Pablo Carbonell / Cómico
Ya llega a València la nueva comedia protagonizada por uno los cómicos españoles más reconocidos en las últimas décadas. Pablo Carbonell (Cádiz, 28-julio-1962) lleva toda su carrera haciéndonos reír, desde sus inicios musicales en ‘Los toreros muertos’ pasando por programas televisivos de gran éxito como ‘Caiga quien caiga’, hasta multitud de obras de teatro y películas.
Su último proyecto teatral es ‘El crédito’, una comedia con mucha crítica social que se interpretará el 7 y 8 de octubre (y quizás también el día 9) en el Teatro Flumen. La trama parte de una situación inicial que prácticamente toda la población española hemos vivido (o padecido) alguna vez: Un hombre acude a una sucursal bancaria para pedir un crédito. A partir de ahí… surgirán muchos giros inesperados de guion entre los dos únicos protagonistas de esta obra, encarnados por Armando del Río y el propio Carbonell.
Hagamos un viaje atrás en el tiempo. ¿Por qué te dio por la comedia?
Cuando tenía unos diez años leía mucho las comedias de Molière y soñaba con tener un grupo de teatro para interpretar esas obras. Lo cierto es que la comedia me llamó. Creo que era una persona necesitada de risas. Viendo mis fotos de niño, especialmente en las de mi primera comunión, me veo siempre un poco triste. Total que empecé haciendo teatro infantil, algo así como de medio payaso.
Al final la comedia es la forma más directa de hablar de los temas importantes. A mí me gusta mucho ser directo y tratar las cosas con eficacia. Una buena comedia deja más poso que un buen drama.
Aparte de Molière, ¿qué cómicos más contemporáneos te influyeron en tus inicios?
Crecí artísticamente con Pedro Reyes, y luego lo fui compaginando con el Gran Wyoming y el Reverendo. De hecho cuando empecé con la música lo hacía en otro barrio diferente al de Wyoming, pero lo cierto es que improvisaba y cantaba exactamente igual que él.
Después vino Javier Krahe, de quien me fascinó su aspecto filosófico. Era una persona que sabía utilizar muy bien la ironía en sus letras, y además tenía una forma de ser alejada de la codicia.
«David Trueba me enseñó que el buen ambiente en el equipo de rodaje luego se refleja en la película»
La gente te pone cara últimamente sobre todo por programas de televisión, pero en su día también fuiste nominado al Goya con la película ‘Obra maestra’.
Fue uno de los rodajes más deliciosos en mi vida. Trabajar con David Trueba es de lo mejor que me ha pasado en este mundo. Ahí descubrí que el ambiente que crea el director acaba empapando toda la película.
Dirigir supone dar seguridad y alegría a todo el equipo de rodaje. David tenía una relación espléndida con todos y nos mostraba el lado divertido de lo que estábamos haciendo. Esto después se ve en la pantalla.
Hablemos ya de la obra que vas a realizar en el Teatro Flumen. ¿De qué trata ‘El crédito’?
Se trata de una obra muy social. Su eficacia ya está de sobra demostrada, pues anteriormente ha sido representada cerca de 1.000 veces por Carlos Hipólito y Luis Merlo.
Podríamos resumirla como un pressing catch entre un hombre que solicita un crédito y un director del banco que se niega a concederlo, abriéndose el pecho y destrozándose entre ellos. Aunque mi personaje es más empático, dado que la mayoría de la gente se identifica con el cliente que pide el crédito, realmente el más desgraciado de los dos es el director. Mi personaje le destroza la vida.
Me recuerda un poco a ‘La cena de los idiotas’ en otro escenario. Un tipo que aparentemente es un desgraciado, pero acaba destrozándole la vida al tipo que en principio está en mejor posición.
Es algo así. Además esta obra está escrita por un premio nacional de teatro como es Jordi Galcerán. Hablamos del autor de ‘Burundanga’, ‘Fuga’, ‘El método Grönholm’… es una persona muy dotada para la comedia.
«Hemos añadido más enfrentamiento físico en los personajes que en la versión original de ‘El crédito’»
¿Vuestra versión tiene diferencias respecto a la original de Carlos Hipólito y Luis Merlo?
Hemos reforzado el enfrentamiento físico entre ambos personajes. En la anterior versión el personaje de Carlos Hipólito dice ser cinturón negro de kárate… pero en este caso es que el propio Armando del Río sí lo es en la realidad. No tiene ni que fingirlo (risas).
La gente ve nuestra función con los pelos de punta pensando “éstos se van a matar”, aunque por supuesto también con una sonrisa permanente.
¿Qué tal es trabajar con Armando del Río?
Nunca habíamos coincidido antes, pero la verdad es que es muy cómodo trabajar con él. Es un tipo que va fantástico de memoria, y es muy seguro. Además tiene otra cualidad, que es muy diferente a mí. Estas cosas pueden jugar a favor o en contra, pero en este caso es claramente lo primero.
Algo así como ‘La extraña pareja’, ¿no?
Pero Walter Matthau y Jack Lemmon sí cuentan con algún parecido. Sin embargo Armando y yo somos lo que un huevo a una castaña. Yo tengo un aspecto pacífico y afable, mientras que él es una persona de la que dirías… “con éste pocas bromas”.
«En València fue la primera vez que admiré la belleza arquitectónica»
Recuerdo que hace unos años los bancos daban créditos como churros, y ahora es más bien al contrario. Imagino que al público general le resultará familiar esta trama…
Desde luego Galcerán no ha tenido muchos escrúpulos a la hora de darle caña al personaje del director del banco (risas). De todas formas te contaré que a la primera persona que escuché hablar de esta función fue precisamente a un trabajador de un banco, quien me dijo que se había partido de risa porque vivía este tipo de situaciones a diario.
Trabajar en la banca puede llegar a ser muy estresante. Los empleados conocen una cara de la sociedad muy desesperada. Cuando dicha desesperación la conviertes en comedia, surge una reflexión tremenda sobre lo que podemos llegar a hacer por codicia.
De hecho los empleados de los bancos muchas veces son los que les toca poner la cara, y cada vez están más presionados porque se están cerrando muchísimas sucursales con esto de la banca digital…
Sí, la inteligencia artificial nos está llevando a esto y los pobres empleados están cada vez más preocupados por sus puestos de trabajo. Y eso se suma a que ven muchas situaciones trágicas de personas que necesitan dinero.
En el caso de ‘El crédito’, hasta el final de la obra no se desvela para qué quiere realmente el dinero por el que tanto lucha mi personaje. Ya desde el primer minuto de comenzar él pronuncia una frase que hace derrumbarse a todo el teatro… y que tampoco te voy a adelantar (risas).
¿Cómo es tu relación con València?
Muy buena. Mi primer viaje iniciático, es decir la primera vez que me asomé y admiré la belleza arquitectónica, fue en València. Fui aquí porque quise trabajar en la revista donde se publicaba ‘Roberto Alcázar y Pedrín’.
Además mi madre vivió en València mucho tiempo, siempre hacía grandes arroces. Todavía tengo familia por aquí. Siempre me he encontrado muy a gusto, y seguro que esta vez no va a ser una excepción. Por cierto… tenemos programados dos días (7 y 8 de octubre) para interpretar ‘El crédito’, pero me han dicho que si la obra es un éxito nos ampliarán a una tercera función para el día 9 por ser el día autonómico.
«Próximamente voy a sacar un nuevo disco en solitario»
Antes también vendrás a Alicante el 18 de septiembre para presentar la gala de clausura del festival Gastrocinema.
Ya lo hice el año pasado. La verdad es que la cosa salió muy bien y se me pasó volando, así que este año me han pedido que vaya tanto para cerrar el festival como para presentar la proyección de una película que tiene mucho que ver con la gastronomía: ‘Atún y chocolate’. Haremos una mesa redonda con el público para contar cómo transcurrió aquel rodaje, que sin duda fue uno de los mejores de mi vida, y los secretos que hubo detrás.
Aquella película se rodó hace veinte años, y fue tu primera y única vez como director…
Efectivamente. Es la única película que me han dejado dirigir hasta la fecha. La verdad es que yo hago muchas cosas, y no soy el típico llorón que va a una productora a pedir algo. Me gusta trabajar por pasión y diversión. Así que no me quejo.
¿Tienes algún otro proyecto a medio plazo en teatro, televisión, cine, música…?
Continúo haciendo el programa ‘Ahora o nunca’ de RTVE viajando para descubrir recetas gastronómicas derivadas del cerdo, un tema infinito. Algún día desvelaré cómo se hacen las salchichas, y espero que me paguen un viaje a Frankfurt por lo menos (risas). También tengo ganas de viajar a Florencia, donde nunca he estado, para que me hagan una pizza prosciutto o unos spaguettis carbonara.
Por otro lado seguramente me voy a poner ahora a grabar otro disco en solitario, ya tengo incluso las canciones hechas. Además empezaré otro programa de televisión y rodaré una película donde hago de mendigo, un papel que curiosamente no he hecho nunca a pesar de que soy un prototipo total (risas).