Adrián Torres Montero era un excelente jugador de pádel que en el cénit de su carrera se vio obligado a retirarse. Pero lejos de hundirse se reinventó, en este caso como entrenador, desarrollando otra de sus pasiones, enseñar. En la actualidad prepara a la novena jugadora del ranking mundial, la talentosa Tamara Icardo.
Considera que el pádel es un deporte todavía nuevo, que precisa de mucho análisis, y fundamentalmente mental, comparable al ajedrez. Además, remarca, tiene un fuerte componente lúdico y social, en el que cuatro jugadores se divierten durante y después del partido.
«Los entrenamientos que realizamos llevan mucho estudio detrás de las variables técnico-tácticas»
Llegaste al primer nivel del pádel, ¿por qué lo dejaste tan joven?
Por circunstancias personales: en la etapa más importante de mi carrera deportiva me vi obligado a dar un paso atrás en cuanto a mi formación. Tiempo después, a los veinte años intenté retomar el circuito profesional, pero me di cuenta que llegaba tarde para estar entre los mejores del mundo.
Por otra parte, para poder costearme los gastos que conlleva el alto rendimiento empecé a dar clases a los dieciséis años, y gracias a ello descubrí mi lado docente, que me apasiona.
¿Qué tipo de jugador eras?
Habilidoso técnicamente y con un gran despliegue físico. Mi talón de Aquiles siempre fue el control de las variables psicológicas, faceta que más estudio ahora para que mis alumnos no cometan los errores que yo hice como jugador. ‘Quien olvida su historia está condenado a repetirla’, les inculco.
¿En qué consisten tus entrenamientos?
Para mí el pádel es una ciencia, una disciplina deportiva que todavía está en fase de análisis. Al ser un deporte tan joven no tenemos referentes en cuanto a entrenamiento se refiere: por ello intento imitar los casos de éxito de otros deportes de raqueta de mayor madurez, pero aplicados a la pala.
Los entrenamientos que se dirigen en mi academia llevan mucho estudio detrás de las variables técnico-tácticas. Intentamos que todos los alumnos aprovechen al máximo cada uno de sus minutos de formación y aprendan estos dos aspectos.
¿Por qué está creciendo tanto el pádel entre las féminas?
Debido a la profesionalización de la disciplina. Los ingresos aumentan progresivamente y eso conlleva que más profesionales del rendimiento deportivo quieran hacer del pádel su labor.
«En el pádel, el que controla uno o dos componentes del juego es capaz de rendir a buen nivel»
¿Entrenas concretamente a…?
Tamara Icardo. En la actualidad ocupa la novena posición del ranking mundial.
¿Cuáles son los objetivos para esta temporada?
Siempre dividimos los objetivos en corto, medio y largo plazo. Consideramos que la buena ejecución de los objetivos diarios te lleva a alcanzar metas lejanas, sin perder en ningún momento el rumbo.
De cara a esta temporada el reto es asentarse entre las ocho mejores jugadoras del mundo.
El pádel, ¿por qué engancha tanto?
Por su simpleza, tanto normativa como en ejecución, y que no distingue edades. Cualquiera que controle uno o dos componentes (técnico, táctico, físico y psicológico) es capaz de rendir a buen nivel.
A ello se le suma que, a niveles amateurs, tiene un componente lúdico-social enorme: junta a cuatro personas para la realización de una tarea óptima para la salud y, además, permite espacios ociosos durante y después del partido.
¿El que los mejores jugadores/as sean españoles influye en ello?
Por supuesto. Por la sencilla razón que muchos de nuestros hábitos cotidianos reproducen los de gente que admiramos. Cada vez son más los referentes españoles que existen en este deporte.
«Esperemos que la evolución internacional del pádel se mantenga y llegue a ser deporte olímpico»
¿Por qué a ciertas personas les cuesta tanto mejorar?
En el pádel es muy fácil tropezar siempre con la misma piedra, en el que las secuencias de juego son muy reiterativas. Considero indispensable ponerse en manos de un profesional cuando esto ocurra, ya que el ojo clínico amateur no es siempre capaz de acertar el error que se está cometiendo.
¿Es un deporte tan mental como parece?
Mucho más de lo que cualquiera pueda llegar a imaginar. Al ser un deporte tan ajedrecístico las variables psicológicas abarcan más del 75% del rendimiento.
¿Pista cubierta o al aire libre?
Más espectáculo en indoor, pero yo prefiero el deleite de la disciplina en outdoor, en el que podemos ver muchos más desencadenantes del juego.
¿Hacia dónde va el futuro del pádel?
Por lástima es algo turbio. Las rencillas entre los circuitos profesionales, por la nefasta gestión de los principales cabezas de cartel, ha hecho que no sepamos qué pasará con este deporte.
Toda la progresión meteórica que tenía el pádel se ha visto estancada, aunque esperemos que su expansión internacional siga avanzando y se cumpla el sueño de convertirlo en olímpico.