Cada vez más residentes valencianos optan por elegir algún destino dentro de nuestra propia región a la hora de realizar una escapada. Ya sea por razones económicas, escasez de días vacacionales o quizás por pura comodidad… es una forma de viajar tan aceptable como cualquier otra.
Un fenómeno de ‘auto-turismo’ que quizás se haya visto incrementado desde los años de la pandemia debido a las prohibiciones de circulación entre las comunidades autonómicas, o a que incluso se ha fomentado desde el propio Consell con iniciativas como el Bono Viatgem que tendrá este próximo septiembre una nueva edición.
Lo cierto es que vivimos en una región que ofrece multitud de alternativas turísticas que pueden interesar a públicos de muy diferentes gustos. En estas páginas queremos recomendar a nuestros lectores cinco lugares que quizás no consten entre los más famosos de la Comunitat Valenciana. Cinco rincones que suelen escapar de las rutas propuestas por las agencias de viajes, pero que a buen seguro quien les haga una visita no se arrepentirá de haberlos conocido.
Los acantilados de Benitatxell albergan calas, cuevas terrestres y marítimas, construcciones antiguas y playas
Acantilados de Benitatxell
De sur a norte, empezamos este recorrido en plena Costa Blanca. Concretamente por un trocito del litoral alicantino que mezcla playa, naturaleza e historia. Hablamos de los acantilados de Benitatxell. Ubicados entre Moraia y Jávea, este paraje cuenta con dos calas que no solo son aptas para el baño sino que además esconden varias maravillosas sorpresas.
Es difícil llegar hasta aquí de otra forma que no sea en coche. Recomendamos aparcar el vehículo en el parking ubicado junto al mirador dels Testos. Desde aquí se puede bajar fácilmente a Cala Moreig, o incluso también es posible caminar hasta la más escondida Cala Llebeig.
Ésta última es una cala poco transitada, tanto por su algo difícil acceso como por no poseer una gran playa de arena. Sí tiene una zona de baño, pero aconsejamos siempre el uso de chanclas dada la presencia de numerosas piedras. Lo más interesante de este lugar sin duda radica en su belleza, dado que tiene una curiosa forma de ‘U’. No es extraño encontrarse pequeñas lanchas en sus inmediaciones, sobre todo navegadas por aficionados al buceo submarino.
Entre las pocas construcciones que hallamos aquí destaca una vieja caseta blanca del siglo XIX, construida como antiguo cuartel de los carabineros para combatir el contrabando de mercancías ilegales. Hoy en día ya lleva cerrada varias décadas, pero aún se conserva en buen estado.
El Santuario de Agres es uno de los grandes monumentos del interior de la provincia alicantina
Cala Moraig
Ahora sí, nuestra siguiente parada es la Cala Moraig. Menos estrecha que la anterior, aquí sí encontramos una amplia playa que en estas fechas siempre cuenta con una animada presencia de bañistas.
Merece mucho la pena acercarse también hasta la cercana Cova dels Arcs, una gruta inundada por el mar con tres estéticos arcos y un agujero en el techo. A su costado se encuentra la Falla Moraig o del Riu Blanc, una pared vertical de gran valor geológico.
De vuelta hacia al coche no dejamos de recomendar recorrer los diferentes senderos que la rodean y ofrecen imponentes vistas de la cala. En el camino nos toparemos también con varias curiosas pequeñas cuevas metidas entre los acantilados, utilizadas antiguamente por los pescadores para almacenar el pescado que capturaban. Quizás la mejor conservada sea la Cova Domingo l’Abiar.
Dadas las altas temperaturas que estamos soportando este verano, recomendamos realizar esta ruta por los acantilados de Benitatxell temprano por la mañana o en las últimas horas de la tarde.
Agres
Seguramente nos encontremos un calor algo más suave si vamos a uno de los pueblos más bonitos de la alicantina sierra de Mariola. En este caso podremos llegar en coche o bien en tren desde Alcoy o València. Hablamos de la localidad de Agres.
Conviene decir la verdad a nuestros lectores, no se trata éste precisamente del pueblo más cómodo de transitar. Es un municipio pequeño, que apenas supera los 500 habitantes censados, y está ubicado en un emplazamiento bastante alto y las cuestas son norma habitual en sus calles. Sin embargo su casco antiguo bien merece el esfuerzo dado su óptimo estado de conservación y las muchas sorpresas que alberga.
Además, una de las características de Agres es la numerosa presencia de fuentes públicas, las cuales no solo adornan coquetamente sus calles, sino que también nos vienen realmente bien para refrescarnos en estos meses de verano. Se conserva incluso un lavadero público donde todavía hoy algunos lugareños acostumbran a lavar sus ropas.
En las piscinas del Pou Clar brotan aguas muy frías en pleno verano
Santuario y pozo naviero
Recorriendo el pueblo encontraremos varios edificios singulares como la Iglesia de San Miguel, el Ayuntamiento o, más a las afueras, la Torre Atalaya. No obstante hay dos piezas del patrimonio agresano que destacan especialmente.
Desde prácticamente cualquier punto de la localidad es visible el gran Santuario de Nuestra Señora de Agres, dado que corona el municipio sobre los cimientos de lo que fue un antiguo castillo. Este convento del siglo XV se puede visitar de lunes a domingo por la mañana. No se vayan sin preguntar antes por el milagro de la Virgen de Agres, porque es una historia que merece la pena escuchar.
El otro emblema del pueblo es La Cava Gran, un pozo naviero construido en el siglo XVII ubicado en pleno parque natural de la Sierra Mariola, a unos kilómetros al sur del casco urbano. Estos antiguos pozos se utilizaban antaño para almacenar nieve en invierno que luego se comercializaba como hielo en el periodo estival.
Pou Clar
En el interior de la provincia de València tenemos un parque natural que alberga unas piscinas naturales de aguas cristalinas, idóneas para bañarse sin las aglomeraciones propias de muchas de las playas de nuestra comunidad.
Este pequeño Edén, ubicado en el término municipal de Ontinyent, nace el río Clariano y toma como nombre el ‘Pou Clar’. Se trata de un paraje compuesto por varios pequeños lagos o pozos naturales de aguas casi heladas. Hasta hace algunas décadas se utilizaban para surtir de agua potable a diversas poblaciones, y hoy todavía se usan con fines agrícolas.
En las paredes del barranco que envuelve este Pou Clar se encuentran también una serie de ventanas, que son cuevas excavadas en las rocas en la Edad Media y que entonces servían de graneros.
Las calles de Fanzara están llenas de grafitis y murales de arte urbano
Reglas para visitantes
Cabe señalar que este paraje natural está sujeto a unas normas muy estrictas, especialmente en verano. Para empezar no se puede transitar en vehículo y ni tan siquiera aparcar en las inmediaciones del Pou Clar. Los aparcamientos públicos más cercanos son el de la piscina de Ontinyent y el del Campus Universitario, ambos a unos dos kilómetros de distancia. Del primero parte un autobús los sábados y domingos.
Quien quiera visitarlo durante el mes de agosto deberá realizar una reserva previa a través de la web reservespouclar.es, y no podrán ser grupos superiores a cinco personas. Igualmente está prohibido acampar, hacer picnics, fumar o llevar animales de compañía.
Fanzara
Un pueblo que seguro sorprende a cualquier visitante que llegue por aquí es Fanzara. Ubicado en un valle a los píes del río Mijares, hay algunas líneas de autobús a demanda desde Onda que conectan con este pequeño municipio de apenas 300 habitantes.
Probablemente lo que más llama la atención de sus calles es la abultada presencia de grafitis. Esta localidad ha apostado muy fuerte por el arte callejero como forma de diferenciarse, hasta el punto de que cuenta con unos 150 vistosos murales realizados por 85 artistas. A este conjunto se le denomina como Museo Inacabado de Arte Urbano (MIAU), dado que se concibe como una obra artística en constante evolución.
Antes de acudir a Fanzara recomendamos ponerse en contacto telefónico (964 619 001) con su ayuntamiento para preguntar sobre la posibilidad de realizar una visita guiada por el MIAU, ya que se disfruta mucho más al conocerse el significado de los grafitis.
El Castillo de Xivert ofrece toda una mezcla de arquitectura islámica y cristiana
Rutas senderistas
En el municipio también encontramos algunos monumentos interesantes como la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción o la Ermita del Santo Sepulcro, la cual está ubicada sobre una colina que ofrece muy buenas vistas del pueblo.
Ya en las afueras se puede subir hasta el pequeño Castillo de Fanzara, que data del siglo XIII y e de origen árabe. El acceso no es demasiado sencillo, pero de nuevo encontraremos fantásticas panorámicas si conseguimos coronarlo.
Y es que esta localidad es todo un santuario para los amantes del senderismo. Desde su término municipal se pueden realizar varias rutas para recorrer los parajes del río Miralles, las ruinas arqueológicas o las cuevas existentes en la zona.
Castillo de Xivert
Terminamos esta recorrido turístico de lugares con encanto en la Comunitat Valenciana deteniéndonos en uno de los más majestuosos castillos que conserva nuestra región. Se trata del ubicado en Alcalà de Xivert-Alcossebre, en la comarca castellonense del Alto Maestrazgo.
Esta fortificación medieval empezó a construirse por la civilización islámica en el siglo X y experimentó una importante ampliación unos tres siglos más tarde, realizada por los caballeros templarios. Todavía hoy en día pueden diferenciarse las partes musulmanas de las cristianas.
El castillo está ubicado en la cima de un pequeño monte de la Sierra de Irta. Se puede llegar al pueblo en coche, autobús y tren para luego acudir andando hasta la fortaleza. Su acceso hasta arriba puede ser un poco costoso en verano, aunque el camino es bastante cómodo.
En septiembre la Generalitat volverá a lanzar una nueva campaña del Bono Viatgem
Fortaleza dividida en tres zonas
El espacio total que ocupa el Castillo de Xivert abarca unos 8.000 metros cuadrados y se divide en tres zonas. Por un lado la alcazaba es el recinto que ocupa la parte más alta del conjunto, donde se ubicaba la sede político-militar. Por otra parte el albacar es el espacio amurallado donde antiguamente se refugiaba la población y su ganado cuando ocurría una batalla.
La tercera zona es el antiguo poblado medieval, también llamado aljama. Originariamente estas casas estaban unidas directamente al resto del castillo, pero en una de las modificaciones posteriores fueron separados por una muralla.
Este privilegiado recinto está abierto durante las 24 horas de todos los días del año. Además las oficina de turismo de Alcalà de Xivert-Alcossebre organiza habitualmente visitas guiadas, por lo que no está de más ponerse en contacto telefónicamente (964 410 647) o pasarse por su sede antes de emprender la subida.
A disfrutar del verano
Puestas estas cinco interesantes propuestas encima de la mesa, solo nos queda desear a nuestros lectores que pasen un feliz verano descubriendo estos u otros rincones de la Comunitat Valenciana.
Tenemos la suerte de residir en una tierra tan rica que nos ofrece opciones tan variopintas como acantilados marítimos, pueblos montañeros, piscinas naturales, localidades grafiteras, castillos medievales… Hay que aprovecharlo.