El atleta alteano Ángel López Amor se ha especializado en subir edificios o montañas de gran altura. Empezó hace algo más de una década, y en todo este tiempo se ha convertido en uno de los grandes dominadores del asunto en España.
Tanto es así que, a falta de una sola prueba para el final del Circuito Nacional de Carreras Verticales, su liderazgo en la clasificación general es tan amplio que sólo una lesión podría evitar que se cuelgue la medalla de oro el próximo día 4 de noviembre, cuando se baje el telón de la temporada en Alcalá de Henares.
«Dentro de poco voy a tener la oportunidad de probar la experiencia de subir el equipo completo de un bombero»
¿De dónde le viene la afición por las carreras verticales?
No es la especialidad más habitual dentro del atletismo. Son unas pruebas que vienen del mundillo de los bomberos y desde ahí ha llegado también al ámbito del atletismo popular, cogiendo mucho auge a nivel mundial.
Ellos, además, tienen la especialidad de hacerlo con todo el equipo a cuestas.
Entreno mucho con ellos y dentro de poco voy a tener la oportunidad de probar la experiencia de subir con todo su equipo, conocer su trabajo y ver cómo lo puedo afrontar yo como deportista. Va a ser una experiencia muy bonita y para la que tengo muchas ganas.
¿Cómo empezó su andadura en competición?
Mi primera carrera fue la del kilómetro vertical del Puig Campana en el 2012. Fue un campeonato del mundo y ya quedé primero. Así empezó todo, haciéndome un hueco en la Selección Valenciana para el Campeonato de España. Desde entonces, todo ha ido sumando.
No mucho más tarde, en 2013 o 2014, descubrí la subida al Gran Hotel Bali, y como las subidas se me daban muy bien pensé que podría probar otro deporte. Empecé allí y me enganché.
«Sólo un muy mal día o una lesión me pueden apartar del título de campeón del Circuito Nacional»
¿Es fácil que te atraiga esta especialidad?
Sí, porque empiezas a repetir cada año en las mismas carreras tratando de batir tu propia marca personal. Luego, he llegado a un nivel muy bueno y este año ha sido realmente bestial.
Centrados en el ámbito de las escaleras, ¿es muy diferente subir un edificio con, por ejemplo, la subida a Montserrat?
Realmente, son dos tipos de carreras completamente diferentes. La de Montserrat era bastante larga y, además, en el último tramo de escaleras tenía una pendiente del 60%, lo que hace que la dificultad fuese mayor. En un edificio, siempre tienes la misma pendiente. No hay variaciones en ese sentido.
La de Montserrat, además, es más larga. Es de las más largas que he hecho. Creo que todo eso hace que, al final, te cueste más.
Usted lo ha dicho antes: este año está siendo espectacular. Tanto, que a falta de una prueba se puede decir que ya ha ganado el Circuito Nacional.
Voy líder, sí. La primera carrera fue la del Gran Hotel Bali, luego competimos en Madrid y después fuimos a Montserrat. Había otra prueba, pero fue cancelada, así que ya sólo queda una última carrera, en Alcalá de Henares, el día 4 de noviembre.
«En Benidorm suelo entrenar en dos rascacielos, uno de cuarenta plantas y otro de veintitrés»
Y lo tiene en el bote.
Lo tengo hecho al 90% para proclamarme campeón del circuito. Por el sistema de puntuación, que no da los mismos puntos a cada carrera, sino que premia más a las que son más difíciles, me basta con asistir y acabar entre los cien primeros.
El Bali, Montserrat y Madrid fueron las que más puntuación daban. Realmente, tengo un liderazgo suficiente. Sólo un muy mal día o una lesión me pueden apartar del título de campeón del Circuito Nacional.
Supongo que, viviendo en Altea, las escaleras las entrenará en alguno de los rascacielos de Benidorm.
Así es. Tengo dos edificios donde puedo ir a entrenar y cuando no me da tiempo o no me dan permiso, entreno en el casco antiguo de Altea. Subo y bajo veinte veces desde el polideportivo. En Benidorm, como te decía, tengo dos rascacielos, uno de cuarenta plantas y otro de ventitrés.
Me figuro que los vecinos de esos edificios ya le conocen y saben a qué se dedica. ¿Son ya una especie de club de fans que siguen sus resultados?
(Ríe) La verdad que alguno de ellos sí me pregunta y quieren estar al tanto de la carrera que estoy preparando en cada momento. Otros, me han preguntado qué deporte es el que hago, porque no conocían esto de las carreras verticales.
Pero donde más gente me pregunta es cuando entreno en el casco antiguo de Altea, porque en esas escaleras puedo cruzarme tres veces con la misma persona y se queda flipando.