Pese a que para algunos escépticos la suerte como tal no existe, otros creen firmemente que esta puede estar donde menos te la esperas y prueban suerte con distintos tipos de juegos de azar para convertirse en millonarios, y que duda cabe que algunos lo consiguen.
Dionisio Sánchez repartió exactamente 2.275.342 euros con el Eurojackpot de la ONCE la mágica noche de San Juan. Llevaba solo unos meses en este trabajo.
Un accidente cambió su vida
Un accidente laboral en la construcción hizo que Dionisio tuviera que replantear forzosamente su vida y cambiar de trabajo. Dada la minusvalía que le produjo ese accidente, optó por intentar encauzar el trabajo en la ONCE, y tras hacer un curso de formación laboral, consiguió su objetivo.
A veces el refrán de que “no hay mal que por bien no venga” da sus resultados, y lo que en un principio fue verlo todo negro, sin trabajo y con una familia, ha sido la ocasión de cambiar a una vida mejor, y ser uno de los vendedores favoritos en Santa Pola por ser uno de los mayores repartidores de suerte.
El ganador millonario
Nada menos que más de dos millones de euros en un solo boleto repartió en Santa Pola llevando tan solo ocho meses en su nuevo trabajo.
El ganador del premio se hizo esperar dos semanas hasta manifestarse como el afortunado de tan suculento premio. Se cuenta un poco de todo, que es un marinero de Santa Pola, que si es un turista que pasaba por aquí… Lo único cierto es que el premio ya ha sido reclamado y que alguien a estas horas lo debe estar disfrutando, y todo indica que es de Santa Pola.
«Todos andan pendientes de si su vecino se ha comprado un cochazo o una casa nueva»
¿Qué se siente al repartir un premio así?
Muchísima emoción. Yo suelo comprobar siempre los números por la noche con la esperanza de haber repartido algún premio, pero esa noche casualmente no lo comprobé.
Al día siguiente me llamaron y me comunicaron que el bote de la Eurojackpot, con más de dos millones de euros, lo había vendido yo y no me lo podía creer. La verdad es que me hizo muchísima ilusión poder hacer feliz a alguien que a esta hora seguro que lo sigue celebrándolo.
¿Se sabe algo del agraciado?
Lo único que se sabe seguro es que ha aparecido, porque durante dos semanas se especulaba que nadie lo había reclamado. Se cuentan muchas cosas entre los vecinos, desde que es un pescador, otros que si es un turista, otros que es alguien de Elche, y a mí me preguntan todos los días si sé de quién se trata, pero desde luego aunque lo supiera no lo diría. Incluso se llegó a decir que me lo había quedado yo, pero a la vista está que no porque sigo aquí trabajando.
El premio se ha quedado en Santa Pola, eso es seguro. Es muy probable que se trate un millonario santapolero o santapolera, y, por lo tanto, el dinero se queda aquí, lo cual es bueno también para el pueblo. Debe sentirse muy observado porque todos andan pendientes de si su vecino se ha comprado un cochazo o una casa nueva.
«Cuando me enteré de que lo había vendido yo no me lo podía creer»
¿Sueles quedarte algún número todos los días?
Claro, pero hay muchos números, y es muy difícil. Además, este tipo de sorteo es una combinación de números que aún hace más difícil que te toque. Pero bueno, seguiré intentando al menos seguir repartiendo suerte que es también muy gratificante.
¿Somos muy supersticiosos a la hora de elegir un número?
Hay de todo. Hay quien no quiere ver el número que le das y no lo mira hasta después del sorteo, otros vienen ya pidiendo una terminación, a otros les das un número y dicen que no les gusta y lo devuelven, y el que está al lado dice, pues dámelo a mí, y otros se santiguan.
La verdad es que para el poco tiempo que llevo, he visto manías de todo tipo.
«En el poco tiempo que llevo he visto manías supersticiosas de todo tipo»
A ti la suerte paradójicamente te la dio un accidente laboral…
Pues sí, aunque suene raro, así es. Yo trabajaba en la construcción, y un día estaba subido a una escalera y se partió. Tuve una mala caída que me dejó graves secuelas y una minusvalía en un brazo que me impedía seguir trabajando en ese sector. Debido a eso, pensé en la ONCE como salida, hice un curso y me llamaron enseguida y realmente puedo decir que el accidente me cambió la vida para bien.
Ahora trabajo sin riesgos, mucho más tranquilo en una empresa que me garantiza la permanencia, no como antes. Mi familia está mucho más tranquila, y encima acabo de repartir este premio, la verdad es que para mí esto sí ha sido una suerte.
¿Ahora vendes más que antes?
Muchísimo más. La popularidad del premio me ha dado muchos más clientes que ahora siempre me compran a mí. Gente que viene de Madrid o de otros lugares de vacaciones se han enterado y vienen y me preguntan: “¿Usted ha sido el que ha dado el premio?”
Yo llevaba pocas semanas vendiendo en Santa Pola, porque soy de Elche y además solo llevo ocho meses en la organización. Tenía pocos clientes, ósea que el premio a mí también me ha dado suerte. Para quien quiera saberlo yo estoy por las mañanas en Polamax, y por las tardes junto al Castillo.