La provincia de València tiene el auténtico privilegio de contar con la singular comarca del Rincón de Ademuz, enclavada entre Cuenca y Teruel, y de gran belleza paisajística. Allí, entre las numerosas opciones de naturaleza, sobresale la ruta por el río Bohilgues, conocido por ser el más limpio de la Comunitat Valenciana (con permiso del Cabriel a su paso por Venta del Moro).
Sin duda, el cristalino río, ideal para darse un baño en numerosos puntos, ofrece un precioso recorrido fluvial, lleno de vegetación y fauna autóctona, siempre salpicado por pozas, saltos de agua y cascadas.
Les proponemos, en ese sentido, una ruta en plena naturaleza -especialmente recomendable en otoño-, combinando zonas de espectaculares paisajes con lugares más históricos a nivel arquitectónico, como los molinos harineros que todavía siguen en pie, algunos de ellos de la época musulmana.
Cómo es
El río Bohilgues, recordemos, nace en la sierra de Santerón (Cuenca) y, tras recorrer Vallanca, finaliza en el margen derecho del Turia a su paso por la población de Ademuz. Poco antes de su desembocadura recibe las aguas de la Fuente del tío Juan Manzano y de la Fuente Vieja, muy populares en la localidad.
Este recorrido, si eres aficionado al senderismo, es fácil de seguir, aunque en ocasiones tienes la sensación de que te puedes perder entre la maleza. No posee, sin embargo, ningún paso complicado y únicamente hay que estar pendiente: tiene algo más de tres kilómetros en total y se suele realizar en una hora y cuarto, aproximadamente.
Es un lugar perfecto para gozar del rumor constante del agua, perpetuo durante todo el trayecto, además del ir y venir de mariposas, libélulas y saltamontes, todo ello regado con el cantar de decenas de aves presentes en el curso del río.
Es un precioso recorrido fluvial, lleno de vegetación, salpicado por pozas, saltos de agua y cascadas
Inicio de la ruta
El paseo arranca muy cerca del cuartel de la Guardia Civil, en concreto en el puente que hay junto al viejo Molino de la Villa (hoy oficina de turismo de Ademuz) y anexo a la mencionada Fuente Vieja, cuyos siete caños alimentan el lavadero público.
Abandonamos el visitable Molino de la Villa o Molino Real, del siglo XIII, y cruzamos el puente para seguir por la izquierda, dejando atrás las últimas casas de Ademuz antes de volver a cruzar el río por unas pasarelas perfectamente acondicionadas.
Las huertas, en bancales con muros de piedra en los márgenes del cauce, nos acompañarán en este primer tramo del camino. Pasamos entonces por la Fuente del tío Juan Manzano y una zona de mesas: si hemos olvidado agua, es un buen momento para beber, porque ya no encontraremos más fuentes.
Además de belleza paisajística, cuenta con lugares históricos, como una serie de molinos harineros
La Hoz del Bohilgues
El camino, siempre en sombra, prosigue hasta la antigua central eléctrica de Nuestra Señora del Milagro, que estuvo en funcionamiento hasta 1974. Cruzamos un nuevo puente que da acceso a la central.
Un poste nos señala la proximidad de un fresno catalogado como árbol monumental, a apenas cincuenta metros. Nos mantenemos por el margen derecho del río, dentro ya de los dos kilómetros de microrreserva de flora que protege la zona conocida como la Hoz del Bohilgues.
En este tramo el río está encajonado por altas paredes y la vía se hace más agreste, debido a que tiene que salvar diferentes saltos de agua. A alguno de ellos podemos bajar por las sendas marcadas que aparecen a la izquierda del camino.
Un poco más arriba apreciamos un mirador, el de la Hoz, para contemplar el precioso tramo que acabamos de superar.
Dos kilómetros de microrreserva de flora protege la zona conocida como la Hoz del Bohilgues
Final del camino
La vía continúa por un camino que nos conduce hasta la Veguilla -o Viguilla según los lugareños-, donde la Hoz del Bohilgues se ensancha para dar paso de nuevo a campos de cultivo.
Finaliza ahí la microrreserva de flora y únicamente queda descubrir una pequeña cascada, a pocos metros, lugar ideal para darse un último chapuzón y disfrutar del maravilloso entorno.
De hecho, son varias las zonas donde refrescarse, imprescindible si se realiza el recorrido en los meses de más calor. El agua, eso sí, está muy fresca.
Patrimonio arquitectónico
Además del mencionado Molino de la Villa, en Ademuz, a lo largo del río se establecieron otros, igualmente de harina, como el Molino de la Tosquilla, el de Abajo, el de la Villa (en Vallanca, del siglo XVI) y el de Efrén.
También existieron algunas ermitas, como la de San Juan de las Veguillas, próxima a Vallanca, pero todavía en el término de Ademuz; o la de Nuestra Señora del Rosel, ubicada poco antes de desembocar el Bohilgues en el Turia.