanal’. A partir de entonces año a año fue creciendo el número de participantes y el entusiasmo por esta singular celebración.
Treinta años después, y para evitar aglomeraciones, el ayuntamiento de Buñol decidió limitar el aforo de la fiesta. Ahora son necesarias entradas para poder participar, que deben ser adquiridas a través del distribuidor oficial.
De este modo se garantiza una mayor comodidad y seguridad para los asistentes. Recordemos que en los años de mayor asistencia se superaron las 45.000 personas.
Estuvo prohibida unos años en los cincuenta, pero el pueblo se alzó y la fiesta volvió a autorizarse
Cómo es
Sobre las diez de la mañana arranca el primer evento de la Tomatina, el ‘palo jabón’, una cucaña que consiste en subir a un poste engrasado para alcanzar un jabón colgado en la parte superior.
Seguidamente da comienzo la batalla del tomate, alrededor de las once horas, tras sonar la traca. Seis camiones son los encargados de distribuir las casi 150 toneladas de tomate entre los presentes, con un aforo máximo de 22.000 personas desde 2013.
Los vehículos pasan a un ritmo muy lento entre la multitud congregada en el recorrido -calles San Luis, Cid y plaza del Pueblo- al tiempo que un grupo de vecinos, subidos en los volquetes de los camiones, se encargan de repartir los tomates entre la gente, lanzándoselos.
Se lanzan casi 150 toneladas de tomate entre los presentes, con un aforo máximo de 22.000 personas desde 2013
Momento cumbre
Uno de los momentos clave de la fiesta se produce cuando las cajas de los camiones se levantan, volcando gran cantidad de tomates y jugo sobre las vías. La gente se lanza para regodearse en ellos y recoger munición al mismo tiempo.
Pasada una hora, la lucha concluye con el disparo de una segunda traca, que anuncia el final. Toda la plaza queda teñida de rojo y se forman ríos de zumo de tomate.
Seguidamente los participantes en la lucha aprovechan el agua de las mangueras para deshacerse del tomate pegado al cuerpo y darse el necesario primer aseo. Algunos incluso se acercan al charco de los ‘peñones’ para lavarse.
La Tomatina Infantil
La versión infantil de la Tomatina es un evento que se realiza unas jornadas antes de la gran batalla roja -habitualmente el sábado previo- y siempre cargado de una buena dosis de ilusión y frescura.
La Tomatina para niños está adecuada a edades comprendidas entre los cuatro y los catorce años. Nació, de hecho, para que los más peques de la casa tuvieran la oportunidad de experimentar las mismas sensaciones que los mayores, aunque de una forma segura y sin las incomodidades propias de la masificación.
De este modo los niños disfrutan igualmente del tomatazo, pero bajo la atenta y emocionada mirada de sus familiares.