Entrevista > Loli Soler / Arqueóloga (Elda, 29-noviembre-1971)
La arqueóloga Loli Soler tendrá el honor de dar el pregón en las fiestas mayores de Elda, el próximo 6 de septiembre, desde la balconada del ayuntamiento. Confiesa que las vive con suma intensidad y que desde hace años sueña con ser la persona que goza de este privilegio, que cumplirá este 2023.
Licenciada en Geografía e Historia por la Universidad de Alicante, siempre ha estado vinculada a su localidad natal, llevando a cabo infinidad de proyectos. “Me siento muy de Elda: me encanta viajar, pero mi ciudad es mi referencia y nunca me he planteado vivir en otro lugar”, se sincera.
De hecho, en la actualidad coordina la revista ‘Alborada’ y colabora en otras mediante artículos. Asimismo, ejerce como secretaria de la Banda Musical Santa Cecilia de Elda, de enorme prestigio.
¿Siempre te interesó la arqueología?
Desde pequeña me atrajo la historia y, sobre todo, la arqueología. El hecho de haberme criado en una casa a las faldas del Castillo de Elda puede que influyese en mí.
«Siempre me atrajo la historia y cuando estaba en el instituto ya tenía claro qué quería estudiar»
¿Cuáles fueron tus primeros pasos a nivel profesional?
Nada más acabar la carrera empecé como becaria en el Museo Arqueológico Municipal y, a partir de ahí, comenzó mi vinculación con el patrimonio histórico-arqueológico local y hasta ahora, como arqueóloga, directora del museo y técnico de patrimonio histórico.
También en el castillo y el yacimiento El Monastil.
Trabajar en Elda en arqueología es trabajar en estos dos yacimientos arqueológicos necesariamente, ambos Bienes de Interés Cultural. En El Monastil ya hice prácticas cuando estudiaba la carrera, mientras que en el castillo comencé a excavar más tarde.
A día de hoy puedo decir que los conozco muy bien, he pasado en ellos gran parte de mi vida profesional: excavando, restaurando, investigando, haciendo visitas guiadas…
¿Cómo te va al frente de la revista ‘Alborada’?
Me llamaron el pasado año para formar parte del consejo de redacción. Seguidamente, el concejal de Cultura se puso en contacto conmigo para que fuera su coordinadora, junto a un grandísimo equipo de profesionales.
¿La arqueología es un trabajo de biblioteca o de campo?
De ambos. Una parte fundamental, por supuesto, es el trabajo de campo, pero también el estudio de oficinas. Para hacer una comparación, un mes excavando son seis meses de laboratorio e investigación.
«Me encanta el encendido de la palmera en la iglesia y las procesiones, por una cuestión más familiar»
Cuéntanos más sobre tus funciones como directora del Museo Arqueológico.
Llevaba toda la gestión relacionada con el museo: informes, visitas, conservación de la colección. Se inauguró en 1983 y cuando yo estuve al frente del mismo llevamos a cabo una renovación de la museografía, entre otras cosas.
Un museo, al contrario de lo que se piensa, está vivo y hay que dinamizarlo: visitas, exposiciones temporales, renovación de los métodos expositivos, nuevos hallazgos, etc.
¿Qué es ‘La llave de Elda’?
Es un proyecto que se gestó en el instituto El Monastil y consiste en varias rutas culturales que realizan desde primero de la ESO hasta Bachiller. He participado en hacer las visitas guiadas y estar con los grupos. Cada ruta está enfocada a un curso.
¿Nos podrías decir lo que representan las fiestas patronales para ti?
Un referente, en mi casa siempre se han vivido muy intensamente. Son especiales porque son las fiestas por antonomasia de Elda, de la ciudad.
¿Cómo las vives?
Intento ir al máximo de actos: por supuesto la suelta de la traca, los almuerzos, comer el relleno en familia el día de la Virgen, participar en las procesiones…
«En el pregón hablaré de las fiestas, pero también del patrimonio, que debemos conservar y contar»
¿Tienes algún momento favorito?
Uno de los instantes que más me gusta es el encendido de la palmera, en la iglesia. También le tengo mucho cariño a las procesiones, por un tema familiar y nostálgico, debido a que una de mis tías era muy devota de los actos patronos.
Recordemos que las fiestas no es únicamente lo que se ve, sino que en muchos casos es el trabajo de todo un año, para que salga perfecto.
Este año será muy especial, darás el pregón.
Cuando me llamaron para decírmelo no me lo creía. Las sensaciones que tengo son de alegría, de euforia y de ir asimilando que me ha tocado a mí, porque siempre que veía al pregonero/a, me decía: “¡qué chulo sería dar el pregón!”.
¿Quién te lo propuso?
El alcalde, Rubén Alfaro.
¿Hablarás desde el corazón?
Es un sentimiento muy grande y seguro que lo haré desde el corazón. Hablaré obviamente de las fiestas, pero también de nuestro patrimonio, que tenemos que conservar y contar.
Espero estar a la altura de las circunstancias, porque para mí es una alegría enorme, además de todo un reto.