Entrevista > Francisco Rostoll Guarinos / Presidente de la Cofradía del Santísimo Cristo del Sagrario
Si los Moros y Cristianos son el color, el ruido, el olor a pólvora, la vistosidad de sus trajes y la espectacularidad de sus desfiles y embajadas; las Fiestas del Cristo del Sagrario son el recogimiento, la devoción, la religiosidad y, sobre todo, la raíz más profunda de la sociedad festera alteana.
Comparten fechas y, por lo tanto, muchos actos; pero lo que muchos no saben, sobre todo fuera de la Villa Blanca, es que durante esos días grandes de septiembre, en realidad, se celebran dos festividades distintas.
Las fiestas de Altea, sobre todo fuera del pueblo, se conocen más por lo vistosos que son los moros y cristianos y, por ello, se suele hablar siempre de las Fiestas de Moros y Cristianos. Sin embargo, son dos fiestas distintas y, de hecho, la más antigua es la del Cristo.
El Cristo es de toda la vida. En Altea siempre se ha tenido mucha devoción por el Cristo, aunque los patrones son San Blas y la Virgen del Consuelo. Pero para nosotros, más patrón que nadie ha sido el Cristo del Sagrario. En su momento, cuando llegó su imagen a Altea, todos empezaron con esa devoción del Cristo, porque era un regalo. Era un milagro.
Tal y como decía antes, los moros y cristianos pueden ser más vistosos, mientras que el Cristo es más recogimiento, más sentimiento y, sobre todo, más fervor religioso. En una sociedad cada vez más laica, ¿sienten que pierde fuerza la fiesta del Cristo?
Tenemos que ser realistas y es verdad que la juventud lo enfoca todo de distinta manera. Ahora, estas cosas que la gente mayor teníamos de devoción, de poner primero al Cristo y su procesión, su misa… pues ahora ya no es así.
Hoy en día, mucha gente llega con el desfile y, en vez de entrar a misa, va a tomarse la cerveza hasta que termina. Por eso, la Cofradía del Cristo no se renueva cada año.
«En Altea siempre se ha tenido mucha devoción por el Cristo, aunque los patrones son San Blas y la Virgen del Consuelo»
¿Cómo funciona entonces?
Hace unos ocho o diez años que se formó. Don José, el párroco anterior, veía que ya había años que costaba o, incluso, no había mayorales y damas y que el Cristo se quedaba solo porque, evidentemente, el patrón de la Federación de Moros y Cristianos es San Blas, no el Cristo.
Entonces, el padre José pensó en hacer la Cofradía, darle un estatuto legal. Era algo necesario para que existan las fiestas patronales o, si lo prefieres, las fiestas mayores.
Corríjame si me equivoco, pero tengo entendido que las Fiestas de Moros y Cristianos nacen a finales de los 70 de las propias fiestas del Cristo.
Efectivamente, así es.
«Hoy en día, mucha gente llega con el desfile y, en vez de entrar a misa, va a tomarse la cerveza hasta que termina»
Déjeme hacer entonces un paralelismo. Si los Moros y Cristianos es como ese hijo que va creciendo, se hace mayor y se independiza… ahora mismo, la relación entre ese padre o madre, que son las fiestas del Cristo, y su hijo, ¿cómo es?
La relación es muy buena. Siempre nos hemos ayudado unos a otros. Nunca hemos tenido ningún problema, sino todo lo contrario. Nos han ayudado en lo que han podido, igual que nosotros a ellos.
¿Cuál es el acto más especial de las fiestas del Cristo?
Tenemos varios. Sobre todo, el día de la presentación y coronación de la reina. Ese día es muy bonito, pero claro, este año no tenemos damas ni reina, así que solamente veremos la presentación de los trajes de los Moros y Cristianos.
Recientemente, en la presentación de los carteles, el señor alcalde lo dijo muy bien: “hace falta que la juventud tome el relevo”. Necesitamos que haya comisión y que, con ella, también haya damas.
«La relación con los Moros y Cristianos es muy buena. Siempre nos hemos ayudado unos a otros»
Más allá de los puros actos religiosos, ¿qué más encuentra uno en las fiestas del Cristo?
Pues un maravilloso castillo de fuegos artificiales, los desfiles… Para mí no hay fiesta del Cristo y fiesta de Moros y Cristianos. Para mí, son las Festes Majors, que son las principales del pueblo y que para mí es un conjunto. En ningún momento pienso en una o en la otra, sino que siempre lo hago como un conjunto.
Si solamente tengo un momento, si sólo puedo ir a un acto de las fiestas, ¿cuál me recomienda ver para entender bien la idiosincrasia de Altea, de sus fiestas, de sus gentes, de sus tradiciones?
El viernes por la tarde, que es la entrada de la Murtà y, a continuación, el pregón, ya se ve el ambiente del pueblo. A mí, la entrada de la Murtà es lo que más me gusta de todo, porque es el inicio de esos días tan especiales. Ahí ya es cuando se invita a todo el pueblo a pasar las fiestas.
Después, está el pregón, que llega después de la entrada de bandas. A mí me gusta la fiesta y me gusta la música… me gusta todo, ¿qué quieres que te diga? Todo tiene su momento. El día que hay que ir a misa, hay que ir a misa a dar gracias, igual que hay tiempo para ir a bailar.